Los barrios de Granada hablan: El Fargue

Las conexiones a pie del barrio centran las reivindicaciones de su asociación de vecinos, que también pide más presencia policial

El Fargue - Foto Remitida
Panorámica de El Fargue, con su ermita principal en primer término a la derecha | Foto: Remitida
Miguel López Rivera
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Es el último confín de Granada por su franja nororiental. O el primero, según se mire. Tan alejado está que muchos creen que sigue siendo un pueblo independiente. Y, de hecho, promovió un referéndum para segregarse de Granada en 1993 que tuvo poco recorrido legal, pero que avivó los ardores identitarios que reclamaban una mayor atención a los problemas del barrio por parte del Ayuntamiento de Granada.

Hoy, El Fargue ha mejorado sensiblemente. El barrio que nació alrededor de la Fábrica de Pólvoras de Santa Bárbara, que ha dado de comer a tantos y tantos granadinos a lo largo de décadas, continúa alejado del núcleo principal de la capital, pero tan henchido de orgullo y 'granaíno' como ninguno.

Como suele pasar en estos casos, cuenta con un tejido asociativo fuerte, consciente de que la unión hace la fuerza y es el único camino para seguir ganando cotas de progreso. Jesús López es el presidente de la Asociación de Vecinos Aynadamar-El Fargue y también el protagonista de una nueva entrega de 'Los barrios de Granada hablan...', el serial con el que GranadaDigital quiere escuchar las reivindicaciones y propuestas de los distintos rincones de la ciudad a poco más de cuatro meses de las municipales.

Arreglo de los accesos a pie y más buses

Sea cual sea el tema que se aborda con López, de trasfondo siempre aparece el mismo problema. No hay que ser muy astuto viendo la situación geográfica del barrio. Las conexiones, a pie y por carretera, son el principal aspecto a mejorar. El presidente de la asociación de vecinos destaca tres: la construcción de acerado para cohesionar el Barrio Alto y el Bajo, una senda verde que lo una con el Albayzín y Haza Grande, y terminar de arreglar el Camino Real de Víznar.

Sobre lo primero, el representante vecinal recuerda que El Fargue "es un barrio pequeño, con entre 400 y 500 vecinos censados, que se divide en dos zonas, Alto y Bajo, muy alejadas la una de la otra y separadas por la Fábrica de Pólvoras". "La idea es que haga un buen acerado entre ambos barrios. Es una demanda histórica que no se acaba de solucionar. Y ahora urge más que nunca, pues crece la inquietud de la gente por andar. Se toma nota, sí; pero la respuesta no tiene la inmediatez ni la solución que esperamos", lamenta.

Por otro lado, Jesús López echa en falta la "reivindicación a largo plazo" de hacer una senda verde que conecte El Fargue con el Albayzín y Haza Grande: "Sería siguiendo el actual Camino Viejo, que es camino de paso para las rutas senderistas. Estamos muy mal comunicados". Mejores perspectivas presenta la unión hasta Víznar por el Camino Real. Aquí el planteamiento pasa por sustituir la tierra por piso blando. Se trata de un itinerario ciclista y, por el momento, "ya se ha arreglado el Camino de Beas, también el del Sacromonte, y ahora parece que el Ayuntamiento está por la labor", celebra el presidente de la asociación de vecinos.

En lo que respecta al servicio de autobús, López se muestra cauto, como su voz al otro lado del teléfono sugiere durante toda la conversación, pero reivindicativo: "Comprendiendo y entendiendo que El Fargue es un núcleo de población pequeño, la última demanda es que haya más autobuses porque uno no sabe ya qué va primero, si el hecho de que aquí no venga más gente a vivir porque no está bien comunicado o si no está bien comunicado porque no viene más gente a vivir. Recientemente ha habido una recogida de firmas entre los vecinos".

Limpieza, seguridad e incendios

Otra problemática que aparece recurrentemente en las comidillas vecinales cuando se abordan corrillos para tratar los problemas del barrio es la del solar entre El Caldero y el Cementerio de El Fargue que se ha convertido en una improvisada escombrera. "Es una lacra que tenemos desde hace muchísimos años. La gente tira escombros y tierra de las plantaciones. El Ayuntamiento lo limpia con bastante regularidad, pero al día siguiente vuelven a aparecer escombros, macetas, sacos de tierra, materiales o colchones. Hay de todo y es por la falta de civismo de la gente", denuncia.

No obstante, preguntado sobre si se podría tomar alguna medida complementaria, Jesús López considera que un aumento de la presencia policial permitiría mitigar esta circunstancia: "Además, vendría bien porque últimamente está habiendo más casos de robos".

El aumento de los efectivos policiales también ayudaría a paliar los incendios que de tanto en cuando se repiten en la zona. El último gran fuego, el del Cerro de San Miguel Alto, "se ha tratado en las juntas municipales de distrito". Para el presidente de la asociación, el quid de la cuestión es que "allí hay una zona de acampada y el acceso está poco controlado, por lo que pedimos más presencia policial". Con todo, avisa, la segunda opción, que es en la que "el Ayuntamiento estará", pasa por "repoblar y regenerar el monte".

Recién elegido y "con ganas de trabajar por el barrio junto al resto de vecinos", Jesús López apunta a un último debe de la administración: "La falta de mantenimiento en las instalaciones, por ejemplo las deportivas, en cuanto a limpieza. Pese a que somos el barrio más lejano, no creo que seamos el más dejado, pero sí planteamos esas cuestiones. Sobre todo, limpieza y mantenimiento".