Los barrios de Granada hablan: San Isidro - Bobadilla
Los vecinos piden que se cubra una parte de la acequia gorda y el soterramiento de las vías del tren, dos reivindicaciones históricas a las que se suman otras sobre movilidad o limpieza
San Isidro – Bobadilla es uno de los tres barrios de Granada que está fuera de los límites urbanos de la ciudad, junto a Lancha del Genil y El Fargue. Situado en el distrito municipal de La Chana, en la zona noroccidental de la capital, Bobadilla limita con los barrios de Las Angustias-Chana-Encina y con Rosaleda. Se creó a principios del siglo XX, cuando se edificó la Azucarera de San Isidro y el Ingenio San Juan, que son Bienes de Interés Cultural. Este barrio protagoniza una nueva entrega del serial 'Los barrios de Granada hablan', un espacio que GranadaDigital dedica a los todos los vecindarios de la capital para que expresen sus quejas y reivindicaciones de cara a las próximas elecciones municipales del 28 de mayo.
La Azucarera, un emblemático espacio que la Universidad de Granada ha adquirido “para crear un espacio de generación de conocimiento e innovación en sostenibilidad y transición ecológica” y convertirlo en “centro cultural y social de referencia que Granada”, está en el centro de algunas de las reivindicaciones de la asociación de vecinos de San Isidro-Bobadilla. Su presidente, Víctor Manuel García, cuenta que ya se han solventado muchos temas, pero ahora la mayoría de reivindicaciones se centran en que “se desarrolle bien lo que se va a hacer en la Azucarera” y “en temas de movilidad y accesos al barrio”. “Ahora mismo solo llega al barrio una línea de autobús y tiene una frecuencia de 20 minutos entre semana y 30 minutos los fines de semana y festivos”, apunta.
Una de las peticiones “históricas” en el barrio San Isidro – Bobadilla es que se cubra una parte de la acequia gorda, que pasa por el barrio, va descubierta y produce “malos olores y plagas de mosquitos”. “Dependiendo de la época del año, hay más mosquitos, más malos olores o más ratas”, indica el presidente de la asociación de vecinos. Otra reivindicación histórica es el soterramiento de las vías del tren, algo que los vecinos piden desde ya bastantes años con el apoyo de la plataforma Marea Amarilla. “Que el soterramiento se hiciera realidad desde la zona del Cortijo El Conde o un poquito más adelante, para que la Azucarera pudiese tener un acceso directo a la ciudad y en peatonal, y aprovechar incluso para el paso del tranvía o algún tipo de conexiones más limpias y directas con la ciudad”, comenta Víctor Manuel García.
Otra de las peticiones de los vecinos de este barrio es “contar con una acera en la carretera que va hacia la fábrica de Puleva”. El presidente de la asociación de vecinos asegura que hace tiempo que hicieron esta petición al Ayuntamiento de Granada “para que lo comunicara al titular de la vía, la Diputación, y se intentaran hacer las obras y un carril bici que uniera el barrio con el río Beiro y se hiciera un circuito que tuviera continuidad, en el que se pudiese circular sin riesgo por la carretera, ya que ahora mismo no hay zona transitable para bicis ni peatones”.
La mejora en la calle Hermanos Obreros de María es otra de las peticiones que ha hecho ya a Urbanismo la asociación de vecinos de San Isidro – Bobadilla. “Se destrozó en la época en la que se estuvieron haciendo las obras del AVE y se quedó tal cual. Tiene muchos baches, se crean charcos y es complicado transitar por ahí. Tiene bastante tráfico para ir al Mercadona y el Polígono El Florío”, detalla el presidente de la asociación de vecinos.
La instalación de un nuevo semáforo “para los vehículos que entran al barrio desde la ciudad y van a unas velocidades desproporcionadas” es otra de las reivindicaciones de los vecinos de Bobadilla. “Hay muchas casas que tienen acceso directo a la acera, a la calle y es bastante peligroso. Queríamos que pongan limitaciones, con un semáforo nuevo. Estamos en ello”, cuenta Víctor Manuel García. También han pedido ya al Ayuntamiento de Granada que haga “un cambio en la cabecera del autobús”, algo que “parece que en principio no habrá problema”.
Por último, el tema de la limpieza en el barrio es “una cuestión que va y viene”. El presidente de la asociación de vecinos comenta que las calles “ahora mismo parece que están más limpias, porque no hay hojas, pero han pasado solo una vez en el tiempo de deshoje”. “Las calles estaban impracticables. Hay semanas que sí pasan a limpiar y otras semanas que nos los vemos. El problema es que solo va un operario un día a la semana y la zona que tiene que limpiar es muy amplia, por lo que no se puede centrar en dejarlo bien ni en todas las calles, porque es imposible", añade.