Los arqueólogos continúan trabajando en Víznar para la localización de fosas de la Guerra Civil

Según ha explicado en rueda de prensa el director general de Memoria Democrática, Luis Naranjo, ya se ha trabajado sobre unos 30.000 metros cuadrados, pero aún quedan por sondear otros 10.000, por lo que "no podemos hablar de inexistencia absoluta de fosas"

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El equipo de arqueólogos que analiza unos 40.000 metros cuadrados de terreno en la zona de Puerto Lobo, en Víznar (Granada), continúa la búsqueda de fosas comunes de la Guerra Civil, pese a que las tareas no han dado por ahora evidencias de este tipo de enterramientos.

Según ha explicado en rueda de prensa el director general de Memoria Democrática, Luis Naranjo, ya se ha trabajado sobre unos 30.000 metros cuadrados, pero aún quedan por sondear otros 10.000, por lo que "no podemos hablar de inexistencia absoluta de fosas".

"No se pueden agujerear los 40.000 metros cuadrados, es verdad que hasta ahora no se han encontrado, y que la probabilidad es cada vez menor, pero la intención es seguir trabajando, porque existen muchos testimonios orales que dicen que allí existen fosas muy grandes con cientos de personas enterradas", ha indicado.

Naranjo ha recordado además que se trata de personas "desaparecidas", porque el franquismo "no sólo fusiló de manera irregular, sin ningún tipo de juicio", sino que además "ocultó las pruebas del crimen", enterrando en "distintos sitios" y llevando a los fusilados a localidades diferentes. "No se puede descartar que los que aparecen como fusilados allí no estén en Víznar, todo está abierto", ha considerado.

Los trabajos en Puerto Lobo, coordinados por el arqueólogo Iván Sánchez, están impulsados por la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, que concedió una subvención de unos 23.700 euros para la ejecución de las prospecciones, instadas por el Ayuntamiento de Víznar.

Según explicó recientemente el arqueólogo, aunque un primer estudio preliminar del terreno apuntó a la posible existencia de ocho posibles zonas de enterramientos comunes en la zona, situada a unos pocos kilómetros del paraje donde fusilaron al poeta Federico García Lorca, las perforaciones posteriores y la prospección geoarqueológica ha sido negativa en ese sentido.

Existen testimonios orales --y algunos escritos, aunque escasos-- de que Puerto Lobo fue zona de fusilamientos masivos al comienzo de la Guerra Civil, en julio de 1936, y de hecho, varios familiares de posibles víctimas aportaron sus ideas de la posible ubicación de las fosas, y también, según Sánchez, el equipo ha contado con el asesoramiento del hispanista Ian Gibson y de historiadores locales.

Ya el pasado año, en el Barranco de Víznar, muy cercano, las catas permitieron ubicar cinco fosas comunes --señalizadas hoy día--, donde se encontraron restos de armas de fuego y huesos humanos, con una disposición aleatoria y no convencional, por lo que se trasladó el asunto a un juzgado, que, como vienen haciendo todos los tribunales en estos casos, sobreseyó el caso.

LOS TRABAJOS EN ALFACAR, DONDE PODRÍA ESTAR LORCA

Por otro lado, la Dirección General de Memoria Democrática no tiene novedades acerca de la continuación de los sondeos en la zona del Peñón del Colorao, donde otro grupo de arqueólogos trabajó en los primeros días de diciembre del pasado año, para intentar localizar la fosa en la que se cree que podría estar enterrado Federico García Lorca, junto al maestro Dióscoro Galindo y los banderilleros Joaquín Arcollas y Francisco Galadí.

Así, está pendiente de que se presente de forma oficial el informe sobre una primera fase de las tareas desarrolladas con georradar, que descubrió un camino coincidiendo con el antiguo cauce de un arroyo y dos anomalías en el terreno, una de ellas con profundidad suficiente para ser un enterramiento común, en el borde del mismo.

Su ubicación coincide con los testimonios recogidos en su día por el periodista Eduardo Molina Fajardo, que señalaban el posible enterramiento en un "pozo alargado" con un color de tierra gris, junto a un pequeño camino (el cauce del arroyo descubierto).

Concretamente, se encontraron en unos terrenos que se usaron en 1936 como campo de instrucción para las tropas de Falange y que iban a ser convertidos en un campo de fútbol en 1998. Las obras se paralizaron sin embargo después de que la propia hermana del poeta, Isabel García Lorca, alertara al propio presidente de la Junta entonces, Manuel Chaves, de que allí podría estar enterrado el autor de 'La casa de Bernarda Alba'.