Las vidas que penden de un hilo telefónico

150 personas decidieron poner fin a sus vidas voluntariamente en la provincia de Granada durante el año pasado | Teléfono de la Esperanza es una ONG dedicada a ofrecer escucha y ayuda para quien les necesite, basta con una llamada

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Transeúntes dejan su frase de esperanza en una pizarra
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"Perdona, ¿tienes un momento para escucharme?". Es la pregunta que una mujer formula a cuantos viandantes encuentra en el entorno de la Fuente de Las Granadas. Ella, voluntaria de la ONG Teléfono de la Esperanza, que tiene 'todo el tiempo del mundo' para escuchar, pide sólo un momento.

Un gran lazo verde yace en el suelo rodeado de pequeñas velas. Cada una de ellas parece representar una vida que merece ser salvada, ser oída. En el entorno de la plaza, y en el Día Internacional para la prevención del Suicidio, los voluntarios invitan al transeúnte a colocar una de esas velas, a dejar en la pizarra una frase de esperanza para quien la haya perdido.

EL SUICIDIO, UN TABÚ DE NUESTROS DÍAS

La efeméride de ayer recuerda a los desperados, a los que no encuentran salida y optan por tomar la única decisión que no tiene vuelta atrás. El objetivo de esta jornada, "concienciar a la sociedad, porque todos podemos tender una mano y salvar vidas".

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Lazo extendido junto a la Fuente de Las Granadas

Habla Lola López Justicia, presidenta de la ONG en Granada. Y habla serena de datos crudos, como que Andalucía es la comunidad autónoma donde más suicidios se dan de toda España, siendo además la primera causa de muertes por encima de accidentes de tráfico. O que durante el año pasado 150 personas se quitaron la vida en la provincia de Granada, una cifra que ha evolucionado al alza en los últimos tres años. Con todo, sólo en el 6% de las llamadas de recibidas aparece la palabra suicidio. 

Para ella está claro que la de crisis ha influido en las estadísticas. Afirma también que el suicidio es un "tabú", eso de lo que no se habla. Y apunta que quien manifiesta esta intención "no es que se quiera morir, es que no sabe afrontar la situación que vive".

LA ESCUCHA SIN DESCANSO

El secreto de su trabajo es la escucha activa, empatizar y dejar fluir el relato para que surja el conflicto, ya que "si en ese momento no entra aire fresco de alguien que le escuche, es muy desesperante".  Juega también a favor el anonimato, la cercanía remota del hilo telefónico, la total disponibilidad de ayuda cuando se necesite.

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Lola Löpez y el concejal de Familia y Bienestar Social en el Ayuntamiento de Granada comparecen ante los medios

Como común denominador, quienes llaman no ven solución a sus problemas. Situaciones económicas angustiantes, que han llevado en los últimos años al suicidio a personas amenazadas de desahucio, desengaños amorosos en los que no se atisba solución, un hijo drogadicto...y sin embargo, "el hecho de ver que hay otras personas con problemas similares que salen adelante, nos hace ver que nunca suicidarse es la solución".

Como signos o indicios que permitan detectar una conducta suicida, López señala el encierro en sí mismo, las depresiones continuadas o el aislamiento social. Y desmonta el mito de que quien anuncia repetidamente el suicidio, no llega a consumarlo.

MÁS ALLÁ DE LA LLAMADA

Teléfono de la Esperanza ofrece también citas personales cuando la llamada no basta. Allí espera un equipo de psicólogos, abogados, trabajadores sociales o mediadores familiares, según necesidades; más de cincuenta voluntarios forman parte en Granada de una ONG aconfesional, apolítica y anónima: nunca piden el nombre a quien acude a ellos.

Asimismo y además de "curar", la prevención es clave. Se ofrecen cursos de crecimiento personal impartidos por psicólogos, donde se cultivan aspectos como la autonomía afectiva, asertividad, autoestima o relaciones interpersonales. Se trata, en definitiva, de reconstruir el andamiaje afectivo, la estabilidad que evite caer en los mismos pensamientos.