Las muertes por tuberculosis se reducen a la mitad en los últimos 25 años
Más de un tercio (37,5%) de los casos mundiales no se diagnosticaron o no se notificaron de forma oficial, por lo que se desconoce la calidad de la atención recibida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que la lucha contra la tuberculosis está dando sus frutos ya que la mortalidad global se ha reducido casi a la mitad desde 1990, si bien ha lamentado que el año pasado provocara 1,5 millones de fallecimientos de los que la mayoría se podían haber evitado.
Según el último informe global sobre tuberculosis que han presentado este miércoles en Washington (Estados Unidos), en 2014 la enfermedad causó el doble de muertes en hombres (890.000) que en mujeres (480.000), y unas 140.000 en niños. Del total de fallecimientos, casi un tercio (400.000) se dio en pacientes con VIH.
Pese a estos datos, la mejoría experimentada en los últimos 25 años se debe fundamentalmente a los avances realizados desde el año 2000, cuando se establecieron los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Desde entonces, asegura este organismo de Naciones Unidas, el diagnóstico y el tratamiento efectivo ha permitido salvar unos 43 millones de vidas en lo que va de siglo.
"El informe muestra como el control de la tuberculosis ha tenido un tremendo impacto", ha aseverado Margaret Chan, directora general de la OMS, que ha admitido que estos avances son "alentadores" pero "si el mundo quiere acabar con esta epidemia es necesario ampliar los recursos e invertir más en investigación".
Para ello, el informe destaca la necesidad de fijar unos objetivos cerrados para la detección y el tratamiento de la tuberculosis, combatir la escasez de fondos y desarrollar nuevos métodos diagnósticos, tratamientos y vacunas.
Entre los avances logrados en los últimos años, la OMS reconoce que ya se ha conseguido frenar y revertir la incidencia de la tuberculosis a nivel mundial y en 16 de los 22 países con una mayor carga de la enfermedad, que representan el 80 por ciento de los casos. A nivel mundial, la incidencia de tuberculosis se ha reducido un 1,5 por ciento cada año desde el 2000, lo que se traduce en una reducción total del 18 por ciento desde entonces.
"Pese a estos logros, los avances no son suficientes", ha añadido Mario Raviglione, director del Programa Global de la Tuberculosis de la OMS, que asegura que "es inaceptable que cada día sigan muriendo unas 4.400 personas cuando ahora se pueden diagnosticar y curar casi todos los casos".
El informe de este año muestra además la cifra más alta de nuevos casos a nivel mundial (9,6 millones) de los últimos años, de los que más de la mitad (54%) se registraron en China, India, Indonesia, Pakistán y Nigeria. Además, de estos nuevos casos se estima que el 3,3 por ciento presentaban tuberculosis multirresistente (TB-MDR), porcentaje similar al de años anteriores.
COMO REDUCIR LA BRECHA DEL DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El informe pone de relieve la necesidad de cerrar las brechas de detección y tratamiento, combatir la escasez de fondos, y el desarrollo de nuevos medios de diagnóstico, medicamentos y vacunas.
En el caso del diagnóstico, la brecha actual es significativa ya que de los 9,6 millones de nuevos casos dos de cada tres (6 millones, un 62,5%) fueron notificados a las autoridades nacionales. Eso significa que más de un tercio (37,5%) de los casos mundiales no se diagnosticaron o no se notificaron de forma oficial, por lo que se desconoce la calidad de la atención recibida.
En cuanto a las deficiencias con respecto a la detección y el tratamiento, son especialmente graves entre los pacientes con tuberculosis multirresistente, que sigue representando una crisis de salud pública. De los 480.000 casos que se estima que hubo en 2014, solo una cuarta parte (123.000) fueron detectados por parte de las autoridades nacionales. Los tres países con mayor número de casos son China, India y Rusia.
Por otro lado, el informe muestra como el tratamiento de la tuberculosis multirresistente ha aumentado considerablemente, y en 2014 han sido tratados casi todos los casos detectados. Además, un total de 43 países notificaron tasas de curación superiores al 75 por ciento de estos casos. En cambio, a nivel mundial la curación es de apenas un 50 por ciento.
También ha mejorado el tratamiento de los pacientes coinfectados con VIH, ya que el 77 por ciento de los pacientes recibió tratamiento antirretroviral en 2014. Del mismo modo, casi un millón de afectados por VIH recibieron profilaxis antituberculosa, un 60 por ciento más que el año anterior. Más de la mitad (59%) fueron tratadas en Sudáfrica.
LA FALTA DE FINANCIACIÓN, UN "OBSTÁCULO"
"Una de las principales causas de las carencias en la detección y el tratamiento es el gran déficit de financiación", ha reconocido Winnie Mpanju-Shumbusho, subdirectora General de la OMS para VIH, Tuberculosis, Malaria y Enfermedades Tropicales Desatendidas.
Ese déficit ascendió este año a unos 1.400 millones de dólares (unos 1.200 millones de euros) de los 8.000 millones (7.200 millones de euros) necesarios para aplicar todas las intervenciones. Además, hay que cubrir un déficit anual de al menos 1.300 millones de dólares (1.170 millones de euros) para investigación, incluido el desarrollo de nuevos métodos diagnósticos, fármacos y vacunas.
A partir de 2016, el objetivo mundial pasará de ser el control de la enfermedad a perseguir el fin de la epidemia mundial de la tuberculosis. El objetivo para 2030 es que los países hayan reducido la incidencia de la enfermedad en un 80 por ciento, y la mortalidad hasta un 90 por ciento.