Los comerciantes de Alcaicería y Calderería señalan la importancia de mostrar sus productos en la calle para el turismo

“¿A ti qué ha sido lo que te ha hecho entrar en nuestra tienda?”, le pregunta Mustafa a la clienta que acaba de entrar en su negocio situado en la calle Alcaicería. “La verdad es que la forma en la que tenéis decorado el exterior, con los objetos fuera. Llama mucho la atención e incita a la compra”, le responde la turista mientras observa la colección de babuchas de las que dispone Mustafa.

Este comerciante de Granada hace esa pregunta para mostrar la realidad que impera en los comercios de las calles Alcaicería y Calderería. Una situación que podría cambiar tras el anuncio que realizó ayer la concejal de Comercio y Ocupación de la Vía Pública, Raquel Ruz, quien señalaba que el Gobierno Local se había puesto a trabajar ya en la modificación de la ordenanza para buscar una alternativa a la exposición de objetos en la calle por parte de los comercios. Así, sus productos pasarías a mostrarse a través de vitrinas o mostradores.

Una iniciativa, que, según muestra Rathid, trabajador de otro de los puestos de la Calderería, “mata al turismo”. Porque, según indican tanto él como el resto de comerciantes de la zona, lo que realmente hace de ese lugar uno atractivo y único de la ciudad, es su decoración, los colores y aromas que en él se ofrecen, la diversidad de texturas que se muestran en su interior y la mezcla de culturas que sus exteriores le confieren al lugar.

“Nosotros comemos del turismo y lo que más les gusta a los visitantes es la decoración de fuera. Pasan por aquí y no paran de hacer fotos y eso es una muestra de cuánto le llama la atención la decoración”, indica el comerciante Bousselham. A lo que añade: “Si quitásemos los productos que vendemos de la vía pública, estas calles perderían el encanto turístico que tienen”.

Lo mismo que opina Taufik Kasimi: “Los turistas vienen aquí sobre todo por la forma que tenemos de organizar las cosas. Porque es la idea que tienen de nosotros, los árabes, y esta visión les hace transportarse a otro lugar como puede ser Marruecos. Las ventas se hacen aquí precisamente por este “desorden”. Si la gente quisiese orden y elegancia, se iría a cualquiera de las tiendas del centro”.

Los turistas llegan a Granada en busca de su atractivo visual y cultural fruto de la mezcla que los ciudadanos han hecho de su pasado y su presente, haciéndole una ciudad única en todo el panorama español. “Nos encanta todo esto. La verdad es que al entrar por estas calles nos hemos quedado alucinando de la estética que tiene, y más si lo comparas con el resto de la ciudad. Es asombroso”, señala una familia que ha decido pasar sus vacaciones en Granada. “Esto es precioso. Incluso parece que estuviésemos en Marruecos”, se escucha añadir por los rincones del lugar.

Esta normativa acatada por el Consistorio granadino no solo supondrá un cambio para la zona de Alcaicería y Calderería, sino que la iniciativa se expande a todos locales que invaden parte de la calzada para mostrar los productos que venden por la inmensidad de la ciudad de Granada. Una situación vivida en la tienda para la que trabaja Tamara. “Esto será una verdadera faena para los comercios porque los objetos que ponemos en el exterior son los que llaman la atención del turista. Si no fuese por eso, ni siquiera entrarían”.
REGULACIÓN DE LA PARTE DE VÍA QUE PUEDE SER OCUPADA
Cada uno de quienes pasan sus días entre las calles de la Granada más antigua tienen claro que sin mostrar sus objetos en la calle, sus negocios irían en decadencia. Pero que esta ocupación se debe de hacer con un cierto orden es un pensamiento que todos comparten. Así, la mayoría de ellos están de acuerdo en que una posible respuesta a la falta de accesibilidad de la zona sería regular el espacio de vía pública que se pudiese ocupar para que todos los comercios tuviesen el mismo espacio y se dejase libertad para que los transeúntes se puedan mover con facilidad por el lugar.

“No queremos pasar la línea, no queremos coger más sitio de la cuenta. Queremos poder sacar nuestros productos pero sin molestar. El problema es que hay gente que saca muchos objetos a la calle, mientras que otros sí ocupamos poco espacio, y eso es lo que habría que regular", destaca Bousselham.

UN RECLAMO TURÍSTICO

Esta iniciativa provocaría, según los transeúntes tanto de Calderería y Alcaicería como de las zonas de la Catedral, la Plaza Bib Rambla y todo el centro granadino, que la zona perdiera su encanto original. Un hecho que, para los involucrados, sería una “mala idea” para una ciudad que “básicamente vive del turismo”. “Lo importante es preguntarle a los turistas qué opinan al respecto . Ellos son quienes te dicen que vienen por aquí por estas cosas. Granada es una zona turística y no podemos perder las cosas que atraen a los turistas porque todos comemos de ello”, muestra tajante Mustafa.

SANCIONES DE HASTA 3.000 EUROS

Aunque, por el momento, el Ayuntamiento de Granada no ha podido facilitar a los medios de comunicación el número de establecimientos sancionados por este asunto, la concejala ha asegura que la Policía Local ha interpuesto varias.

Unas sanciones que oscilan, según mostró ayer Raquel Ruz, entre los 600 y los 3.000 euros de multa. De igual modo, si ésta se convierte en reiterativa, se puede proceder al cierre del establecimiento.

La edil no ha fijado fecha concreta para aplicar esta nueva ordenanza, aunque pone como horizonte finales de año.

No obstante, ha asegurado que la Policía Local se encargará del control e inspección de estos comercios.