La última bala: Marbella
Andalucía es rica en todos los sentidos: playa, montaña, urbe y rural. No le falta de nada. Hay para todos los gustos. Y si hablamos del Granada Club de Fútbol, ahí sale el mar ganando. Tras la deshonrosa derrota en Almería que ha puesto pie y medio del conjunto nazarí en Segunda, el club ha recurrido a la última medida desesperada: concentración en Marbella desde el miércoles al viernes, pensando en el definitivo duelo ante el Sevilla del próximo domingo. Renovado medio equipo en el mercado invernal y cambiado el entrenador en enero, pocas soluciones tiene ya el conjunto rojiblanco. A falta de 21 puntos, está a cuatro de la permanencia, que más bien serían cinco teniendo en cuenta que tiene perdido el goal-average con el Levante y el Almería. Solo se lo gana al Deportivo. El que no se consuela es porque no quiere.
El objetivo de la concentración en la Costa del Sol no es otro «intentar revertir la situación del equipo y que los jugadores y el cuerpo técnico se centren exclusivamente en la competición y puedan preparar con la máxima intensidad», según explica la entidad nazarí en un comunicado difundido este lunes, en el que también añade que Enrique Pina y su mano derecha Juan Carlos Cordero estarán en la misma. Es curioso como un equipo que es penúltimo en la Liga y solo ha sumado 24 puntos en 31 jornadas, tenga que afirmar públicamente que se concentra para pensar en fútbol y solo fútbol. ¿Qué más tienen que hacer en una temporada los futbolistas? Seamos serios. Un jugador de Primera 'trabaja', como mucho, tres horas al día haciendo lo que todo hijo de vecino sueña y, además, recibe pingües beneficios por ello. Pero no es suficiente. Para desempeñar bien su oficio necesita ser recluido en un hotel durante 72 horas. Quizás Abel, tajante tras la dolorosa derrota en los Juegos del Mediterráneo, no iba tan desencaminado: «No nos merecemos el respeto de nuestra afición». Amén.