Loreak: una muerte, unas flores y la duda une a tres mujeres
¿Qué es lo que al mismo tiempo las distancia?
Loreak, que en español significa Flores, es el título que da nombre a la película dirigida por los vascos Jose Mari Goenaga y Jon Garaño, la cual fue elegida como representante de España para el Oscar a mejor película de habla no inglesa, y curiosamente, la primera en la historia de tal candidatura en la que se habla por completo en euskera.
Los diálogos, la fotografía (Javi Agirre Erauso), la música (Pascal Gaigne), y hasta su título, convierten a Loreak en una película sobria, y sin embargo, sabe calar bien hondo. “Menos es más” diría una vez el arquitecto Mies van der Rohe, y parece que los directores de Loreak supieron llevar con mucho gusto ese lema al cine.
Loreak cuenta una historia ficticia, pero se ayuda de unos personajes y situaciones tan reales, que a la vez se hace cercana. No es una historia compleja, aunque para darle una pequeña vuelta de tuerca y misterio a la narración, juega con la casualidad y la incertidumbre, tanto con la de los personajes como con la del espectador.
Es, en realidad, una historia de emoción, de sentimientos encontrados entre las protagonistas, de dudas, de silencios que hablan, pero ante todo, una historia que habla del olvido.
Unas flores son las responsables del cruce de caminos de tres mujeres: Tersa, Lourdes y Ane.
Han pasado tres años de la muerte de Beñat y ya apenas se ven flores en el tramo de carretera donde tuvo lugar el accidente. Teresa, la madre de Beñat, aun sigue yendo a cuidar las flores que puso la semana anterior, y critica indignada las flores de plástico que la cuadrilla de su hijo ha dejado: “La gente no muere mientras nos sigamos acordando de ella”.
Teresa:
Lourdes era la mujer de Beñat, y tras su muerte, rompe lazos con la familia de este, e intentando olvidar el triste suceso, se aleja y comienza una nueva vida. Sin embargo, el reencuentro con un familiar del difunto cambia las cosas: Este le comenta que hay alguien que sigue dejando flores a Beñat, y pregunta a Lourdes si es ella; esta, le explica que tras el accidente no volvió a presentarse allí.
Este inesperado suceso hace que el recuerdo de Beñat aflore en la mente de Lourdes y que intente averiguar a toda costa la procedencia de esas flores, ¿quién, después de tres años, sigue llevando flores a su marido?
Lourdes:
Ane conocía poco a Beñat. Eran compañeros de trabajo y habían hablado veces contadas. Uno de esos días en los que habían intercambiado unas pocas palabras fue cuando Beñat aconsejó a Ane cómo cuidar el ramo de flores que tenía puesto en su mesa: tenía que cortarles el tallo para que la flor pudiera absorber agua durante más tiempo.
“Entonces la herida se tiene que mantener abierta” diría Ane,
“Si quieres que dure más, si” contestó Beñat.
Cada semana desde hace tres años, Ane hace autostop para que le acerquen al lugar del accidente y allí deja un ramo de flores. Esta vez, en las flores que había dejado la semana anterior se encuentra una nota: “¿Quién eres? Necesito hablar contigo, por favor llama a este teléfono…”
Ane:
Con esta pequeña presentación de las protagonistas y su contexto, termino el artículo esperando que os haya picado el gusanillo y os quedéis con las ganas de conocer mejor a las tres mujeres de esta historia, las cuales harán brotar en nosotros emociones que en ocasiones preferimos olvidar… ¿o no?
Un artículo de Maite Gamboa de Cineptos Zinescrúpulos