Luis García Montero: "No me extrañaría que faltando Lorca allí, aquello se convierta en un lugar para especular con urbanizaciones de lujo"
Una de las voces literarias y reflexivas más importantes de Granada se suma a nuestra lista de invitados especiales que acudirán al evento periodístico conmemorativo en el Palacio de los Córdova
Pocas presentaciones le hacen falta ya a Luis García Montero, uno de los poetas y críticos literarios granadinos más reconocidos en su tierra y fuera de ella. Toda su vida ha girado en torno a la literatura, pero también a la docencia, sin olvidar tampoco su faceta política. Su cercanía, su estilo personal y coloquial, su capacidad reflexiva y humildad lo han hecho referente en el círculo cultural granadino. Sus publicaciones, más de 45 entre poemarios, ensayos y novelas, son un canto a la experiencia, a lo cotidiano, extrapolable a muchos ámbitos y a convertirlo en una sensación colectiva.
Fuente de sabiduría, persona que invita a la pausa en cada conversación, García Montero es otro de nuestros invitados especiales en el 15 aniversario de GranadaDigital, un encuentro periodístico con el tejido social, cultural y económico de la provincia, y con la presencia de grandes embajadores granadinos, que celebramos el martes 26 de junio en el Palacio de los Córdova. Para la ocasión, contaremos con el apoyo de nuestros patrocinadores (Bankia, Emasagra, Oximesa, Grupo Trevenque, Cervezas Alhambra, Rossellimac, HispaColex Servicios Jurídicos, Centro de Formación Profesional Reina Isabel, Alsur y Borraja) y de nuestros colaboradores (Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Granada, Diputación de Granada, Puleva, Otero, Fundación CB Granada, RCK, Indese Mercedes y Doctortrece).
Diferentes ferias de libros, presentaciones, así como el trajín que le está dando su último libro de poemas, ‘A puerta cerrada’, han mantenido a García Montero bastante entretenido estos meses primaverales.
“Estoy contento con la acogida de mi último libro. Ya han salido cuatro ediciones”, nos comenta. “Y mira que es un libro más bien triste, de reflexión, sobre una sociedad difícil y que no oculta la mirada de una persona que está a punto de cumplir los 60 años”, añade para darnos unas pinceladas del mensaje que dejan sus versos.
El profesor nos atiende al teléfono sentado probablemente en el despacho de su segunda casa, la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Granada. Es tiempo de correcciones de exámenes. “¿Cómo se han portado los alumnos este cuatrimestre?”, le preguntamos y ríe. Es un enamorado de la docencia, de la que dice aprender día tras día. “¿Sabes lo que ocurre?”, añade de forma retórica a la pregunta. “Los jóvenes siempre te ayudan a mantener los ojos abiertos. Y considero que es muy torpe la persona que piensa que los más jóvenes deben vivir con los valores de antaño. Cuando uno habla con ellos aprende a abrir los ojos. En este sentido, me preocupa el diálogo generacional. A veces noto que los jóvenes piensan que no tienen nada que aprender a los mayores, y viceversa.”
Pese a que el tiempo parece que aún no ha dado el giro caluroso esperado para estas fechas, estamos a días de entrar en el verano. Aprovechamos la conversación con el autor para pedirle recomendaciones de lectura para las largas tardes estivales de Granada. Hace un breve repaso mental y nos lanza sus sugerencias: 'Ordesa' de Manuel Vilas y ‘La superioridad moral de la izquierda’, ensayo de Ignacio Sánchez Cuenca.
García Montero también exprimirá el verano, aunque de forma más pausada. Tiene que acabar ciertos trabajos pendientes. Nos cuenta que a finales de 2017 terminó una novela, pero que necesita una revisión profunda, según le aconsejó su círculo más cercano, al que le pasó el borrador para conocer su opinión. “Por fortuna, sigo conservando la conciencia crítica”, apostilla. “Lo mismo que a la hora de sumar años hay que tener cuidado de no convertirse en un viejo cascarrabias, también hay que tener cuidado y no perder ese punto crítico con uno mismo. Siempre hay que estar vigilante y no meter la pata, y es tonto el que cree que todo lo que hace es algo positivo. Se iba a llamar ‘Un hombre fácil’, pero con los cambios, no sé, seguramente lo cambie…”, nos explica.
No son pocos los acontecimientos culturales que ha vivido la ciudad en los últimos meses. Por eso, no queremos colgar el teléfono sin hablar con García Montero de Lorca.
“¿Cómo has vivido todo este episodio de la llegada de su legado a la ciudad?”, le preguntamos.
“Lo he seguido con mucha tristeza”, responde sin dudar. “Granada necesita definirse, y ya lo decía Ángel Ganivet cuando escribió ‘Granada la bella’. La cultura y el diálogo de civilizaciones son dos señas distintivas de la ciudad, y Federico es eso, las simboliza”. García Montero prosigue la conversación. Piensa que ese legado, aunque llega más tarde de lo previsto, va aportar información sobre el poeta de incalculable valor. “Hay frases, opiniones, sugerencias, libros de su colección personal, una recopilación de todo lo que se ha escrito y dicho sobre el poeta…”, enumera, “y todo eso es fundamental para que podamos entender cómo era él”, apostilla.
Respecto a esa “espera”, García Montero es claro. “La sociedad no tiene muchas veces la energía cívica para empujar hacia adelante esta ciudad, y las ilusiones defraudadas se convierten en nuestra malafollá. Tengo la sensación de que, a veces, nos tomamos el éxito ajeno como una ofensa personal, y eso se convierte en una crítica y desprecio a todo lo que se quiere hacer. A mí me parece que la llegada del legado va a representar simbólicamente la necesidad de cerrar heridas del pasado y mirar hacia el futuro.”
- Y, mientras, los mortales siguen en la búsqueda de sus huesos. Ya vamos por el quinto intento. ¿Con qué preferirías quedarte tú? ¿Con sus restos o con su legado?
(Suspira). “Desde los 15 años llevo subiendo al barranco de Víznar y Alfacar. No es solo Federico quien está enterrado allí. Hay más de 3.000 personas. Hay que tratar aquello como un territorio de Memoria Histórica. Si se encuentran los restos, tendrán que ser llevados por ley a un cementerio, y la familia, como es lógico, decidiría dónde. Y eso significaría desgraciadamente desamparar al resto de los asesinados allí. Sin Lorca, ese lugar poco a poco perdería su significado y reconocimiento. Ese es mi temor. No me extrañaría que faltando Lorca allí, aquello se convierta en un lugar para especular con urbanizaciones de lujo en las afueras de Granada”.
El próximo martes charlaremos más con Luis García Montero en el evento, aunque nos deja un mensaje antes de colgar: “La prensa digital cubre un espacio decisivo. Hay que aprovecharlo y huir de debates superficiales que enfrentan a la prensa en papel y a la digital. Es buen periodismo lo que debe prevalecer, y da igual el formato. Prensa independiente y veraz es lo que hace falta”.