La impresión 3D en Granada: desde la lucha contra el cáncer hasta el ocio | Vídeo
Las múltiples aplicaciones de esta tecnología se exprimen al máximo en la ciudad para utilizarla en campos como la medicina o el comercial
La impresión 3D es un método de fabricación en el que se forma un objeto añadiendo diferentes capas de material que le van dando forma progresivamente. Este tipo de tecnología se ha ido expandiendo a la velocidad de algo que se viraliza y cada día se vuelve más popular, llegando a todas las partes del mundo en cuestión de poco tiempo.
Por supuesto, Granada no es ajena a esta técnica, que lleva algunos años -aunque pocos- instalada en la ciudad de la Alhambra. Las empresas empiezan a probarlas y las instituciones se benefician de sus múltiples aplicaciones, que son tantas como se puedan imaginar gracias a la versatilidad que ofrece el propio concepto.
Una de estas instituciones que ya utilizan impresoras 3D en su día a día es la Universidad de Granada, que aplica esta tecnología en diferentes ámbitos. Son muchos los departamentos que se benefician de esta técnica de impresión, aunque dos de ellos destacan por sus aplicaciones: el departamento de medicina y Bibliomaker.
En el departamento de medicina se trabaja con aplicaciones casi impensables para la impresión en 3D. Esta técnica se utiliza en medicina regenerativa, permitiendo trabajar en la regeneración de la piel o el cartílago entre otras cosas. Juan Antonio Marchal, de este departamento, explica que “igual que una impresora normal tiene los colores, nosotros tenemos nuestras biotintas, que en vez de colores tiene tipos celulares”, de este modo, es posible imprimir células vivas y crear tejidos complejos.
Normalmente en los laboratorios se realizan los estudios con células independientes, pero no se replicar el entorno tridimensional de un tejido, por lo que es necesario utilizar animales. Sin embargo, esta técnica permite imprimir distintos tipos celulares junto con un material que sirve de anclaje de esas células, generando una estructura 3D personalizada. “Imagínate el caso de una lesión de cartílago, cogemos las células lesionadas, los cotrocitos, y los aislamos; por otro lado, cogemos células madre de una pequeña cantidad de grasa que hay en la rodilla y lo que hacemos es hacer biotintas con ese tipo de células para hacer que se forme una estructura 3D del cartílago que está dañado, pero sano”, explica Juan Antonio.
La clave de esta impresión se basa en las biotintas, en las que se introducen factores que hacen que estas células “estén en las mejores condiciones y que cumplan lo más rápido posible la estructura similar a la deseada”, indica Marchal, “para eso, hacemos un molde 3D personalizado con un diseño en el ordenador en el que ponemos las capas, los tipos celulares y la forma”. De esta forma, en centro de investigación biomédica de la UGR han desarrollado un modelo de piel tridimensional en el que son capaces de generar sus tres capas (hipodermis, dermis y epidermis) con sus tipos celulares diferentes.
Gracias a esto, pueden general láminas de piel impresas, lo que puede ser aplicado en la regeneración de lesiones. Por ejemplo, alguien que haya perdido tejidos en un incendio podría recuperarlos mediante bioimpresión en lugar de un trasplante. Actualmente, la universidad ha solicitado un proyecto al Hospital Virgen de las Nieves para poder utilizar esto en pacientes.
Esta técnica está actualmente “en fase experimental”, aunque aseguran que “la idea es hacerlo con las mismas condiciones que se utilizan para grandes quemados”. “Tardamos minutos en imprimir una piel con este tipo de células”, explica Juan Antonio Marchal, “salen vivas, las metes en su cultivo y tienes una estructura tridimensional viva sobre la marcha”.
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Todos estos avances se han trasladado también a otros campos de la medicina, llegando al punto de aplicar la impresión 3D a la lucha contra el cáncer. “Como sabemos hacer la parte de la piel, la idea es hacer la contrapartida, puedes generar modelos 3D humanos metiendo células tumorales”, detalla, “como sabemos aislar células madre cancerígenas del melanoma, las ponemos en la capa de la epidermis y podemos hacer modelos de inicio de tumor tridimensionales para simular lo que ocurre en una persona normal sin tener que utilizar de conejillo de indias ni a un animal ni a una persona”. Actualmente se trabaja sobre melanomas, aunque también se planea empezar a hacerlo con el cáncer de colon y el de mama.
Otra de las muchas aplicaciones con las que cuenta este tipo de tecnología es la de probar fármacos sin necesidad de hacer un ensayo clínico. Concretamente en el caso de la piel, se pueden formar modelos que incluso permitan a las empresas de cosmética probar sus productos sin necesidad de hacer pruebas en humanos ni animales. “Esto tiene todas las aplicaciones conocidas”, resalta Juan Antonio, “tienes distintos tipos celulares, puedes meter células que producen vasos sanguíneos y generar una estructura similar a la del humano, a lo mejor no tan compleja, pero muy parecida”.
