La permanencia, lejos por muchos motivos
El Granada se hunde en la tabla, mientras sólo Aly Mallé, un ‘chaval’ del filial salva los muebles, y los rivales directos de la lucha por la permanencia suman y convencen
Desesperación. Eso es lo que produce el Granada a sus aficionados. Evidentemente, solo las victorias sacarán al conjunto nazarí de la situación en la que se encuentra. Pero los problemas rojiblancos esta temporada van mucho más allá.
Ya no se trata de ganar, empatar o perder. Se trata de convencer. Demostrar que se cree en la salvación y que hay posibilidades de lograrla. Ante el Espanyol no se creyó en casi ningún momento. Quizás tras el gol de Andreas, pudo caber una remontada épica, pero tal cosa sólo tuvo cabida en la mente de algún iluso. A la mínima, el Espanyol volvió a golpear. Y pudo ser peor, pero Ochoa estuvo inspirado.
El partido ante el Espanyol fue la enésima muestra de que el Granada está muy lejos de poder luchar siquiera por mantenerse en Primera División. Evidentemente, el apartado numérico lo pone difícil (el Leganés marca la salvación con 18 puntos). A esto se le añade que los de Lucas Alcaraz son frágiles mentalmente, y eso se traduce al juego, el cual ni existe.
El pasado sábado, el Granada no creó ninguna ocasión de peligro contra la meta de Diego López. Es lo más duro por lo que debe estar pasando el aficionado rojiblanco horizontal. Su equipo no gana y no está cerca de hacerlo.
El hecho de que Aly Mallé sea el mejor es más que preocupante. Siempre alegra encontrar un joven talento, pero no debería ser él el que saque esto adelante. Contra el Espanyol, sólo el extremo de Malí, un ’chaval’ de 18 años procedente del Granada B, se salvó de la quema. También puede ser disculpado un recién llegado Ingason.
La esperanza de poder salvar la temporada, consiguiendo la permanencia, es un ejercicio de optimismo solo apto para soñadores. Quién sabe, quizás los nuevos, Kone, Adrián Ramos y algún otro que pueda llegar, cambien el color de este equipo, que no tiene, ni encuentra, un mínimo de identidad.
Hay jugadores con calidad, talentos procedentes de los mejores equipos de Europa, pero no han entendido lo que significa defender a un equipo humilde en la mejor liga del mundo. No muestran interés y la mala situación del equipo no ayuda al lucimiento personal, que es lo único que buscan. El rendimiento individual es inexistente, y así es muy difícil.
Para empeorar el asunto, los rivales sí que convencen a su afición. Las comparaciones son odiosas, pero inevitables. El Osasuna no pudo sumar ningún punto, pero sí lo mereció de sobra. Perdió 3-4 ante el Sevilla con un arbitraje muy polémico. El conjunto pamplonica ha emitido un comunicado criticando la actuación arbitral incluso.
Por su parte, el Sporting de Gijón sumó un ‘puntito’ (cuenta con 13) en su visita al Real Betis (0-0), un partido que también significó el debut de Rubí, quien asegura que “el equipo está muy vivo”. Totalmente lo contrario al Granada y a un incansable como Lucas Alcaraz, que no encuentra la fórmula de enderezar el rumbo. Asimismo, el Valencia ganó ante el Villarreal y despega en la clasificación, sumando ya 19 puntos, los mismos que el Deportivo de La Coruña, que empató en casa de Las Palmas. El Leganés, otro de los teóricos candidatos a descender, empató ante el Alavés (2-2) y suma 18 puntos, marcando la barrera de la permanencia.
Lo único que bueno es que la primera vuelta ya es historia. Lo mejor que pueden hacer Lucas Alcaraz y los suyos es olvidarla, empezar la segunda vuelta como si el casillero estuviera a cero y ganar todo lo que no se ha ganado hasta ahora. Es la única manera. Al menos, esto permitiría seguir luchando y no estar desahuciados en el mes de marzo. Matemáticamente, la salvación es posible.