“Los mejores años de nuestra vida “ de William Wyler llega a Granada Paradiso
El festival de cine mudo y clásico proyecta este clásico americano a las 17h en el Centro Lorca y a las 21h “La casa en la sombra” en el Espacio V Centenario
Hoy martes 23 de octubre Granada Paradiso continúa con su espacio destinado a las charlas y conferencias. A las 12h en el Palacio de La Madraza tendrá lugar una charla-conferencia impartida por Andrés Molinari donde se hablará sobre “El cine en Granada (1930-1960): sueños para una ciudad en precario”, dentro del bloque temático Granada y el Cine y la sección Granada durante el cine clásico.
Abierto el tiempo dedicado al cine clásico se abrirá la sesión de tarde a las 17h en elCentro Lorca con el clásico americano “Los mejores años de nuestra vida” (William Wyler, EEUU, 1946). Así expresó el mismo Wyler lo que significó el rodaje de esta película y de lo que influyeron sus vivencias personales “con mucha frecuencia hacemos películas sin conocer el asunto tan bien como deberíamos. En este caso, yo lo conocía bien. Lo había aprendido por propia experiencia, y, en cierto modo, cuando participas personalmente, hay algo que llega a la pantalla, que la hace humana y real, y mejora la película”. “Los mejores años de nuestra vida” contiene escenas tan extraordinarias como la del reencuentro del personaje Al y su mujer Milly que Wyler copió directamente de lo que sucedió cuando a la vuelta de la guerra volvió a reunirse con su esposa en el pasillo de un hotel, estas escenas dotan de verosimilitud y, sobre todo, de humanidad a una ficción que, al fin y al cabo, según el director, pretendía “evitar un montón de angustia e incluso tragedias entre los militares que se enfrentaban a su desmovilización y su retorno a la vida civil”.
A las 21h en el Espacio V Centenario de la UGR continuará su sesión de cine clásico, esta vez con la película “La casa en la sombra” de Nicholas Ray & Ida Lupino (EEUU, 1951.
La América de “La casa en la sombra” es diferente, urbana en su primer segmento, aunque extremadamente violenta y deprimente para unos policías que se pasan el día limpiando la suciedad de los demás, y muy tensa pese a ubicarse en su segunda parte en un ambiente rural, aunque no podemos hablar de un thriller rural en el sentido exacto de la palabra. En cuanto a Ida Lupino fue una actriz casi siempre atípica, tanto por su mirada, a veces ligera, en otras turbadora, como por las tipologías que representó. Debutó en 1931, siguió interpretando cuando pasó a la dirección, hizo las dos cosas también en televisión y volvió al cine muy ocasionalmente en los años setenta. Con Nicholas Ray se entendió bien e incluso llegó a filmar varios planos de la película durante los días en que el director enfermó. Tres de sus mejores composiciones las hizo en películas de la denominada “generación de la violencia”.