La Junta niega "colapso" en urgencias por el repunte de la gripe
La Junta ha enmarcado este martes "dentro de la más absoluta normalidad" los cambios en la Cambios en la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales y, concretamente, en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), cuyo nuevo director-gerente será José Manuel Aranda Lara --que ocupaba actualmente el cargo de director-gerente del Hospital Reina Sofía de Córdoba--, tras el cese de José Luis Gutiérrez.
En el ámbito de la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, el Consejo de Gobierno, además del nombramiento de Aranda Lara, ha procedido a nombrar este martes a José Salvador Muñoz San Martín como nuevo secretario general técnico y a Horacio Pijuán González como director general de Gestión Económica y Servicios del SAS.
El portavoz ha expresado su reconocimiento al trabajo de las personas que han estado dirigiendo el SAS hasta el día de hoy y, en especial, al conjunto de los trabajadores de la sanidad pública de Andalucía, que hacen posible que ésta sea reconocida y valorada por los andaluces y "envidiada" por muchos ciudadanos de otros territorios, porque es un "modelo de referencia, de calidad y de buena gestión de los recursos públicos".
Ha insistido en enmarcar en la "normalidad" los cambios que se han producido y se ha mostrado convencido de que el sistema seguirá funcionando, gracias también al legado y la herencia que dejan muchos trabajadores, directivos o responsables, que han situado a nuestro sistema de salud en la vanguardia, como elemento de referencia en el contexto de la política sanitaria nacional. A los nuevos responsables, ha deseado la misma suerte y acierto que a sus predecesores.
Ha querido dejar claro que los cambios, para nada, tienen que ver con ningún elemento de gestión sanitaria.
Asimismo, el portavoz ha indicado que personalmente no tiene conocimiento de la dimisión de Francisco Torrubia como gerente de los hospitales Virgen del Rocío y Macarena de Sevilla, sino a través de los medios de comunicación.
"NI COLAPSO NI CRISIS" EN LA SANIDAD ANDALUZA
De otro lado, Miguel Ángel Vázquez ha querido dejar claro, frente a las manifestaciones del PP-A, que no existe ni "colapso ni crisis" en el sistema andaluz de salud, sino una realidad que se produce casi todos los años en la época de invierno, con un repunte de los casos de gripe, con "picos".
Ha garantizado que las urgencias "están normalizadas y se atiende en tiempo razonable a los pacientes", mientras que el objetivo de la administración andaluza es seguir avanzando en esa línea de normalización, sin que esto quite que en "algún momento puntual, debido a la circunstancias climatológicas, se pueda producir un repunte de enfermedades como la gripe, que puedan provocar un efecto de saturación puntual de las urgencias".
Ha indicado que la propia Consejería de Salud ha puesto en marcha mecanismos para que haya un refuerzo de profesionales y se dé salida a esos momentos de mayor dificultad o de mayor concentración de pacientes. El portavoz del Ejecutivo ha insistido en que la respuesta ha sido la correcta y la situación de las urgencias "está normalizada".
En cuanto a la renuncia del Gobierno de la Comunidad de Madrid al plan de externalización de la sanidad madrileña, ha manifestado que, sin duda, esa región es uno de los "laboratorios de las malas prácticas de la política que hace el Partido Popular, que no beneficia a los ciudadanos y sí a unos pocos que hacen negocio con ese tipo de políticas".
Vázquez ha agregado que el Gobierno madrileño ha dado una marcha "atrás clamorosa, pedida insistentemente por la sociedad madrileña, que no entendía cómo se ponía en manos privadas para que se hiciera negocio un servicio público que daba rendimiento y resultados".
Ha querido dejar claro que el modelo de Andalucía es el contrario al que pregona el Partido Popular y ha expresado la satisfacción de la Junta por que la justicia haya "puesto las cosas en su sitio". Ha lamentado, no obstante, que el Gobierno de la Comunidad de Madrid haya tenido que esperar a que sea la justicia la que dé un aviso para dar marcha atrás en una política que era "nociva y perjudicial" para los ciudadanos.