Los comedores sociales, determinantes en la alimentación infantil

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Comenzadas ya las clases a tiempo completo en los colegios españoles, son muchos los escolares que se quedan a comer en sus comedores. Es posible que los padres sientan cierto alivio al dejar en manos de terceras personas la comida principal del día de sus hijos, ya que no tendrán que luchar para que se coman las temidas verduras, frutas o pescados. Pero tenemos que ser conscientes del papel educativo que tienen que desempeñar los comedores escolares. 

Ángela Quintas, profesora del curso de experto universitario en nutrición y dietética de UNIR, la Universidad Internacional de La Rioja y asesora nutricional en varios proyectos cinematográficos, como “Gordos”, nos da las claves para conseguir que los comedores escolares sean espacios idóneos para favorecer estilos de vida saludables en niños y adolescentes.

“Los comedores escolares sirven para que los niños consuman alimentos que en casa muchas veces ni si quiera comerían”, señala Ángela Quintas. En esta misma línea, tal y como apunta la experta en nutrición y dietética de UNIR, “los niños al verse rodeados de otros compañeros sienten más motivación para comer cosas nuevas”. Por eso puede ser el sitio ideal para que los niños comiencen a tener unos buenos hábitos alimenticios, pero sin olvidar, como recuerda la experta en nutrición, que los menús escolares suelen estar, en muchos casos, cargados de alimentos fritos, ricos en grasas, que aumentan la palatabilidad de los alimentos y hacen que su ingesta sea más fácil”.

En este sentido cada día es más necesario potenciar el papel educativo de los comedores escolares, para aportar al alumno información, formación y todos aquellos valores que sean necesarios para desarrollar una vida lo más saludable posible. Ángela Quintas insiste en que “la alimentación de los hijos es fundamental en su desarrollo. España se encuentra a la cabeza en obesidad infantil debido a la mala alimentación que tienen nuestros niños basada en muchos casos en grasas saturadas, bollería industrial y a la falta de frutas y verduras. El ser humano se alimenta varias veces al día a lo largo de toda su vida y es de vital importancia que adquiera hábitos saludables desde la edad infantil”. 

Un niño que pasa toda la tarde delante del televisor consumiendo productos ricos en grasas, cada vez irá acumulando más peso lo cual puede repercutir en su edad adulta, apareciendo muchas enfermedades relacionadas con el sobrepeso.

La experta en nutrición de UNIR considera que estaría muy bien que los centros escolares fomentaran el menor consumo de alimentos poco saludables en sus aulas, invitando a los niños a traer alimentos sanos para el recreo e inculcar el consumo de estos solo en situaciones puntuales. Además, Angela Quintas apunta que “hay que tener cuidado con la asociación que hacen muchos fabricantes de galletas y otros alimentos con juguetes o muñecos que salen de la televisión. Muchos niños demandan esos alimentos no porque les gusten especialmente sino por el juguete que aparece en el interior.

El papel de los padres se tiene que centrar en enseñar a comer a nuestros hijos dándoles la mayor variedad de alimentos. Ángeles Quintas, hace una serie de recomendaciones de cómo tienen que ser el resto de comidas:

DESAYUNO: Es el eterno olvidado de nuestros escolares. Debe aportar el 20% de las calorías totales y tener un bajo contenido en grasas saturadas. Está demostrado que un niño que no desayuna rinde menos en la escuela y su capacidad intelectual se ve mermada a lo largo del día. El desayuno debería contener lácteos en forma de yogures, quesos o leche; hidratos de carbono, pan, galletas, fruta y frutos secos.

TENTEMPIÉ A MEDIA MAÑANA: Debería ser algo pequeño que no les quite el hambre a la hora de la comida. Lo ideal sería un bocadillo pequeño con proteína baja en grasa (jamón de york, pechuga de pollo, etc.) o algo de fruta.

MERIENDA: Juega un papel importante en la alimentación de los escolares. Nunca debería contener zumos de fruta envasados (que son muy ricos en azúcares), ni bollería industrial. Lo ideal sería un bocadillo pequeño de proteína baja en grasa o fruta.

CENA: No debe ser muy copiosa y que no contenga alimentos de difícil digestión para facilitar el descanso del niño. Es un buen momento para hacer un correcto aporte de vitaminas comiendo verduras (purés, sopas de verdura) y proteína baja en grasa como pescados blancos, pollo, pavo, etc. Evitar los fritos y los hidratos de carbono con un índice glucémico alto como pasta, arroz y legumbres, que no facilitan el descanso adecuado durante la noche.

Como conclusión, la experta en nutrición de UNIR destaca que los niños deben ser conscientes de que la comida es un bien muy preciado y que hay muchos niños que pasan hambre. Unos días les gustará más lo que comen y otros menos, pero no se pueden tirar alimentos”.

Sería un buen momento para concienciar a los niños ahora que se acerca el DIA Mundial de la Alimentación, el próximo 16 de octubre. Esta celebración tiene como objetivo fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza.

“Los hábitos que adquieran nuestros hijos en la edad escolar perdurarán en la vida adulta”.

El curso de experto en nutrición y dietética de UNIR, del que Angela Quintas es profesora, dará comienzo el 12 de noviembre. Tiene como objetivo que los alumnos adquieran una formación de calidad, que sean capaces de elaborar dietas personalizadas y adaptadas a las necesidades de cada individuo. En definitiva educar a tener buenos hábitos alimenticios.