Los agricultores temen que la falta de lluvias y las altas temperaturas mermen la cosecha de cereales
Pastos, árboles frutales y frutos secos también se han visto afectados por la falta de precipitaciones
La asociación agraria Asaja afirma que la ausencia total de precipitaciones unida a las altas temperaturas del mes de febrero están condicionando el desarrollo de los cultivos de invierno, principalmente los cereales, que están sufriendo una importante degradación poniéndose en peligro la próxima cosecha de no llover en los próximos días.
La cosecha esperada podría estar, de mejorarse las condiciones, al menos en la media de los últimos años, en torno a las 53.000 toneladas para la cebada (el año pasado fue mejor y se llegaron a producir más de 62.000 toneladas) y en torno a las 15.000 toneladas para el trigo.
Por lo que respecta a los pastos, Asaja considera "preocupante" la situación, principalmente en la zona norte de la provincia, pues la falta de reservas hídricas provoca el debilitamiento de la planta en un momento que debería ser de pleno desarrollo del pasto de cara a la primavera.
Esta situación causa grave preocupación entre los ganaderos de extensivo que verían incrementados los costes de alimentación del ganado si definitivamente no hay un desarrollo adecuado del alimento natural.
Los árboles frutales y frutos secos, especialmente el almendro, se han visto afectados, no tanto por la falta de agua, sino por las altas temperaturas que están provocando el adelanto de la floración.
Teniendo en cuenta que estos árboles son muy sensibles a las temperaturas bajas en plena floración, el problema puede llegar si en las próximas semanas hay un bajada de temperaturas significativa.
En cuanto al olivar se está todavía recolectando en algunas zonas, en el Poniente y los Montes Orientales, pero ya está prácticamente finalizada en el resto de la provincia y se inician ya las tareas de poda, abonado y tratamientos de primavera. Los agricultores esperan que llueva pronto para que se reactive la planta.
La producción estará en torno al aforo previsto, 142.712 toneladas, un 57,1 por ciento superior a la anterior campaña y un 26,7 por ciento más de la media de los últimos cuatro años.
Asaja advierte, no obstante, que la falta de agua durante estos meses de invierno puede perjudicar seriamente la próxima cosecha de aceituna, sobre todo, si la primavera viene seca, ya que no habrá agua almacenada en el subsuelo de reserva.