La guerra de Siria entra en su octavo año tras la derrota del Estado Islámico

Las tropas de Al Assad tienen ahora la iniciativa y han lanzado una brutal ofensiva contra Ghuta Oriental

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Bombas caen sobre Siria | Foto: Archivo GD
E.P.
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El conflicto en Siria entra en su octavo año tras un cambio en la tendencia sobre el terreno desde finales de 2016 ante los avances de las fuerzas gubernamentales a raíz de la toma de la parte oriental de Alepo y después de que el grupo yihadista Estado Islámico haya perdido la práctica totalidad de su 'califato' en el país durante 2017.

La toma de Alepo Oriental por parte de las fuerzas del presidente, Bashar al Assad, a finales de 2016 y los avances del Ejército gracias al apoyo de las milicias y la cobertura aérea de Rusia han permitido al Gobierno retomar una iniciativa que había perdido en los últimos años, una tendencia que se ha visto reforzada por avances en otras zonas del país.

Esta situación se ha visto plasmada en la ofensiva del Ejército en la provincia de Idlib, donde el Gobierno no contaba con presencia desde 2015 y en la que el Frente Fatá al Sham --antiguo Frente al Nusra-- es la principal fuerza.

Esta ofensiva transcurre en paralelo a la lanzada en noviembre contra la región de Ghuta Oriental, situada en los alrededores de la capital, donde han muerto más de mil civiles sólo entre enero y febrero, cuando se intensificó el asalto.

Tanto Idlib como Ghuta Oriental eran parte de las 'zonas seguras' pactadas en el proceso de Astaná --en el que Rusia, Turquía e Irán actúan como garantes--, si bien Damasco y Moscú, argumentan que actúan contra "grupos terroristas" y que, por lo tanto, no están sujetos al alto el fuego.

La situación ha empeorado drásticamente en los últimos meses en Ghuta Oriental, ante la posibilidad de que se convierta en un 'segundo Alepo' dada la destrucción y muerte causada por los bombardeos. Los ataques con proyectiles desde el enclave han dejado además decenas de víctimas mortales en Damasco.

La escala de la ofensiva del Ejército llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a aprobar una tregua de 30 días en el país a finales de febrero, si bien la misma no ha sido respetada desde el inicio.

Diversas agencias de la ONU y ONG internacionales han denunciado la situación en Ghuta, en la que Damasco ha usado la táctica empleada en Alepo de cercarla y someterla a bombardeos incesantes para provocar que los rebeldes se rindan y abandonen la zona. Este miércoles se ha producido la salida de algunos civiles y enfermos y heridos, mientras que la semana pasada entró un convoy de la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) con ayuda humanitaria.

LA OFENSIVA CONTRA ESTADO ISLÁMICO
El grupo yihadista, que llegó a controlar parte del noreste de Siria, ha quedado arrinconado en varios enclaves a orillas del Éufrates después de las ofensivas de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) --una agrupación de milicias encabezadas por las kurdas Unidades de Protección Popular (YPG) y respaldada por la coalición que lidera Estados Unidos-- y del Ejército sirio --con el apoyo de las milicias aliadas y Rusia--.

La derrota de Estado Islámico se vio marcada por la toma en octubre por parte de las FDS de Raqqa, que hasta entonces era su 'capital' en el país. A pesar de que la coalición declaró la liberación de la ciudad, Damasco recalcó que la misma no será completada hasta que se encuentre bajo su control, criticando la intervención estadounidense en el país.

El grupo ha perdido además gran parte del territorio que controlaba en Deir Ezzor, en este caso ante las operaciones de las FDS y del Ejército, que han evitado enfrentarse directamente entre sí manteniendo separadas las líneas del frente contra Estado Islámico, que ha quedado recluido en una zona cercana a la frontera con Irak, país donde ha sido también derrotado militarmente este año.

La orilla este del Éufrates es además objetivo de bombardeos de la coalición, en medio de las sospechas de que el líder del grupo terrorista, Abú Bakr al Baghdadi --a quien se ha dado por muerto en varias ocasiones-- pudiera encontrarse en esta zona.

LA INTERVENCIÓN TURCA EN AFRIN
La complejidad del conflicto en Siria ha aumentado después de la intervención en enero del Ejército turco en la región de Afrin (noroeste) con el objetivo declarado de expulsar de la zona a las YPG --a las que Ankara considera como una rama del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado organización terrorista--.

La intervención militar turca, llevada a cabo en apoyo al Ejército Libre Sirio (ELS), ha sido criticada abiertamente por Siria y puesta en duda por Estados Unidos --aliado de Turquía en la OTAN-- debido a que combate a uno de sus aliados en la lucha contra Estado Islámico.

Esta situación ha desatado también las críticas de Ankara, que acusa a Estados Unidos de dar apoyo material a un grupo que considera como "terrorista", enfriando aún más las ya tensas relaciones entre ambos países.

La ofensiva en Afrin se ha saldado con más de 3.300 supuestos terroristas muertos, según datos del Ejército turco, que niega que haya bajas civiles a pesar de las denuncias de las autoridades kurdas y de ONG como Amnistía Internacional.

La ofensiva de Ankara ha llevado a los kurdos a pedir ayuda al Ejército sirio para "proteger la soberanía" del país, y en este contexto han entregado el control del barrio de Sheij Maksud --en Alepo y de mayoría kurda-- al Ejército para poder llevar refuerzos a Afrin para hacer frente a las tropas turcas y al ELS.

LAS TENSIONES ENTRE IRÁN E ISRAEL
Durante el último año han aumentado además las tensiones entre Irán e Israel, siendo el conflicto en Siria uno de los escenarios en los que esta situación ha sido más palpable en los últimos meses, especialmente después de los últimos bombardeos israelíes y del derribo de un F-16 de la Fuerza Aérea de Israel por disparos de los sistemas antiaéreos sirios.

Israel ha llevado a cabo bombardeos contra objetivos en Siria y ha recalcado en numerosas ocasiones que no permitirá la transferencia de armas al partido-milicia chií libanés Hezbolá --aliado de Damasco y Teherán-- ni que Irán aumente su presencia sobre el terreno a causa del conflicto en Siria.

La participación de Irán en la guerra de Siria, incluido el despliegue de fuerzas apoyadas por Teherán cerca de los Altos del Golán, ocupados por Israel, ha alarmado a las autoridades israelíes, que han subrayado que responderán a cualquier amenaza y que han lanzado diversos ataques en territorio sirio.

EL ESTANCAMIENTO DE LA VÍA DIPLOMÁTICA
Ante el recrudecimiento de los combates, la vía diplomática ha quedado estancada y los esfuerzos de la ONU en Ginebra se han saldado sin avances ante la negativa de Al Assad a abandonar el poder para iniciar una transición política.

De hecho, el Gobierno sirio rechazó en febrero los esfuerzos encabezados por Naciones Unidas para formar una comisión que enmiende la Constitución de Siria, el principal resultado del congreso de paz entre grupos sirios celebrado en enero en la localidad rusa de Sochi.

Los avances sobre el terreno han permitido a Damasco reforzar sus posiciones --respaldadas además por el veto de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU--, haciendo que los esfuerzos internacionales para resolver el conflicto por la vía política hayan quedado en papel mojado.

Asimismo, la división en la oposición --tanto política como armada-- ha jugado a favor de Damasco, al impedir un frente unificado en las discusiones en los foros internacionales.

Por ello, la falta de unidad también en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debido a los intereses de cada uno de los implicados en el conflicto parece augurar que la solución militar seguirá primando como vía en la guerra.