La guerra en Siria provoca la falsificación en masa de títulos universitarios para huir
Los falsificadores se niegan a reproducir titulaciones de disciplinas que puedan comportar riesgo para la vida
Una de las consecuencias más desconocidas de la guerra en Siria está siendo la falsificación masiva de títulos universitarios que permiten a sus poseedores abandonar el país con más facilidad. Es un arma de doble filo: los falsificadores consideran que están haciendo un servicio a la población, pero a la vez ponen en grave riesgo la reputación de los verdaderos académicos.
A día de hoy, los sirios pueden obtener una copia certificada de un título académico por una cantidad que oscila entre los 275 y los 650 euros, tal y como explica Adnaan, de 24 años y residente en Estambul tras escapar de Damasco en febrero de 2013, al medio 'Syria Deeply'.
"Pensé en Turquía como un punto de tránsito", explica Adnaan, quien evadió así la obligatoria llamada a filas que aguarda a los jóvenes sirios a partir de los 18 años. Sin embargo, Adnaan está atrapado en Turquía porque su especialización en documentación no despierta el suficiente interés.
"Un amigo me dijo que podía falsificar un título de Derecho por menos de 475 euros para incrementar mis posibilidades", según Adnaan. A cambio de esa cantidad, recibiría cinco copias traducidas y certificadas gracias a la labor de empleados universitarios que entregan a los falsificadores, a cambio de un soborno, los documentos originales sin firmar.
Son estos mismos empleados quienes reciben de nuevo los documentos, ya rellenados, a los que ponen el sello oficial. "El caso es que los sellos tardan mucho y te puede costar hasta 650 euros porque los tienen que estampar en Siria y devolver los documentos a Turquía", ha explicado.
Al final, Adnaan se hizo con una falsa titulación en Economía por la Universidad de Alepo y se encuentra a la espera de recibir contestación por parte de los dos programas de Máster en Dirección de Empresas en los que ha pedido participar.
"CIENTOS DE FALSIFICACIONES DIARIAS"
Rami, abogado de 40 años y asesor de una universidad privada de Damasco, reconoce una verdadera epidemia de falsificaciones. "Hablamos de cientos de titulaciones falseadas cada día en Siria", explica. "Hasta el punto de que muchas universidades han pedido al Ministerio de Economía que ponga en marcha una base de datos digital para que las universidades extranjeras puedan confirmar la validez de los títulos".
"Sin embargo, hasta el momento, no hay cambios", reconoce Rami, dada la saturación de solicitudes a la que se enfrentan los funcionarios de las universidades públicas de Siria para entregar copias originales a sus legítimos dueños. "No es cuestión", lamenta Rami, "de que se esté violando la ley, sino la reputación de las universidades sirias".
NADA DE MÉDICOS
Algo que muchos falsificadores tienen en cuenta es el peligro que representa otorgar un título falso sobre una disciplina de alto riesgo como es la medicina. "Jamás falsifico títulos que afecten a las vidas de otras personas", explica Imad, diseñador gráfico de 27 años. "Ni Medicina, ni Farmacia ni Ingeniería", manifiesta.
Al final, el proceso no es tan difícil. "Al final, todo consiste en crear el documento. La comisión que suele certificarlos no se fijan en si es auténtico o no. En el momento en el que ponen el sello, el documento es real", añade.
Imad percibe que está participando en una causa noble. "Los que piden estas falsificaciones llevan cuatro años en Siria. Años perdidos que deberían haber sido empleados en la consecución de un titulo. Esa gente se merece una salida segura del país".