La Junta estudia nuevas vías que incrementen la rentabilidad del olivar de montaña, actualmente en riesgo de abandono
La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, a través del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), ha desarrollado un proyecto de investigación denominado 'Diseño y análisis de nuevos instrumentos de política agroambiental para la adopción y difusión de la agricultura ecológica: Inspolae’ dirigido a diseñar nuevos instrumentos que incrementen la rentabilidad del cultivo del olivar de montaña a través de técnicas respetuosas con el medio ambiente. De esta forma la Administración andaluza trabaja en nuevas estrategias dirigidas a evitar el abandono de esta actividad a causa del desequilibrio entre productividad y costes de mantenimiento que se observan actualmente en este tipo de olivar.
Como resultado de sus investigaciones, los profesionales del centro Ifapa Camino del Purchil de Granada destacan la posibilidad de que las futuras políticas agrarias comunitarias contemplen el olivar ecológico de montaña como un sector a respaldar a través de nuevas líneas de subvenciones debido a los bienes y los servicios sociales y medioambientales que genera.
Esto podría llevarse a cabo a través del empleo de un contrato territorial de explotación de forma colectiva que facilitaría la cooperación entre los agricultores. Este instrumento de desarrollo rural y agrario, enfocado a una gestión más sostenible de las explotaciones agrarias, se presenta como un medio capaz de obtener los máximos beneficios de este cultivo, al margen del precio del producto en el mercado, tanto para el agricultor como para la sociedad.
Este contrato exige un conjunto de compromisos de índole productivo, ambiental, social y cultural, destacando especialmente su carácter grupal, ya que así se potencian las ventajas relacionadas con la difusión del conocimiento sobre el manejo del olivar ecológico entre profesionales de la misma zona y la creación de economías de escala en las labores de cultivo. Además, este carácter colectivo incide también en el desarrollo de técnicas de control de plagas o en la gestión conjunta de ayudas y contribuye a la no fragmentación de los hábitats con el fin de lograr una mayor conservación de la biodiversidad.
Así, este tipo de modelo contractual se presenta como una oportunidad para los agricultores en cuanto a costes de gestión y de manejo así como de cara a ayudas de una futura Política Agrícola Común (PAC). En cuanto a los factores idóneos para el buen funcionamiento del mismo y, a la vez, para incrementar los beneficios que la sociedad recibiría a cambio del respaldo a estos productores, los investigadores señalan, entre otras circunstancias, que la superficie supere las 50 hectáreas o que el cultivo se encuentre incluido en áreas de la Red Natura 2000 y sensibles a contaminación por nitratos.
Desde el punto de vista del segundo pilar de la política europea este tipo de contrato se muestra como un modelo de futuro, así como desde la perspectiva de la Ley y el Plan Director del Olivar de Andalucía, herramientas que ofrecen la posibilidad de dar forma a estos compromisos ambientales colectivos.
Ventajas del cultivo
Entre los bienes y los servicios de tipo medioambiental que genera la agricultura ecológica en el olivar de montaña, que representa el 24 por ciento de la superficie total del olivar en Andalucía, se encuentra la contribución a la reducción de la erosión del suelo, a la lucha contra el cambio climático y a la conservación de la biodiversidad y del paisaje tradicional andaluz. Por otro lado, los expertos afirman que en el aspecto social este tipo de cultivo ayuda a fijar la población en el medio rural y a la protección del patrimonio cultural.