Los trastornos del sueño conllevan un gasto de unos 2.800 millones de euros al año en España
Se estima que la mitad de la población sufre trastornos del sueño, siendo el insomnio o las apneas del sueño los que tienen un mayor impacto
Los costes en sanidad, accidentes laborales y la falta de productividad son los principales factores del impacto socioeconómico motivados por la falta de sueño y, según estudios recopilados por la Cátedra de Investigación del Sueño de la UGR-Grupo Lo Monaco, dicho gasto podría superar los 2.800 millones de euros anuales en España.
Se estima que la mitad de la población sufre trastornos del sueño, siendo el insomnio o las apneas del sueño los que tienen un mayor impacto económico y social por bajas laborales o accidentes de conducir, ya que se estima por ejemplo que hasta uno de cada cinco (20%) de estos siniestros están provocados por falta de sueño.
Todo ello, según Alejandro Guillé-Riquelme, de la UGR-Grupo Lo Monaco, hace que estos trastornos impliquen un coste directo en sanidad. "La propia evaluación y tratamiento de este tipo de problemas supone un coste que, teniendo en cuenta la alta prevalencia de algunos de los trastornos presentados, es muy elevada", ha reconocido.
Además, es necesario tener en cuenta que algunas de las alteraciones del sueño no suponen el motivo de consulta por el que la persona solicita atención médica. Y en muchos otros casos son los problemas o trastornos que vienen asociados con una mala calidad del sueño los que suponen el primer contacto sanitario a la hora de buscar ayuda.
Así pues, a menudo son dolores musculares, digestivos o incluso psicológicos los que llevan a la persona a buscar ayuda, y tratar esos problemas asociados "es otro gasto social derivado de los problemas del sueño", según este experto.
En lo que respecta a los accidentes laborales, este experto asegura que algunos trastornos del sueño o la mala calidad del mismo producen desorientación, mareos, somnolencia, desconcentración e incluso depresión, lo que provoca bajas laborales a la vez que aumenta los riesgos de accidentes laborales.
Así pues, a los gastos directos producidos en la sanidad hay que sumarle los gastos del tratamiento de las personas accidentadas o fallecidas en estos accidentes.
Y más allá de los problemas asociados con salud, los problemas del sueño también implican un enorme gasto social en cuanto a productividad, ya que las personas que tengan una peor calidad del sueño tendrán un menor rendimiento laboral que aquellas con un sueño reparador.
Esto implica un gasto para las empresas y para el propio trabajador en el caso de ser autónomo, según este experto, que también hace extensible este problema al ámbito escolar, ya que en los alumnos con estos problemas el rendimiento es menor, pudiendo producir que se repita el curso con el gasto que ello implica.