Las Enfermedades Inflamatorias Intestinales, una patología invisibilizada
La doctora María José Cabello del Virgen de las Nieves explica cómo es el día a día de los afectados por estas enfermedades que aun no tienen cura
Este 19 de mayo se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Inflamatorias Intestinales. Para muchos, este tipo de patologías pasan totalmente desapercibidas, pero lo cierto es que alrededor de 360.000 personas padecen una EII en España, es decir, cerca del 1% de la población. La más destacada de estas enfermedades es la Colitis Ulcerosa, una patología que causa la inflamación de la mucosa intestinal afectando al colon y al recto y que padecen un total de 2,1 millones de personas en toda Europa.
Con este día mundial se pretende dar una mayor visibilidad a este enfermedad aun desconocida para la mayor parte de la población y que, desgraciadamente, aun no cuenta con un tratamiento que ponga fin a esta afección. Para conocer las EII en profundidad, la Dra. María José Cabello, adjunta en el Hospital Virgen de las Nieves, explica sus principales consecuencias y cómo es el día a día de los pacientes. Partiendo por el diagnóstico, reconocer a un paciente con una enfermedad inflamatoria intestinal es un proceso ciertamente complicado, "se puede empezar por una sospecha clínica como un cuadro de dolor abdominal, diarrea que a veces va acompañada de sangre o una bajada pronunciada de peso. Solemos usar pruebas como radiológicas como la ecografía o las placas abdominales, pero la fundamental para nosotros es la colonoscopia ya que con ella podemos ver el interior del intestino y determinar dónde están los daños”.
La enfermedades inflamatorias intestinales son unas de las más difíciles de reconocer ya que algunos pacientes empiezan con síntomas muy leves y prolongados en el tiempo, “sienten molestias muy difusas y nos cuesta catalogar a esas personas como un caso de EII”. Además, intervienes muchos factores, no solo la genética, si no también aspectos ambientales o tóxicos.
Esta enfermedad tiene al grupo de sus afectados en edades entorno a los 20 y los 30 años, aunque la doctora Cabello apunta que “se ha visto un aumento de los casos infantiles, incluso por debajo de los 10 años y también picos en la horquilla de los 50 a los 60 años”. El hecho de que esta afección incida, sobre todo, en la población más joven, que se encuentra estudiando, trabajando e iniciando su vida social y en pareja, “hace que su día a día sea muy duro. Cuando la enfermedad los castiga mucho, es decir, sufren dolores abdominales, cansancio crónico o acuden de forma excesiva al baño, esta situación les genera muchísima ansiedad. Además, a nivel laboral, son pacientes que no son comprendidos ya que requieren de bajas o tienen días en los que su rendimiento no es el máximo”.
Estas patologías aun no cuentan con un tratamiento efectivo que acabe definitivamente con la enfermedad. La doctora María José Cabello reconoce que las recomendaciones por parte de los profesionales de la salud pasan por mantener un estilo de vida saludable, pero no hay unas directrices claras que “puedan evitar que surja la enfermedad. Sí que sabemos que el tabaco o los alimentos procesados o muy condimentados generan una mayor prevalencia a desarrollar esta enfermedad”.
Aunque no haya una “cura”, los tratamientos para esta patología crónica han ido evolucionando a pasos agigantados en las últimas dos décadas. La doctora del Virgen de las Nieves explica que al principio las dolencias se trataban únicamente con corticoides. A partir de los 2000, se empezó a contar con fármacos biológicos destinados a frenar esa cascada inflamatoria que sufren los pacientes. Actualmente, “se han introducido moléculas nuevas y los fármacos se administran por vía oral, antes era por vía intravenosa o subcutánea. Ahora mismo estamos controlando la sintomatología, podemos prevenir brotes y hacer que el número de ingresos hospitalarios por complicaciones de la enfermedad disminuya para evitar así cirugías. Hay pacientes que consiguen hacer una vida casi normal con los tratamientos actuales, pero en otros aun no conseguimos controlar la enfermedad”.
La ciencia sigue avanzando y siguen llegando moléculas nuevas con las que seguir estudiando posibles tratamientos, de hecho, la doctora asegura que “para este año esperamos dos nuevas”. El abanico de estudios es muy amplio y, sobre todo, “prometedor, por lo que esperamos que en un futuro tengamos las armas necesarias para luchar contra la enfermedad”. El Virgen de las Nieves, junto con el PTS, continúan haciendo trabajos de investigación conjuntos y, además, colaboran en proyectos multicéntricos donde “se contrastan datos de estos pacientes para conocer mejor las EII y ayudar a las personas a que tengan una vida normal”.