Llegan los platos fuertes del Festival de Granada este jueves con Juanjo Mena y Enriqueta Somarriba

El patio del Ayuntamiento acogerá también el concierto de piano ofrecido por Antón & Maite Piano Dúo, que interpretarán obras de Mozart, Bolcom y Schubert

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El director vasco Juanjo Mena | Foto: Gabinete
Gabinete
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La 69 Edición del Festival internacional de Granada afronta su recta final con platos fuertes. Para este jueves, el vitoriano Juanjo Mena, convertido en el director de orquesta español más internacional, estará al frente de la Orquesta Sinfónica de Galicia en el espectacular Palacio de Carlos V, en la Alhambra.

El que fuera en 2016 Premio Nacional de Música, en la modalidad de Interpretación ofrecerá la Obertura Egmont, la más importante de las diez piezas que Beethoven escribió en 1810 para una representación del Egmont de Goethe, y la Sinfonía núm. 7, apoteosis del ritmo, y aquella que, según testimonio de Liszt, “bailaba Wagner”.

Entre medias, la joven granadina María Dueñas tocará como solista lo que Joseph Joachim, uno de los mayores violinistas de la historia, llamó «el concierto de los conciertos».

El patio del Ayuntamiento acogerá también el concierto de piano ofrecido por Antón & Maite Piano Dúo, que interpretarán obras de Wolfgang Amadeus Mozart, William Bolcom y Franz Schubert.

Y la pianista madrileña Enriqueta Somarriba cierra el ciclo de las obras de Beethoveen interpretadas al piano, que ya habían sido trascritas por el compositor Liszt. El húngaro, que ya había transcrito la obra para dos pianos, efectuó un primer traslado para un piano restringido a los tres primeros movimientos. Escribió una y otra vez al editor (Breitkopf) para que le dispensara de la tarea de transcribir el último, que consideraba irrealizable por añadir a la dificultad de trasladar la orquesta también llevar al teclado las voces. Pero hasta eso que parecía irrealizable lo llevó finalmente Liszt a cabo casi por completo, con una partitura de increíble dimensión y temible dificultad, y en la que, de manera asombrosa, apenas se percibe la inevitable omisión de algunas partes de la línea vocal.