Vídeo | Los lugares de Granada que marcaron la vida de Federico García Lorca

Son varios los rincones vinculados con el poeta de Fuente Vaqueros por haber sido lugar de residencia, de inspiración, de encuentro o asociados a los últimos momentos de su vida

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La cuna de Lorca es uno de los elementos que se conservan del poeta | Foto y vídeo: Javi Gea
María José Ramírez
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Federico García Lorca es uno de los grandes poetas españoles y el más universal junto a Cervantes. Son muchos los lugares de Granada que marcaron la vida del poeta, un genio de la literatura del siglo XX, que supo unir la tradición y la vanguardia. La huella de Federico García Lorca en Granada es amplia, tanto en los lugares en los que vivió como en los que escribió, en los que le sirvieron de inspiración, en los que se reunió con amigos y familiares y en el que acabó asesinado.

Hace 124 años nació Federico García Lorca en Fuente Vaqueros, concretamente el 5 de junio de 1898. En su casa natal, convertida en museo, los visitantes pueden recorrer las estancias familiares, llenas de recuerdos del poeta y de su familia. Un espacio íntimo en esta vivienda en el municipio de la Vega de Granada, en la que se conservan “el dormitorio exactamente como estaba en aquel entonces, el armario, la cama y el tocador junto con la cunita, el correpasillos y la sillita”, cuenta Sandra Ortega Jiménez, la guía del Museo Casa Natal de Federico García Lorca. También se mantiene el comedor “con los mismos muebles” y el dormitorio del piano, “que no es el original, pero es el mismo modelo que las primas de Federico cedieron para la casa”, detalla Sandra Ortega. “El patio también se conserva como estaba entonces, quitando el busto de Federico, evidentemente, que se puso en 1986 por Eduardo Carretero, pero su pozo y su bomba de agua siguen funcionando como en aquel entonces”, añade.

“La madre de Federico, que era la maestra del pueblo hasta que se casó con su padre y dejó de ejercer, como mandaban los cánones de la época, hizo traer a un profesor particular para que les diera clase a sus hijos de piano, solfeo y guitarra. Por eso en la casa había un piano. Cuenta Manuel de Falla que Federico hubiera sido un gran compositor si no se hubiera dedicado a la literatura”, apunta la guía Sandra Ortega.

En la casa natal de Federico también se conservan dos dibujos del poeta, que tiene registrados más de 300 dibujos. “Los que tenemos son unas fundas de almohadas o cojines que las primas le pidieron que se las grabara con dibujos y ellas las bordaron por encima”, detalla Sandra Ortega. También se conserva un almirez con las iniciales de Matilde Palacios, la primera esposa del padre de Federico. Este es uno de los escasos, si no el único, recuerdo de Matilde, que falleció inesperadamente por una obstrucción intestinal. Tras el fallecimiento, Federico García Rodríguez, el padre del poeta, se convirtió en el dueño vitalicio de la casa y, además, heredó de su mujer una suma importante de dinero que colmó su ya amplio patrimonio personal.

Actualmente, el antiguo granero y el pajar de la vivienda se han convertido en salas de exposiciones temporales, que profundizan en las múltiples facetas creativas y vitales de Federico García Lorca. En el granero hay una dedicada al Centenario del Concurso de Cante Jondo, que además coincide con las mismas fechas en las que se celebró. Y en el pajar hay otra exposición dedicada a Anna María Dalí. “Actualmente el pajar es la sala Anna María Dalí, porque ésta cuando la casa se convirtió en casa-museo donó todos los objetos y recuerdos que tenía con Federico. La exposición que hay actualmente es Federico, Salvador y Anna María en unas vacaciones en Cadaqués en 1925”, explica Sandra Ortega. En esta sala, el visitante también puede ver el material relacionado con el grupo de teatro La Barraca y las únicas imágenes en movimiento que se conservan de Federico.

En la casa en la que nació Federico también lo hicieron sus hermanos Luis – que murió a los dos años- y Paco. “Unos años más tarde, se trasladaron a una casa que tenían en el centro de Fuente Vaqueros y allí nació Concha. Se calcula que Federico tenía unos cuatro o cinco años, porque no hay fecha exacta, cuando se trasladaron a la vivienda de Valderrubio, donde estuvieron hasta que los chicos tenían que entrar al instituto que, por aquel entonces, solo estaba en la capital y fue cuando se trasladaron a Granada”, añade Sandra Ortega.

La familia García Lorca se trasladó al cortijo de Daimuz y, posteriormente, a Valderrubio, que por aquel entonces se llamaba Asquerosa. Federico, que buscaba siempre la belleza, evitaba ese nombre y firmaba sus primeros poemas ‘En la Vega de Zujaira’, ‘El Cortijo de Daimuz’ o en ‘Fuente de la Teja’. “Federico pedía que le escribiesen cartas al Apeadero de San Pascual para no dar la dirección de Asquerosa. A pesar de que muchos de los primeros poemas y obras teatrales están inspiradas en las vivencias de Valderrubio, toda esa parte de la vida de Lorca ha pasado más desapercibida”, apunta Alba Ruiz, la guía de la Casa-Museo de Federico García Lorca en Valderrubio, una vivienda que “significó mucho en la vida y en la obra de Federico y que conserva “la estructura original, los suelos, las ventanas, las puertas y parte del mobiliario”. También se mantiene “el piano que tocaba Federico de niño, que pertenecía a la familia de su primo Ricardo”, como detalla Alba Ruiz, y el escritorio en el que escribía. Otro elemento importante en esta vivienda es la cama de Federico, que está en su habitación. “Esa cama se la quedó una vecina, una mujer que trabajaba para la familia García Lorca y, al final, cuando esto se hizo casa-museo accedió a donarla para que hoy pueda estar aquí”, cuenta Alba Ruiz.

El padre de Federico quiso comprar tierras alrededor de Fuente Vaqueros pero, en aquel momento, pertenecían al soto de Roma y se habían cedido al duque de Welligton. “Nadie podía acceder a comprar tierras en ese parte y el padre de Federico decidió comprar tierras en Valderrubio, en parte, quizás, porque su madre, la abuela de Federico, era de Valderrubio y dos tías de Federico también vivían ahí. En el Cortijo de Daimuz estuvieron viviendo un tiempo, no llega al año. El padre plantó muchos frutales allí y luego vendió el cortijo por mucho más dinero de lo que le había costado. En Valderrubio tiró la casa primitiva y la rehízo a su gusto. El padre la compró en 1895, tres años antes de que naciera Federico. Luego la rehízo a su gusto y se trasladaron a vivir en ella”, explica Alba Ruiz.

Federico García Lorca vivió sus primeros años de juventud en esta vivienda de Valderrubio, en la que escribió sus primeros poemas y obras de teatro. Muchas de esas obras teatrales estaban basadas en gente real que vivió en Valderrubio. “La más significativa es 'La casa de Bernarda Alba', que también es una casa que está abierta al público desde diciembre de 2018 y que se puede visitar”, comenta Alba Ruiz. “En esa casa situada en la calle Real vivía la familia Alba, que le sirvió de inspiración para escribir la obra, mezclando su imaginación y los recuerdos de la infancia que tenía de cuando él vivía en Valderrubio e iba a casa de su tía Matilde, que era vecina de la familia Alba. Estas dos casas compartían el mismo pozo medianero y, entonces, Federico escuchaba muchas de las cosas que pasaban en casa de las vecinas a través de ese pozo y escribe 'La casa de Bernarda Alba' un poco con esos recuerdos”, detalla Alba Ruiz. En esta casa, el visitante puede disfrutar de una recreación de una de las obras más importantes de Federico García Lorca.

Valderrubio fue un lugar de imborrables recuerdos de infancia y juventud para Federico García Lorca y sus costumbres nutrieron las tragedias rurales que escribió. La relación de Federico con Valderrubio queda reflejada en gran parte de su obra literaria y gráfica. Los primeros contactos de Federico con el teatrillo ambulante, sus primeros guiñoles y títeres los hizo en la parte del pajar de la vivienda familiar, donde estaban las cuadras. Por eso, actualmente este espacio se ha convertido en un teatro cubierto en el que se celebran actividades culturales como tertulias lorquianas con importantes poetas, presentaciones de libros y representaciones teatrales de los niños del colegio, entre otras, como cuenta el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Valderrubio, Eduardo Ortiz.

La familia García Lorca vivió en Valderrubio hasta 1910, cuando decidieron marcharse a Granada capital, pero esta vivienda la mantuvieron como casa de verano hasta 1926, cuando Federico tenía 28 años. “Adosada a la casa de la familia García Lorca está la casa de los caseros o los guardeses, que son el matrimonio que trabajaba para los padres de Federico: María Mata y Juan Rodríguez. Ellos cuidaban del espacio, le echaban de comer a los animales y les mantenían la casa preparada para cuando la familia venía a pasar el verano o alguna Navidad”, afirma Alba Ruiz.

En 1925, la familia García Lorca compró la Huerta de San Vicente, una propiedad en la Vega de Granada. “En realidad, fue un regalo del padre de Federico a doña Vicenta, su madre. Hicieron algunas reformas y a partir de 1927 empezaron a pasar ahí todos los veranos. Esta familia, cuando terminaba el Corpus en junio, dejaban la ciudad y pasaban el verano en el campo y luego volvían a la ciudad a principios de septiembre más o menos”, cuenta Estefanía Rodríguez, guía de la empresa turística especializada en rutas por la ciudad Cicerone Granada. Esta vivienda también se puede visitar, aunque actualmente se encuentra cerrada porque se están realizando unas obras de climatización y no está prevista su apertura hasta el mes de julio. La Huerta de San Vicente conserva prácticamente casi todo el mobiliario original. También el piano que solía tocar Federico.

“Cuando Federico venía a Granada a pasar el verano era su época de mayor producción literaria, porque cuando estaba en Madrid estaba muy ocupado intentando poner en marcha proyectos en el teatro, dando conferencias... Pero en Granada, que estaba muy arropado por su familia y muy cuidado, es cuando él se sentaba y se ponía a escribir. La Vega siempre fue gran inspiración para él”, apunta Estefanía Rodríguez.

En Granada capital son muchos los rincones en los que Federico García Lorca ha dejado su huella y son varias las rutas que recorren estos puntos. Cicerone Granada propone varias rutas inspiradas en Federico García Lorca, aparte de la visita a la Huerta de San Vicente. “Tenemos una que transcurre por el centro de Granada, en la que visitamos los lugares que están más relacionados con él. Por supuesto, el Centro Federico García Lorca, donde se conserva todo el legado. En total hay 20.000 objetos entre documentos, manuscritos, fotografías o recortes de prensa. Están todos los objetos que fue recopilando a lo largo de sus 38 años de vida. Este legado siempre estuvo en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, pero la familia tenía mucho interés en traerlo a Granada. Es un acto de generosidad de la familia para con la ciudad, porque el legado no estuvo nunca antes en Granada. Se hizo el Centro Lorca específicamente para albergar este legado. Son como dos edificios en uno. El más pequeño está muy protegido y hay una cámara acorazada que cuelga desde el techo y está sobre la biblioteca para los investigadores. En ella se conservan los manuscritos de Federico García Lorca, las primeras ediciones de sus obras y fotografías. Hay otra cámara acorazada con los dibujos, cartas de amigos, recortes de prensa, etc. La cámara acorazada está protegida y no se quemaría. No hay manera prácticamente de destruirla. Está diseñada específicamente para albergar el legado. El centro también tiene un teatro, espacios para talleres en la planta de arriba y salas de exposiciones”, detalla Estefanía Rodríguez.

La ruta lorquiana que propone Cicerone también pasa por el Centro Artístico, Literario y Científico, “un lugar muy interesante donde a partir de los 15 años Federico empezó a ir y solía frecuentar”. “También visitamos lo que es actualmente el restaurante Chikito, que entonces era el Café Alameda, donde Federico se reunía con sus amigos y se sentaban en una mesa que estaba en un rincón. De hecho, se llama la tertulia del rinconcillo y este grupo lo formaban los intelectuales de Granada de principios del siglo XX. También visitamos la plaza Mariana Pineda. Enfrente se situaba el Teatro Cervantes, donde él estrenó la obra Mariana Pineda en Granada después de estrenarla en Barcelona”, comenta Estefanía Rodríguez.

El recorrido por el centro de Granada por los lugares relacionados con Federico García Loca también pasa por la Facultad de Derecho y por la calle Angulo, donde estaba la casa de los Rosales, en la que Federico se refugió. “Su amigo el poeta Rosales, sus hermanos y su padre eran miembros de la Falange y creyeron que nadie se atrevería a entrar en la casa, pero no fue así. Federico estuvo escondido de alguna manera allí, aunque se sabía en toda Granada que estaba allí y fue donde fue arrestado para trasladarlo al antiguo Gobierno Civil. Actualmente la casa de los Rosales es un hotel”, cuenta Estefanía Rodríguez. La ruta también tiene una parada en el colegio Sagrado Corazón, donde Federico solía estudiar por las tardes después de clase. “Este colegio era laico. Al padre de Federico no le gustaba que sus hijos estudiaran en colegios religiosos”, apunta la guía de Cicerone.

“Tenemos también otra ruta más específica en la que hablamos de Lorca y Manuel de Falla. Subimos a la casa de Falla, a la Alhambra y tratamos la relación de estos dos artistas con el flamenco. Además, este año que estamos celebrando el Centenario del Concurso de Cante Jondo, buena parte de la ruta la dedicamos a la celebración de ese concurso y a la repercusión que tuvo”, detalla la guía de Cicerone.

Para las personas que están más interesadas en conocer el contexto histórico, Cicerone propone una ruta en la que se trata la muerte de Federico García Lorca y también el inicio de la Guerra Civil: “Aparte de visitar la fosa común en el barranco de Víznar, visitamos los restos de la colonia, donde él estaría detenido unas horas, antes de que lo fusilaran. Visitamos el Parque Federico García Loca en Alfacar, un gran homenaje que se le ha hecho. Y terminamos la ruta en Fuente Grande, donde comienza la acequia Aynadamar, ya que el agua es también un elemento muy presente en la poesía de Lorca”.

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