Los barrios ignorados dibujan sus puntos negros en Granada
Vecinos de los barrios 'olvidados' de Granada presentan un mapa de la provincia que sitúa las llamadas Zonas con Necesidades de Transformación Social | En tiempo de campaña, quieren hacer presión para que las promesas políticas no les ignoren.
Alfiler tras alfiler, barrio a barrio, los representantes de la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados dibujan el mapa de la exclusión social en Granada, un recorrido de 27 puntos negros que va desde el distrito norte de la capital a pueblos como Zagra o Guadahortuna. El documento, presentado esta mañana, pretende poner de relieve no solo el número de Zonas con Necesidades de Transformación Social -el eufemismo que utiliza la administración cuando habla de pobreza en los barrios-, sino las carencias de quienes viven a diario con problemas que van desde la falta de infraestructuras hasta el corte en el suministro de energía.
LA "NECESIDAD" DE UN PLAN INTEGRAL
En Andalucía viven en riesgo de exclusión social o directamente en la exclusión unos dos millones de personas, según afirma Cáritas en su último informe. De ese 25 por ciento de la población andaluza que bordea la pobreza, un volumen muy importante vive en alguno de los 800 puntos negros identificados por la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados. Así lo explica Julio Rodríguez, uno de los representantes de la Asociación, quien identifica las lacras que afectan a todos esos barrios: "deterioro urbano de viviendas, de espacios públicos, déficit de infraestructuras, desconexión del barrio con el resto de la ciudad, transporte urbano deficiente, permisividad de las administraciones, carencia de servicios" y un largo etcétera que repercute en la calidad de vida de los vecinos, la que se puede medir por las elevadas tasas de paro o por el alto fracaso escolar.
Ante esta situación las administraciones no terminan de llegar o, cuando lo hacen, es de manera "ineficaz", tal y como dice Isabel Salinas, vecina de la zona norte y delegada de la Asociación en la provincia. Por eso quienes viven en estos barrios piden urgentemente un plan integral de actuación, una estrategia clara y amplia que aborde en conjunto todas las deficiencias de estas Zonas con Necesidades; hasta el momento, las intervenciones han sido puntuales, específicas, por lo que han omitido "la dimensión humana y el trabajo con las personas y familiar para cambiar las condiciones personales en las que surgen y se reproducen todas la patologías que sufrimos en estos barrios". Son las palabras de Paz Civantos, que también pone el acento en la dimensión urbanística del problema, cuya solución pasa por la "reurbanización, rehabilitación e integración de nuestros barrios en la ciudad". En definitiva, piden una colaboración constante entre familias, administración y centros formativos para trabajar en las fracturas sociales existentes en este barrio.
Por su parte, la Asociación se compromete a actualizar el mapa de puntos negros, dado que los iniciales 27 señalizados son una "primera aproximación". En esta línea, Julio Rodríguez ha adelantado que en próximas fechas organizarán una 'asamblea de la Granada ignorada' para coordinar esos barrios excluidos y conseguir hacer presión "a todos los partidos, sobre todo en este año de elecciones para que incluyan en sus programas el compromiso con estos puntos negros".
UN PROBLEMA REGIONAL
La de Granada no es la única provincia que se ve aquejada por esta enfermedad que provoca puntos negros, sino que a lo largo y ancho del conjunto de Andalucía se pueden encontrar reproducidos los mismos síntomas... y el mismo tratamiento. "Si uno mira las inversiones, son calcadas, pero luego no llegan a donde tienen que llegar", apunta Diego Castillo, de la Plataforma de Parados 'Parque 28 de febrero'. Y, sin embargo, ese no es el problema principal, porque si de algo se quejan los vecinos de estos barrios es del "poco caso" que les hacen las administraciones. El Ayuntamiento de Granada, afirman, no les ha recibido nunca mientra que desde la Junta de Andalucía, la presidenta se niega a recibirles. Por eso ahora quieren aprovechar el efecto que el periodo electoral suele producir en los candidatos, mucho más dados a preocuparse por electores que por ciudadanos.