Las personas destinadas a conocerse están atadas por un Hilo Rojo

La leyenda del Hilo Rojo es una creencia que ha pasado de generación en generación en la cultura popular asiática, presente sobre todo en las mitologías china y japonesa, y que cuenta las personas predestinadas a conocerse están atadas por un Hilo Rojo a su dedo meñique.

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Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper.

Esta creencia habla de cualquier tipo de personas que estén destinadas a establecer cualquier tipo de lazo afectivo, bien sea de pareja, amistad, e incluso entre padres adoptivos e hijos. Es más, en Japón la leyenda de Hilo Rojo es muy usada como metáfora para este último caso, llegando a creer que el hilo ya había predestinado esa unión padre e hijo y ayuda a fortalecer el vínculo y la larga espera del niño antes de poder tenerlo cerca.

Otras expresiones que han hecho de esta leyenda parte de la cultura popular son por ejemplo: "estamos tirando fuerte del hilo rojo", o "tendiendo puentes con hilos rojos".

Se cree que las personas vienen con ese hilo atado desde la cuna y que está presente sin importar el momento de sus vidas en que las personas vayan a conocerse. El hilo no se puede romper, pero sí se puede tensar y destensar como parte de ese lazo afectivo que hay entre ellas.

¿De dónde surge esta leyenda?
Se dice que la leyenda del Hilo Rojo surgió como una manera simbólica de referirse a los sentimientos mediante la unión del meñique con el corazón.

El motivo de relacionarlo con el dedo meñique fue a raíz de descubrir que la arteria ulnar enlaza el corazón con este dedo, entonces, se empezó a decir que los hijos rojos del destino eran los que unían los meñiques y los corazones.

¿Será por eso que en algunos países sea costumbre hacer promesas enlazando los dedos meñique?

Otras historias de la leyenda
- El anciano que vive en la luna

Un anciano que vive en la luna, sale cada noche en busca de aquellas almas que están predestinadas a encontrarse en la Tierra. Cuando las encuentra, las ata con un hilo rojo para que no se pierdan jamás.

- El joven emperador

"Hace mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia.

Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo.

Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: "Aquí termina tu hilo", pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.

Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda.

Era el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente. Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente".