La obesidad y la diabetes son los principales detonantes de la enfermedad por hígado graso
Esta enfermedad es "más frecuente entre los varones y presenta una fuerte asociación con la obesidad, la resistencia a la insulina
La obesidad y la diabetes son los principales detonantes de la enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA), que afecta solo en Europa al 20 por ciento de la población, según el doctor del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, José Luis Calleja.
Esta enfermedad es "más frecuente entre los varones y presenta una fuerte asociación con la obesidad, la resistencia a la insulina y con el síndrome metabólico", ha afirmado Calleja. Se estima que en torno a entre un 10 y un 20 por ciento de los pacientes con EHGNA presenta una histología hepática compatible con el diagnóstico de esteatohepatitis no alcohólica.
De manera global, "un 80 por ciento de los casos de EHGNA presentan alguno de los factores de riesgo cardiovascular que constituyen el síndrome metabólico", y la prevalencia de la enfermedad "aumenta de manera directa al número de estos factores que estén presentes", ha informado el especialista.
Hasta que se descubra un tratamiento eficaz, los expertos que han asistido a la jornada sobre 'La enfermedad hepática por hígado de grasa: ¿La nueva pandemia?', que se ha celebrado hoy en la Fundación Ramón Areces en Mardid, apuntan a la dieta y el ejercicio físico como principales antídotos para evitar el avance de la enfermedad.
Este encuentro científico ha reunido a especialistas internacionales en esta patología para conocer los últimos avances en epidemiologia, patogenia, diagnóstico y tratamiento de esta nueva pandemia hepática. Todos ellos se muestran esperanzados en los "numerosos fármacos que se encuentran ya en una fase de desarrollo avanzado para paliar esta patología".
NUMEROSAS LESIONES Y MAYOR RIESGO DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES Y NEOPLASIAS
La enfermedad por hígado graso no alcohólico engloba un "amplio espectro de lesiones hepáticas" que van desde una esteatosis simple, de curso generalmente benigno, hasta una esteatohepatitis no alcohólica que "puede progresar hacia una enfermedad hepática avanzada, cirrosis o hepatocarcinoma", ha asegurado José Luis Calleja. Además de esto, "también se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y neoplasias", ha explicado el experto.
A día de hoy, "no hay tratamientos farmacológicos eficaces aprobados para combatirla", por lo que "las intervenciones políticas a nivel individual y de la población son necesarias para reducir la creciente carga de enfermedades hepáticas debidas a EHGNA", ha destacado el doctor del Hospital Marqués de Valdecilla, Cantabria, Javier Crespo.
La EHGNA se ha establecido como la primera causa de hepatopatía en el mundo occidental de la mano de la epidemia de síndrome metabólico en este mismo entorno. Hasta la fecha, es conocido que el acúmulo de grasa en hígado es necesario para su desarrollo, pero no el por qué de que unos pacientes progresen a cirrosis y otros no. "Los mecanismos que condicionan esta progresión variable son multifactoriales y complejos", incluyen polimorfismos genéticos, distintos fenotipos metabólicos, patrones específicos de microbiota intestinal, etcétera, ha añadido Crespo.
TRATAMIENTOS EN FASE DE DESARROLLO AVANZADA
En los últimos años, se han ido conociendo algunos mecanismos y se han ido definiendo dianas terapéuticas susceptibles de ser abordadas farmacológicamente. Actualmente, hay "un considerable número de fármacos en fases avanzadas de desarrollo para el tratamiento de la enfermedad", con mecanismos de acción variados y "potencialmente complementarios", según Calleja.
La optimización del uso de estos tratamientos "va a requerir un conocimiento detallado de los mecanismos de acción concretos que condicionan la progresión de la enfermedad en cada paciente individual", ha advertido.
Mientras, los expertos coinciden en la necesidad de afinar en el diagnóstico. Para ello, han apuntado a los métodos no invasivos como la elastografia hepática o la resonancia magnética como las herramientas más útiles para su detección. Estos métodos son capaces de evaluar la presencia de grasa, inflamación o fibrosis "incluso mejor que la propia biopsia hepática", concreta el doctor.