Líderes contentos con los de arriba, de fuera y con mala cara con los de dentro
Cuando no actuamos de acuerdo con lo que pensamos de la importancia de ser buen profesional y buena persona, en realidad, fracasamos
En las organizaciones hay muchos jefes y algunas jefas que prefieren estar a bien con los de arriba, de fuera de la organización, frente a los de dentro, los de la casa. Y así nos va.
Para ser buen/a jefe/a creo que es importante tener la mentalidad de querer ayudar a la gente, al equipo. Y ayudar significa, facilitar ser mejores personas y mejores profesionales, ya que para ser buen profesional hay que ser buena persona. Y la verdad es que hay muy pocos jefes/as que tengan esa mentalidad. En nuestro entorno no vemos a los/as jefes con esa cabeza.
Cuando dejamos de luchar ante esa idea de buen profesional y persona, en realidad, fracasamos. Cuando no actuamos de acuerdo con lo que pensamos de la importancia de ser buen profesional y buena persona, en realidad, fracasamos. En cambio, cuando fracasamos luchando por lo que pensamos, por esa idea, en realidad, aprendemos.
Es verdad que hay mucha gente en mi entorno que no va a trabajar contenta, va a trabajar diría un tanto fracasada porque tiene algunos de sus jefes/as, que actúan de formas y maneras muy discutibles.
Estos jefes/as actúan como personas sin criterio, que prefieren el fracaso al éxito, que buscan las pegas, que ponen trabas, que están con mala cara, que dicen A y hacen B, que se ponen las medallas de otros, que no valoran ni reconocen el trabajo bien hecho, que creen siempre tener razón, que regañan, que acusan, que incluso amenazan, que exigen lo que no dan, que se apropian de lo que no es suyo, que menosprecian a quienes aportan valor, que juzgan sin valorar los hechos, que ironizan, que etiquetan negativamente, que generalizan a partir de un hecho, que no comunican, que se contradicen entre ellos, que se hacen quedar mal quitándose la razón en público y que contagian demasiadas emociones negativas, aunque algunos peloteen sin saber por qué o mejor dicho en busca de su beneficio propio.
Y la realidad es que todos y todas tenemos cosas importantes que aportar, todos y todas queremos sentirnos bien tratados y la clave está en que los jefes/as sepan cuidarnos, mimarnos. Y cuidar y mimar no son los verbos que mejor utilicen algunos de nuestros jefes/as.
Probablemente eso nos pasa porque nuestros jefes/as viven en bucle y solamente ven lo negativo, lo que no les gusta, y a veces necesitan parar y comprobar que todo lo que tienen alrededor, los profesionales no funcionan mal, sino todo lo contrario; a pesar de la falta de estrategia, siguen haciendo su trabajo, a pesar de ellos y ellas. Todos los que trabajamos en las organizaciones tenemos nuestro talento, todos tenemos cosas buenas, pero no les dan valor ni las reconocen. Los expertos dicen que hay que valorar lo positivo, disfrutar de lo que uno tiene y no centrarse en lo que no tiene. Y esa es una lección que nuestros jefes/as tienen muy lejos.