Las empresas andaluzas apuntan a la morosidad y la fiscalidad como aspectos más negativos para su negocio, según el INE
Un 31,9 por ciento de empresas creen que el entorno macroeconómico presenta una evolución desfavorable
Casi el 32 por ciento de las empresas andaluzas señala que el aspecto que impactó más desfavorablemente en sus negocios durante el año 2015 fue la morosidad, seguidos a poca distancia por la fiscalidad, con un 31,2 por ciento, y la regulación económica (29,1 por ciento de las empresas encuestadas), según una encuesta de opinión sobre el entorno empresarial realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la última quincena de 2015 sobre una muestra de establecimientos que cubre todo el territorio nacional, todos los sectores económicos y los distintos tamaños de los establecimientos.
Estos datos en Andalucía son similares, aunque no idénticos, a los registrados a nivel nacional, donde casi el 31 por ciento de las empresas señala que el aspecto que impactó más desfavorablemente en sus negocios durante el año 2015 fue la morosidad, seguidos a poca distancia por la demanda de sus productos, el entorno macroeconómico, la fiscalidad, la regulación económica y la disponibilidad de financiación.
En Andalucía, los componentes de mayor importancia para las empresas son la demanda de sus productos, el entorno macreconómico y la regulación económica.
Asimismo, los componentes con mayor porcentaje de evolución favorable en la comunidad andaluza son la demanda de sus productos, a juicio del 14,5 por ciento de empresas encuestadas; el entorno macroeconómico (11,9 por ciento); y la disponibilidad de financiación (10,9 por ciento).
Además Andalucía presentó el mayor porcentaje de respuestas de aumento de los trámites tanto en la Administración estatal (19,1 por ciento), como en la autonómica (18,4 por ciento), de forma que las empresas andaluzas son las que perciben que los recursos que deben decidir las empresas a la resolución de trámites con las distintas administraciones han aumentado.
Un 57,2 por ciento de las empresas andaluzas creen que los trámites añadidos que debe cursarse para operar en distintas comunidades autónomas son estables, porcentaje que se eleva a la hora de operar en distintas localidades de una misma región.
Andalucía fue la comunidad que presentó un menor beneficio en las sustitución de las autorizaciones previstas por declaraciones responsables para la administración autonómica.
Un 31,9 por ciento de empresas creen que el entorno macroeconómico presenta una evolución desfavorable, mientras que un 28,3 por ciento de empresas andaluzas perciben una evolución desfavorable en la morosidad. Un 28,9 por ciento percibe una evolución desfavorable en la demanda de su productos y un 31,2 por ciento percibe una evolución desfavorable en la regulación económica.
Un 29,1 por ciento de empresas andaluzas perciben una evolución desfavorable en materia de fiscalidad, mientras que un 23,7 por ciento de empresas andaluzas perciben una evolución desfavorable en la disponibilidad de financiación.
Por el contrario, un 14,5 por ciento de empresas andaluzas apuntan una evolución favorable en la demanda de sus productos; mientras que un 11,9 por ciento de empresas apunta una evolución favorable de la adecuación del capital humano.
Un 10,9 por ciento de empresas andaluzas apuntan una evolución favorable en la disponibilidad de financiación, mientras que un 9,6 por ciento de empresas apuntan una evolución favorable en el entorno macroeconómico.
Por último, un 7,3 por ciento de empresas andaluzas perciben una evolución favorable en la eficiencia del mercado de trabajo, mientras que un 5,2 por ciento de empresas andaluzas percibe una evolución favorable en las infraestructuras.
DATOS NACIONALES
A nivel nacional, el 30,7 por ciento de los gestores empresariales encuestados señalaron la morosidad como el elemento que impactó más negativamente en su negocio durante el año pasado, frente al 42,1 por ciento que declaró lo mismo en 2014.
Le siguen la demanda de sus productos (28,2 por ciento frente al 38,5 por ciento de 2014), el entorno macroeconómico (28 por ciento frente al 42,6 por ciento), los impuestos (26,7 por ciento frente al 38 por ciento), la regulación económica (25,6 por ciento frente al 38,1 por ciento) y la disponibilidad de financiación (21,5 por ciento frente al 31,6 por ciento de 2014).
Con un porcentaje superior al 13 por ciento se citan los costes judiciales, los costes 'input' y la eficiencia del mercado de trabajo, mientras que los aspectos que menos impacto negativo tuvieron sobre el negocio fueron las infraestructuras (8,3 por ciento), y la adecuación del capital humano y la insuficiencia de equipamiento, ambas con casi un 8 por ciento.
Los impactos más favorables en el negocio vinieron de la mano de la demanda de sus productos (16,3 por ciento frente al 11,2 por ciento de 2014), el entorno macroeconómico (14,4 por ciento frente al 6,6 por ciento) y la disponibilidad de financiación (11,6 por ciento frente al 8,5 por ciento de 2014).
Por sectores, la morosidad fue el componente con mayor impacto desfavorable para la construcción y otros servicios, mientras que comercio y transporte y hostelería sitúan en primer lugar la fiscalidad y la industria coloca en primer término la demanda de sus productos.
Para las empresas más pequeñas, de menos de 10 asalariados, la fiscalidad es el componente más negativo para su negocio, mientras que para las empresas de 10 a 49 asalariados, de 50 a 199 asalariados y de 200 a 999 asalariados lo es la morosidad. Para las empresas más grandes (más de 1.000 asalariados), el entorno macroeconómico ocupa el primer puesto.
LA DEMANDA, FUNDAMENTAL PARA CRECER
Para las empresas, los componentes del entorno empresarial a los que dan mayor importancia para su capacidad de crecimiento son la demanda de sus productos (54,8 por ciento), el entorno macroeconómico (40,5 por ciento) y la morosidad (36,4 por ciento), aunque también consideran relevantes la regulación económica (33,9 por ciento) y la fiscalidad y la disponibilidad de financiación (33,3 por ciento en ambos casos).
Por el contrario, factores como los costes judiciales, la insuficiencia de equipamiento o las infraestructuras son considerados por las empresas como de escasa importancia para la capacidad de crecimiento de sus negocios.
En todos los sectores económicos, la demanda de productos es el primer componente en importancia para el crecimiento del negocio, con el entorno macroeconómico en segundo lugar, salvo para la construcción, que sitúa en segunda posición la disponibilidad de financiación y deja la morosidad en tercer puesto.
Por tamaño de establecimientos, la demanda de productos es el primer componente en importancia para todos, seguido del entorno macroeconómico, salvo para las empresas de menos de 10 asalariados, que mencionan la fiscalidad como el segundo factor más relevante para su crecimiento por detrás de la demanda.
Asimismo, la encuesta del INE revela además que menos de la sexta parte de los encuestados notaron un incremento en los recursos destinados a resolver trámites con las administraciones. El 12,5 por ciento apreció un repunte de los recursos dedicados a solventar trámites en la administración local, porcentaje que se eleva al 14,4 por ciento en el caso de la administración autonómica y al 15,6 por ciento en la estatal. Todos ellos son inferiores a los porcentajes arrojados en la misma encuesta de 2014.
Además, el 12,5 por ciento percibió un aumento en los trámites añadidos que deben cursarse para operar en diferentes comunidades autónomas, mientras que el 11,5 por ciento notó un incremento en los trámites para operar en distintas localidades de una misma comunidad. Por contra, el 2 por ciento apreciaron que estos trámites eran menores.
Por último, el INE señala que cerca del siete por ciento de los gestores empresariales consideran que la sustitución de las autorizaciones previas por declaraciones responsables supusieron algún beneficio.