La Junta destina en diciembre 1,9 millones para compensar a agricultores de Granada por las dificultades naturales de zonas de montaña
La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía ha ordenado el pasado mes de diciembre un primer pago de más de 1.899.053 de euros en ayudas de la campaña 2013 destinadas a indemnizar a 1.085 agricultores de Granada por las dificultades naturales en zonas de montaña. Estas subvenciones, que alcanzan un total de 6,5 millones de euros para todos los agricultores andaluces, están financiadas a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y se conceden por hectárea de superficie agrícola útil ubicada en zonas desfavorecidas y compensan a los productores por los costes adicionales y las pérdidas de ingresos derivados de las dificultades que plantea la actividad agraria en estas áreas.
En cuanto al reparto de las ayudas por provincias, destaca en primer lugar Jaén con 2.166.975 euros y 1.567 beneficiarios, seguida de Granada. Córdoba, por su parte, ha contado con 705.371 euros en subvenciones y 490 beneficiarios; Almería, con 628.836 euros y 302 beneficiarios; Málaga, con 503.836 euros y 282 beneficiarios; Cádiz, con 335.824 euros y 163 beneficiarios; Huelva, con 256.773 euros y 113 beneficiarios; y, finalmente, Sevilla, con 83.964 euros y 36 beneficiarios.
A este respaldo económico relativo a la convocatoria 2013 se suma también un montante global superior a 6.170.000 euros en ayudas abonadas en noviembre del pasado año y relativas principalmente a nuevos pagos de la campaña 2012. En este caso, las subvenciones se han destinado a compensar a los agricultores por las dificultades naturales que presentan tanto las zonas de montaña (4.107.062 euros) como otras áreas desfavorecidas distintas de las de montaña (2.064.197 euros).
Estas ayudas tienen como principal fin mantener la actividad agraria para evitar el despoblamiento y los efectos ambientales negativos en zonas de montaña, así como conservar una utilización sostenible de las tierras agrícolas y la actividad ganadera que permita el mantenimiento de las condiciones ambientales y sociales del medio rural. Asimismo, persiguen propiciar la continuidad de sistemas de producción tradicionales específicos que han conformado muchos de los agroecosistemas de estas zonas y que en algunos casos ofrecen un alto valor ecológico y paisajístico.