Además, este departamento se encuentra actualmente haciendo biotintas nuevas “que pueden utilizar materiales naturales para ayudar mucho más a que se produzca una estructura tridimensional similar a la del humano”. De este modo, buscarán patentar esas tintas, lo que repercute en un beneficio directo para la Universidad.
Bibliomaker, posibilidades al alcance de cualquiera
En la biblioteca de la Facultad de Ciencias se encuentra un espacio destinado a que cualquier miembro de la comunidad universitaria pueda disfrutar de la impresión en 3D. Se trata de Bibliomaker, un espacio “libre y accesible a cualquiera que quiera diseñar cualquier cosa con las herramientas que se tienen” según explica Rosa Martín, coordinadora del proyecto.
Estas herramientas son ni más ni menos que cinco impresoras en total, según apunta María José Valverde, una de las encargadas de la organización de este espacio, que recuerda que se pueden utilizar “siempre que se tenga un correo institucional de la UGR, se manda el archivo y nosotros lo imprimimos”.
En Bibliomaker, abierto de 8:30 a 20:30, se puede acceder con facilidad a la impresión en 3D, algo que “está revolucionando muchas áreas de la vida en general, ha abierto la posibilidad de diseñar y crear cosas que hasta hace muy poco estaban en manos de grandes empresas”, según explica Rosa Martín, “puedes reparar piezas que se estropeen, diseñar cualquier cosa e incluso inventar cosas que no existen”.
Esta técnica, indica Rosa, se usa en ámbitos “tan distintos como la medicina o la cocina, cambiándole el mecanismo por el que echan el filamento se hacen cosas de cocina, de medicina, se fabrica joyería, se hacen medicamentos, coches, se construyen casas… hay infinidad de productos que se pueden crear con impresión 3D”. Secunda sus palabras María José, que defiende que “la impresión 3D está en un auge total, se pueden hacer infinitas cosas, y eso que solo tenemos un material”, asegura mientras muestra que uno de los alumnos ha construido un brazo robótico juntando esta tecnología con conocimientos de mecánica.
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Esta es solo una de las muchas cosas que se han realizado en Bibliomaker, donde llevan ya casi 400 impresiones -sin contar las pruebas- en menos de tres meses funcionando. Entre otras cosas, cuenta María José, “se ha hecho un brazo robótico, un robot, piezas para maquinaria industrial y también lo hemos usado para maquetas topográficas”, a lo que añade que “se pueden hacer un montón de cosas, la gente tiene que aprovecharlo”.
En la actualidad, trabajan en encontrar la forma más adecuada de explotar este espacio. Buscan cómo difundir la existencia de Bibliomaker y estudian la posibilidad de permitir que lo utilice gente de fuera de la Universidad pagando un precio. “Ahora mismo la gente encarga lo que quiere”, asegura Rosa, “piden muchas figuritas de personajes de cómic, carcasas para el móvil, repuestos de herramientas…”.
La coordinadora de este proyecto afirma que “la impresión digital está revolucionando tanto todos los ámbitos de la vida que se habla incluso de una cuarta revolución industrial”, y es que las aplicaciones de esta técnica son tantas como permita pensar el cerebro. Mientras deciden cómo sacar todo el potencial que tiene Bibliomaker, cualquier alumno o profesor puede acceder a él sin ningún tipo de coste para cualquiera de sus proyectos o incluso para propósitos de ocio en un espacio lleno de posibilidades pero accesible para todos.
El desconocimiento, el mayor enemigo de las empresas en Granada
En Granada hay varias empresas que tienen entre sus servicios la impresión 3D. Pese a que es una tecnología en auge y que no para de crecer, desde Createc aseguran que “el tema de la demanda va bastante regular” y que “no hay una demanda excesiva en Granada”. Sin embargo, afirman que esto se debe a que “falta mucho conocimiento sobre el tema”, algo que se va subsanando con el tiempo porque “la gente poco a poco se va enterando de lo que se puede hacer”.
Coinciden con esta opinión en Selfi 3D, donde defienden que “lo normal es encontrarte con clientes que no tienen ni idea”, aunque ellos aseguran tener “ímpetu en enseñar”, pues imparten talleres y cursos para que la impresión en 3D deje de ser una gran desconocida para Granada. Para combatir esta falta de información, han buscado sacar “un producto que entiende la gente”, haciendo figuras personalizadas a partir de escaneados de los clientes que lo deseen. Además, ahora cuentan con un nuevo producto que les permite escanear fotos de la gente sin requerirles físicamente para poder poner su cara en el cuerpo de cualquier superhéroe.
“El mayor inconveniente es no entender al cien por cien la tecnología”, asegura el gerente de esta empresa, “la gente piensa que vale un dineral, pero ahora cualquiera podría tener una impresora 3D en su casa”. Además, indica que esta tecnología “avanza tan rápido que las máquinas se quedan obsoletas enseguida”, por lo que “te puedes comprar la mejor impresora de 2018 por 500 euros”.