Los españoles temen menos al infarto que al cáncer, incluso pese a haberlo sufrido ellos mismos o un familiar

De los afectados que participaron en el estudio, un 28 por ciento admitió que el infarto no supuso ningún cambio en su rutina

ataque-corazon-ilustrativa-ep
Imagen ilustrativa | Fuente: EP
EP
0

Tres de cada cuatro españoles admiten tener un alto temor a sufrir un infarto agudo de miocardio pero, pese a ello, genera menos preocupación que otras patologías como el cáncer, las enfermedades neurodegenerativas o el ictus, incluso pese a haberlo sufrido directamente uno mismo o algún familiar cercano.

Así se desprende de los resultados de una encuesta elaborada por la compañía AstraZeneca con más de mil participantes de más de 35 años, entre los que un 5 por ciento había sufrido un evento cardiovascular de este tipo y hasta un 23 por ciento convivían con un familiar afectado.

Pese a ello, los que lo han sufrido en primera persona o en su propia familia tienen más miedo a otras enfermedades como al cáncer (83%), las enfermedades neurodegenerativas (80%) o el ictus (79%) que a los infartos (74%), que en cambio sí genera más temor que otras dolencias como los trastornos mentales (63%), el sida (56%) o la hepatitis (46%).

"Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España y, pese a que la supervivencia en los infartos ha mejorado mucho, cada año se producen más de 100.000 casos y un tercio fallecen antes de llegar al hospital", ha lamentado el presidente de la Sociedad Española de Cardiología, Manuel Anguita.

Este experto ha recordado que los infartos "no son como una neumonía o una apendicitis que se curan y no suelen volver a dar problemas", y por ello lamenta que hasta un 30 por ciento de los afectados no tengan miedo a un segundo evento similar.

NO SIEMPRE HAY CAMBIOS DE HÁBITOS TRAS EL INFARTO
El problema de todo ello, según el presidente de la SEC, es el insuficiente impacto que pueden tener las medidas preventivas para evitar que se produzca, que implican sobre todo cambios de hábitos de vida.

De hecho, entre los afectados que participaron en el estudio un 28 por ciento admitió que el infarto no supuso ningún cambio en su rutina y dan más importancia a acudir periódicamente a las revisiones médicas que a adoptar hábitos más saludables.

UN TERCIO DEJA LA MEDICACIÓN A LOS 3 MESES
En ese sentido, ha admitido que la rehabilitación cardiaca aún debe mejorar en España, ya que actualmente "hay problemas logísticos y faltan recursos" que favorecen que el 30 por ciento de las personas que han sufrido un infarto deje la medicación al cabo de tres meses, ha añadido el presidente electo de la sección de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC, Vicente Arrarte.

"Al año, la cifra de abandono terapéutico se eleva al 50 por ciento, por lo que hay que dar mucha importancia a la adherencia y evitar que el paciente se lleve la idea equivocada de que todo ya ha pasado", según este experto.

Algo en lo que coincide el presidente de la SEC, que admite que parte de ese abandono es responsabilidad de los médicos, por "dar por hecho que el paciente te ha entendido cuando a veces también es cierto que no nos explicamos bien". "A veces llegan pacientes que no sabían que debían seguir tomándose la medicación cuando se acaba la caja", ha reconocido.

Además, en la rehabilitación tras el infarto se observan diferencias importantes por sexos, ya que el 80 por ciento de los pacientes que acuden son hombres, mientras que las mujeres suelen alegar más cargas familiares y dejan de lado su recuperación con más frecuencia.