La figura de Hermenegildo Lanz llega el sábado a la Feria del Libro de Granada

La edición del libro de la exposición “Fulgor y castigo” estará en el stand de la Diputación

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Feria del Libro de Granada
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La Feria del Libro de Granada es el mejor escenario para presentarme una novedad editorial. Por ello, la Diputación ha elegido esta nueva edición para presentar su último catálogo, el de la exposición “Fulgor y castigo de Hermenegildo Lanz”. La muestra fue inaugurada en abril de 2018 en el Palacio de los Condes de Gabia dentro de las Jornadas de Memoria Histórica y Democrática. El volumen recupera aquella exposición y añade algunas claves inéditas que completan el perfil de Lanz como artista, artesano, intelectual curioso y brillante.

Hermenegildo Lanz (Sevilla, 1893- Granada, 1949) es un ejemplo representativo de cómo la Guerra Civil interrumpió cientos de trayectorias creativas y las redujo a itinerarios personales sombríos que desembocaron en el exilio, el silencio o la muerte. La exposición del año pasado en Condes de Gabia y ahora su catálogo, sirven para recuperar la figura de este artista polifacético y esbozar sus dos grandes etapas vitales: la denominada “fulgor” y luego, la que sobrevino a continuación, la del “castigo”. El polifacético artista fue vapuleado, perseguido y acosado por el régimen franquista.

Lanz llegó a Granada con solo 23 años a tomar posesión de su plaza como profesor de la Escuela Normal y pronto se integró en el ambiente cultural de la ciudad, que giraba en torno a la tertulia de El Rinconcillo y donde destacaban nombres como los Juan Cristóbal, García Lorca, Fernando de los Ríos, y poco después, Manuel de Falla. Con el maestro gaditano diseñó las marionetas y los decorados de la mítica función de Reyes de 1923 en casa de García Lorca y luego estrenó en París “El retablo de Maese Pedro”. Lanz también estuvo detrás del Concurso del Cante Jondo de 1922 y de la fundación del Ateneo de Granada y participó en las Misiones Pedagógicas con La Barraca.

Exposición de la Diputación de Granada | Foto: Gabinete

 

Esta etapa frenética de “fulgor” del artista debió pronto desatar las iras de mediocres y resentidos en aquella pequeña ciudad de provincias que era Granada. Tras la sublevación militar de 1936 Lanz fue despojado de su plaza de profesor y obligado a trasladarse a Logroño. Pero en los años cuarenta logró volver a la ciudad, donde fue detenido y encarcelado y tuvo que luchar ante el tribunal de depuración de actividades políticas. Acabo sus días vendiendo juguetes y tallando títeres para fundar una compañía ambulante. Agotado por el esfuerzo y los castigos del régimen, el artista cayó fulminado en 1949 mientras caminaba por la calle.

“Un espíritu libre en tiempos hostiles”

El catálogo se abre con el capítulo “Un espíritu libre en tiempos hostiles”, una impecable cronología escrita por uno de los mayores conocedores de Lanz, el profesor de la UGR Juan Mata, autor de una clásica biografía editada por el servicio de publicaciones de la Diputación de Granada.

El periodista Alejandro V. García, que fue el comisario de la exposición, ha estudiado el lado literario de Lanz en el ensayo “Totolín, ética para marionetas” y ha seleccionado los artículos de “La Estafeta Literaria” donde dejó su impronta en esta faceta tan brillante como desconocida. Los textos fueron escritos en 1944 en colaboración con el periodista granadino Antonio Covaleda y aparecieron quincenalmente bajo el título genérico de “La filosofía de Totolin”, una marioneta de hilos que Lanz había creado para sus hijos y que se convirtió en una extensión de la voz de su constructor.

Por último, Emilio Escoriza, licenciado en Historia del Arte y conservador de museos de la Junta de Andalucía, anticipa en “Una vida desde los anaqueles” algunos de los descubrimientos que ha hecho tras el estudio de la biblioteca personal de Lanz, un auténtico tesoro bibliográfico, no solo por el valor intrínseco de las ediciones, sino por todo lo que revelan sus libros, revistas y documentos sobre la personalidad y los intereses intelectuales de su propietario. A modo de anexo, el catálogo incorpora, una serie de fotografías documentales de la exposición, además de reproducciones de imágenes, cartas y documentos originales.