Lavarse las manos protege de hasta 200 enfermedades y disminuye el riesgo de desarrollar resistencia a los antibióticos
Según UNICEF, en 2015 más de 300.000 niños menores de cinco años murieron en todo el mundo por enfermedades diarreicas ligadas a la falta de agua potable y saneamiento
El hábito frecuente de lavarse las manos ayuda a protegerse de la aparición de hasta 200 enfermedades y disminuye el riesgo de desarrollar resistencia a los antibióticos, según ha informado la organización Lavado de Manos con motivo de la celebración del día mundial de esta acción que, en esta ocasión, lleva por lema 'Haz del lavado de manos un hábito'.
Algunas de las enfermedades que se pueden prevenir son las infecciones respiratorias, como la gripe común o gripe A, neumonía, tosferina y bronquiolitis; patologías de transmisión feco-oral, como la cólera, diarrea y hepatitis A y E; así como la gastroenteritis, gastritis, neumococo, enfermedad mano-pie-boca o lombrices intestinales.
De hecho, según datos de UNICEF, en 2015 más de 300.000 niños menores de cinco años murieron en todo el mundo por enfermedades diarreicas ligadas a la falta de agua potable y saneamiento. Además, diversos estudios han mostrado que el lavado de manos con jabón después de ir al baño y antes de comer puede reducir la incidencia de enfermedades diarreicas en un 40 por ciento o en un 25 por ciento la tasa de contagio de neumonía entre los menores.
"Cada año, 1,4 millones de niños mueren por enfermedades prevenibles como la neumonía y la diarrea. Se trata de una cifra abrumadora, que se podría reducir a través del trabajo con niños y familias para que adopten una solución muy sencilla: lavarse las manos", ha aseverado el jefe de agua, saneamiento e higiene de UNICEF, Sanjay Wijesekera.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diversas entidades y profesionales sanitarios aseguran que un lavado frecuente y correcto de las manos implica menos enfermedades que requieran antibióticos y, por ende, ayuda a disminuir la creciente resistencia a estos fármacos.
ESPAÑA, UNO DE LOS PAÍSES DONDE MENOS VECES SE LAVAN LAS MANOS
Ahora bien, aunque en los países en vías de desarrollo esta práctica está poco extendida como consecuencia de la falta de agua e higiene (en Haití han aumentado los casos sospechosos de cólera y diarrea aguda desde el huracán del pasado 4 de octubre), tampoco lo está en algunos países desarrollados como, por ejemplo, en España.
En concreto, un estudio realizado por SCA y WSSCC, en el que se han analizado los hábitos de 12 países de todo el mundo, entre ellos España, Suecia, Estados Unidos, China o la India, ha mostrado que los españoles son los que menos veces se lavan las manos al día.
Y es que, mientras que los indios se lavan las manos 10 veces al día, los suecos unas nueve o los ingleses una media de ocho, la frecuencia entre las mujeres españolas se sitúa en torno a las 7,7 veces diarias y la de los hombres en unas 6,2 ocasiones. Además, y pese a estos datos, el 85 por ciento de los varones y el 87 por ciento de las españoles consideran que se lavan las manos lo suficiente.
"Queremos concienciar a la población de la relevancia que tiene una correcta higiene y romper los tabúes sobre ciertas cuestiones como, por ejemplo, la higiene femenina", ha recalcado el country manager de SCA España, José Ramón Iracheta.
CONSEJOS PARA LAVARSE LAS MANOS
Con el objetivo de mejorar este hábito, desde la asociación Lavado de Manos han recordado la importancia de lavarse con agua y jabón al preparar los alimentos o manipularlos, después de tocar tierra o alimentos, tras usar el inodoro o cambiar pañales, antes de tocar a un bebé o si se está en contacto con ancianos o enfermos, así como después de estornudar o toser.
También es aconsejable hacer un buen lavado de manos al llegar a casa, tras viajar en transporte pública o después de estar en espacios cerrados y con mucha gente. Sin embargo, para que el lavado de manos sea eficaz hay que tomarse el tiempo adecuado, unos 40 o 60 segundos en total, sin minimizar u olvidar ninguna de las cinco fases: mojado de manos, enjabonado, frotado, aclarado y secado.
Así, un correcto lavado de manos implica siempre la utilización de agua a cualquier temperatura y de jabón o gel, así como el frotado "a conciencia" de ambos lados de las manos, dedos, espacio entre los dedos y debajo de las uñas durante al menos 20 segundos, procediendo posteriormente al aclarado completo que arrastre toda la suciedad.
En cuanto al secado, en el ámbito doméstico puede realizarse con una toalla de tela, la cual se debe cambiar con frecuencia en función del uso y de las personas que la utilicen. Cuando hay enfermos, las toallas deberán ser individuales, así como en el caso de los niños pequeños o ancianos.
Finalmente, en el ámbito público, el secado de manos debe hacerse por ventilación o toalla de papel. "El gel hidroalcóholico u otros sistemas, como las toallitas con solución jabonosa, son una alternativa cuando no hay acceso a jabón, agua o lavabos", han zanjado los expertos.