La onubense Carolina Marín, campeona del mundo de bádminton
La andaluza, desde ahora vigente campeona de Europa y del mundo, siempre fue por detrás en el marcador en el primer set (21-17) pero aguantó el tipo y acabó dando guerra ante la favorita
La onubense Carolina Marín ha hecho historia este domingo al convertirse en la tercera europea y primera española en convertirse en campeona del mundo tras ganar el Mundial de bádminton, disputado en Copenhague (Dinamarca), y colgarse oro en la gran final ante la china Xuerui Li, número uno del mundo y campeona olímpica, por 21-17, 17-21 y 18-21.
La andaluza, desde ahora vigente campeona de Europa y del mundo, siempre fue por detrás en el marcador en el primer set (21-17) pero aguantó el tipo y acabó dando guerra ante la favorita. En la segunda manga, la onubense sacó a relucir su extraordinario nivel y logró igualar la final (17-21).
Finalmente, la española de 21 años se llevó el oro con una gran remontada en un tercer set en el que supo manejar los nervios y jugó de forma impresionante los puntos decisivos.
Marín, 13 años después, conseguía que una jugadora europea se metiese en la final, y se convierte en la tercera en lograr el título, tras las danesas Lene Koppen (1977) y Camilla Martin (1999), un dato que pone de manifiesto el mérito de la andaluza. Es, por tanto, la primera vez en la historia que una española logra ganar el oro en una final del Mundial de bádminton.
Ambas jugadoras se habían enfrentado en tres ocasiones, siempre con victoria china, siendo la última la celebrada en el SS Open de Japón del pasado junio.
LA CAMPEONA OLÍMPICA COMENZÓ LA FINAL ARRASANDO
La china, de 21 años, que no había cedido un solo set en estos campeonatos y que se presentaba con un juego de un nivel altísimo, empezó el choque arrollando con un 5-0 de parcial. La onubense se fue asentando en la final y consiguió permanecer viva en el primer set, aunque al final la china impuso su superioridad (21-17).
Con un set abajo, a Marín no le quedaba más remedio de dar todo en la segunda manga si quería mantener el sueño del oro mundialista. La española comenzó mandando en el marcador y sorprendió a una china, que hasta ese momento no vio peligrar su corona mundial, para igualar la final (17-21).
El tercer parcial fue una exhibición de orgullo y esfuerzo de ambas jugadoras. La china reaccionó, pero la española siguió con un gran nivel de juego y se aprovechó de las molestias físicas de la número uno del mundo.