Los laterales como paradigma

El empate entre el Eibar y el Granada de ayer tuvo como protagonistas a los defensores de las bandas derechas, quienes marcaron los goles para sus respectivos equipos

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Foto: ligabbva.com
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El Granada CF volvió a puntuar tras cuatros jornadas sin hacerlo. El escenario donde lo hizo fue un difícil Ipurua, en el que el fútbol brilló por su ausencia. El rival, el Éibar, pese a realizar un peor inicio del partido, terminó imponiendo su juego y fue quien llevó el peso del encuentro.

Los de Caparrós, una vez más, mostraron su carencia de frescura e ideas en la línea de creación y la falta de posibilidades en ataque, donde su pareja de delanteros –Córdoba y Success en la fecha de ayer- viven aislados luchando contra el mundo, mientras el resto del equipo se encierra atrás devanado en el intento de mantener la meta a cero y conservar cualquier resultado positivo.

Como paradigma de lo plasmado ayer en el terreno de juego está la aparición estelar de los laterales de ambos equipos, que fueron los goleadores de la contienda. Esto denota la falta de propuestas ofensivas por parte de las dos conjuntos, pero del Granada en particular.

Corría el minuto ocho de la primera mitad y, dos hombres que el año pasado pugnaban por el mismo puesto en el lateral derecho, Foulquier y Nyom, protagonizaron la jugada del 0-1. De lateral a lateral y de francés a francés, el primero puso un centro a pierna cambiada desde la izquierda al área, donde el segundo recogió con el pecho y metió la punta de su bota zurda para burlar a Irureta y estrellar el esférico en el fondo de la red tras tocar en el palo derecho del meta armero. Nyom lograba su segundo tanto como profesional y el primero de su carrera en la Liga BBVA.

Por la parte local, otro lateral, Eneko Bóveda, transformó un tanto de bella factura, imparable para el meta nazarí Roberto. El defensor vasco recibió un balón que Piovaccari mató con el pecho tras centro desde la izquierda y conectó un fuerte zapatazo desde la frontal del área que se coló por la escuadra derecha del de Chantada. Otro zaguero con convertía en este encuentro y fijaba el empate a un gol definitivo.

Y es que precisamente la defensa es lo que mejor funciona en este Granada. Salvo algún error puntual en los últimos minutos que han costado varios puntos, los centrales rojiblancos están dando un gran nivel. Babin y Murillo son una muralla muy difícil de flanquear. El colombiano ayer realizó un encuentro impecable, dando un nivel físico y de concentración altísimo.

Caparrós ha logrado mantener sus líneas de medios y de defensa muy juntas, lo que hace del Granada un bloque sólido y que muestra pocas fisuras, pero esto se traduce en la falta de ideas en la faceta ofensiva, algo que se ve remarcado con las adaptaciones de hombres como Sissoko al ‘ataque’ por banda izquierda.

OFICIO

Ayer la escuadra rojiblanca sí que contó con ese oficio que Caparrós viene reclamando en las últimas jornadas y logró arrancar un punto de un campo complicado como Ipurua. Los nazaríes aguantaron con su gol tempranero y no salieron vencidos. Aunque llevan cinco jornadas sin vencer, rompieron la racha negativa de cuatro derrotas consecutivas, algo que para el entrenador del Granada CF era de vital importancia.

Y es que tanto valoró ese punto que ondeaba en el casillero, que a falta de cinco minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario, Caparrós metió a otro central, Diego Mainz, con el propósito de amarrar más aún el encuentro. El de Utrera quería ese punto y quería cambiar la dinámica a toda costa.

Resultado final 1-1 y, con él, un punto que se viene en el autobús del conjunto nazarí que bien vale para cambiar el ánimo del equipo.