La Virgen de las Angustias viste de flores el cielo de Granada | Galería

Hay pocos días más marcados en el calendario granadino que el 15 de septiembre, día de la ofrenda floral a la Virgen de las Angustias.

En un mes dedicado por completo a la Patrona de Granada, el ecuador del mismo sirve para que se le rinda un florido homenaje a esta Piedad que flanquea el dintel de su basílica para recibir el cariño de sus fieles y bendecir a los mismos.

Miles de granadinos llegados de todas partes de la provincia, algos extranjeros, las instituciones, colectivos, cuerpos de seguridad y sanidad, hermandades y todo el que quiso pasaron por puerta de la Iglesia de las Angustias para dejar allí sus flores, formando una cola que daba la vuelta a la manzana y llegaba hasta la puerta de los famosos y vecinos grandes almacenes que allí se ubican.

Ayuntamiento, Diputación, subdelegación del Gobierno, partidos políticos, ejercito, Protección Civil, Policía Loca, Policía Nacional y muchos más dejaron sus ramos y sus cestas en la mesa de ofrendas, donde el arzobispo de Granada, Javier Martínez, presidió la ceremonia, aportó su granito de arena y lanzó sus bendiciones.

Pero sin duda, el colectivo más esperado fue el del cuerpo de bomberos de la ciudad. Con su camión-grúa, los Bomberos de Granada llegan al lugar más alto donde se colocan los ramos en la Basílica y esta vez, además, su ascensión sirvió de homenaje para una mujer coraje, Rosa Portillo, presidenta de Asogra, la Asociación de Sordos de Granada.

A sus 88 años, y tras 50 años de que fundara esta asociación, Rosa subió a la cesta de la grúa para colocar un ramo de flores en el Sagrado Corazón que corona la nave central de la Basílica.

Visiblemente emocionada y con lágrimas en los ojos, estuvo en todo momento rodeada por el calor de los miembros de la asociación, que no pararon de lanzar sus manos al aire y agitarlas -la manera de dar aplausos en el lenguaje de los signos- y por Paco Cuenca, que vivió su primera ofrenda florar a la Virgen de las Angustias como alcalde de Granada.

Pero no solo las flores hallaron esta manera de encontrar el aíre, sino que también llovieron desde el cielo. Un helicóptero del Ejercito del Aire completó dos pasadas por la granadina Carrera de la Virgen y llevó a cabo sendas petaladas en las mismas, tradición que se recupera después de tres años de parón.

Un año más, toda Granada sale a la calle y se vuelca con su patrona en un 15 de septiembre que viste la ciudad de flores.

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