La lluvia no agua la fiesta de la Cabalgata de Reyes de Granada
La población se echa a las calles para disfrutar de un recorrido acortado debido a la intensidad de las precipitaciones
Granada respondió con creces este viernes a su Cabalgata de Reyes en una jornada cargada de ilusiones. La invitada de excepción fue la lluvia, cuya intensidad por momentos provocó que el recorrido del desfile se acortase. Ni las precipitaciones aguaron una fiesta en la que la ciudadanía disfrutó con creces. Todas las calles permanecieron abarrotadas a pesar del tiempo, un sacrificio que mereció la pena por los ánimos de los más pequeños, que recogieron caramelos, peluches y pelotas para llevarse a casa. La felicidad fue la misma para Melchor, Gaspar y Baltasar, que fueron recibidos por una Plaza del Carmen entregada a la que saludaron desde el balcón del consistorio para poner el broche de oro con sus mejores deseos para los granadinos.
La caída de un pequeño chispeó alimentó las dudas antes de las 17:30 horas, momento previsto para la partida. Finalmente, pasadas las 17:45 horas, la alcaldesa Marifrán Carazo dio un pistoletazo de salida en forma de confeti. Posteriormente, la regidora pidió ayuda de la "magia" para una tarde tan especial.
El cortejo de 800 personas comenzó su viaje desde Gran Capitán para repartir 16.000 kilos de caramelos. La previsión meteorológica fue una excusa tan fantástica como innecesaria para esas abuelas que emplean sus paraguas para coger todos los caramelos posibles. La experiencia es un grado para todo lo que se propone uno en la vida. Otras personas innovaron menos y optaron por llevar bolsas como si acudiesen a su supermercado de confianza, pues la comodidad también prima.
Un recorrido acortado por la lluvia
La estampa de las calles fue idílica para los integrantes de las carrozas. La imagen de puntos como Gran Vía repleta hasta los topes mostró las ganas que tenía Granada de su cabalgata, que arrancó con ritmo para recuperar el tiempo generado por el retraso inicial. Esa velocidad fue mayor aún pasadas las 19:10 horas, cuando la lluvia pasó a ser más que chirimiri. Las carrozas apagaron sus luces para minimizar riesgos y el Ayuntamiento optó por acortar el recorrido y renunciar al tramo planeado por calle Fontiveros para pasar por Profesor Tierno Galván, Pablo Picasso y Poeta Manuel de Góngora antes de su vuelta para acudir a la Plaza del Carmen.
Los granadinos aguantaron estoicamente, especialmente los más optimistas que decidieron salir de casa sin paraguas. Cuando la lluvia apretó, los balcones de algunos pisos lucieron mucho. Cuando por fin llegó una tregua, el ambiente de fiesta era el mismo. No hay estado de ánimo que no se levante cantando a pleno pulmón 'La Gallina Turuleca'.
Las personas que esperaban en la Plaza del Carmen vieron llegar en primer lugar a Kiki Morente, que se mostró muy emocionado tras recorrer las calles como Melchor. "No quería que terminase", confesó el artista nada más bajar de su carroza, en la que se quedó con "cada mirada" de los niños. Además, en su mano portaba varias cartas de los pequeños que aseguró que guardará
Los sentimientos afloraron también en Gabino García. El periodista relató como un hombre se acercó a su carroza para pedir "salud para su hijo". En esa misma línea, el segundo Rey Mago resaltó la importancia de la solidaridad, un valor que debe brillar en la sociedad.
La última llegada fue la de Baltasar. Pablo Pin demostró desde su carroza que maneja muy bien el arte del pase para repartir pelotas y constató que algunos ciudadanos serían capaces de robarle la bola al mismísimo mago Lluís Costa. El entrenador del Covirán Granada se acordó de los niños que se encuentran en hospitales o sufriendo guerras porque ellos "también se merecen disfrutar de los Reyes Magos".
Un recibimiento por todo lo alto
Marifrán Carazo recibió uno por uno a sus Majestades de Oriente y les expresó el deseo que tenía Granada de su llegada. Posteriormente, les entregó la llave de la ciudad para poder acceder a todos los hogares con el anhelo de "que se cumplan los sueños de todas las familias". Los cuatro subieron entonces al balcón del ayuntamiento, donde fueron presentados por todo lo alto por el Duende Fermín del Albayzín, quien hizo las delicias de los presentes con su excelente oratoria.
La alcaldesa de Granada optó por no extenderse en su discurso, en el que quiso dirigirse a los más pequeños. El protagonismo era para los Reyes Magos, que expresaron sus mejores deseos con menciones especiales a la salud, la paz, solidaridad y el cuidado de la familia. Un espectáculo de fuegos artificiales puso el punto y final a una mágica tarde de cabalgata que ni el agua pudo empañar.