La Volá se estrena con éxito en la noche de Sierra Nevada
Más de 200 participantes disfrutan de una carrera popular y diferente que mezcla distintas disciplinas de esquí alpino
La Volá ha vivido su primera edición en la pista nocturna del Río, pionera en España en la práctica de deportes de invierno con luz artificial. Más de 200 se han acercado a disfrutar del estreno de una carrera de esquí diferente a cualquier otra. Esquiar de noche, competir y cerrar el día con una cena en un rincón especial de Sierra Nevada. Es lo que proponía La Volá y su fórmula ha convencido a los participantes que se han puesto el dorsal para vivir una noche distinta en pistas.
Desde las nueve de la mañana, ya se respiraba el ambiente de La Volá en la estación granadina. Durante toda la mañana y hasta las seis de la tarde, los participantes se acercaron para recoger su dorsal o apuntarse insitu a la primera edición de la prueba. A las 19h, tras la apertura de los telecabinas, se realizaría el reconocimiento del trazado, justo antes de prepararse para ponerse a prueba en la ronda definitiva. Con la noche ya instalada en la estación y las luces de Sierra Nevada iluminando la pista del Río, arrancarían los primeros participantes de La Volá, una prueba individual pero con salida en paralelo junto a otro competidor. Cada 40 segundos, el cronometro daría luz verde a dos esquiadores con ganas de disfrutar, esquiar y deslizarse por un slalom gigante y un kilómetro lanzado hasta línea de meta.
Con hasta seis categorías (de juveniles a legends) y premios para los tres primeros, La Volá es una prueba popular, nocturna y dónde lo más importante es participar y vivir el descenso con una mezcla de emoción y diversión. En Sierra Nevada buscaba también entre todos los participantes al esquiador más completo: aquel capaz de pasárselo bien y adaptarse a pruebas tan diferentes como un slalom súper gigante y un kilómetro lanzado.
La competición daría paso a la entrega de premios y a una fiesta final muy especial: la Fiesta Quattro La Volá, ubicada en la plaza de Pradollano, con sorteo de regalos mientras los esquiadores cenaban. Entre música, amigos, nieve y sorpresas los más de 200 cerraron una noche distinta a cualquier otra. Una noche de competición, de fiesta y de diversión para descubrir Sierra Nevada desde un nuevo punto de vista y con los esquís puestos.