Licencia para soñar
"El algunas cosas estamos verdes, pero las sensaciones son buenas, las intenciones también, sumamos un punto ante un rival al que le ganamos el 'gol-average' y el empate nos permite seguir con ilusión para los próximos partidos", dijo Abel tras el Deportivo de la Coruña-Granada del domingo en Riazor. Firmo a ciegas debajo del análisis del nuevo técnico rojiblanco. Me sorprendió mucho y para bien, claro, el conjunto nazarí en el debut de Resino. No es sencillo vivir con grilletes durante seis meses y aprender a caminar sin ellos en solo siete días. El equipo mostró buenas maneras tras el cambio de entrenador y, a pesar de que ya se suman dieciséis jornada sin ganar, la perspectiva parece otra. Sí, hay vida después de Joaquín Caparrós. Nadie tenía dudas de ello. Se reaccionó algo tarde, pero ya es mejor no remover el pasado.
En la botella medio llena, metemos la sangre fresca que ha inyectado el libro de estilo de Abel, las incorporaciones de Ibáñez y Lass y los galones que se echó durante un buen rato Piti, muy necesario en un equipo con tanta falta de personalidad. En la botella medio vacía, me quedo con las dudas de Oier e Insúa. No tienen mala pinta pero no siembran confianza plena. El portero parece algo inseguro en los balones aéreos y el lateral izquierdo debe cuidar más su espalda y adaptarse al ritmo europeo. Detalles, positivos y negativos, que deja el primer Granada de Abel. El segundo lo veremos el próximo sábado en Los Cármenes ante el Elche. Final a 31 de enero. Ganar es salir de la zona de descenso, dejar a un rival directo muy tocado y coger impulso para el resto de 17 finales que faltan para el término del campeonato. Los Cármenes debe meter el primer gol. El resto, el equipo. La ilusión ha vuelto. Hay licencia para soñar. Por fin.