La inmadurez de Peñaranda

El delantero venezolano evidenció un gran egoísmo en Balaídos, dando síntomas de que juega para el lucimiento personal

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Peñaranda | Foto: Alex Cobreti
Daniel Sánchez-Garrido | @Danisgr
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El Granada ha desarrollado un atractivo infalible para jugadores que prometen e ilusionan, pero con ciertos defectos a la vez, los cuales llegan a desesperar al aficionado del Granada. Esos ‘fallos’ atormentan y sumergen al rojiblanco horizontal en un estado de amor-odio con su ídolo.

Esta temporada, Success fue el primero en explotar y crear ese ‘te quiero’ y ‘no te quiero’ en la familia granadinista. El nigeriano ha levantado partido tras partido a Los Cármenes, pero también ha escuchado pitos por su ineficacia ante la portería rival.

Después del africano, llegó Peñaranda. El venezolano ha dado en las últimas jornadas claras muestras de su inmadurez, en especial ante el Celta de Vigo. La joven estrella, propiedad del Watford y cedido en el Granada, juega por y para él.

Cuando debutó, ante el Athletic Club, en Los Cármenes, todos los elogios se dirigieron a una aparente madurez sobre el campo. El venezolano paraba la bola sin nervios, la mantenía si era necesario y la daba al compañero mejor posicionado sin problemas. Participó en los dos goles rojiblancos de aquel partido y fue pieza clave en aquella victoria.

Todo ha sido un espejismo. El venezolano no ha terminado de aceptar su titularidad y suplencia al mismo tiempo de los últimos tiempos. Da la sensación que Peñaranda juega cada partido para lucirse individualmente, exponiendo cierto egoísmo. Ante el Celta, El-Arabi aún espera un pase claro del joven delantero rojiblanco, que se marchó con habilidad por banda derecha y decidió jugársela para asombro de todos.

Si Peñaranda llega a marca, todos admirarían su osadía, atrevimiento y lo calificarían de crack mundial. Sin embargo, no fue así. Peñaranda sigue teniendo calidad para llegar muy lejos, pero el Granada perdió en Balaídos y se la volverá  jugar ante Las Palmas para conseguir la permanencia en primera división.

Sandoval ya le dio un aviso. Fue en su último partido como entrenador del Granada CF. El de Humanes se la jugaba ante el Valencia, y Peñaranda fue sustituido por Edgar al descanso. Sandoval se refirió a su apatía en rueda de prensa y dejó claro que él lo puso y él lo quitaba.

Peñaranda volvería a jugar de titular con González, pero no ha terminado de ganarse el puesto con el gaditano, que se ha decidido por Isaac Cuenca. El venezolano debe entender que su calidad, puesta al servicio del colectivo, lucirá más que todas las individualidades del mundo, y más en una situación donde en juego está la primera o la segunda división. Vida o muerte.