'Luna de abril', literatura como terapia del duelo

Con textos del escritor y periodista Juan Vellido y otros seis autores, este volumen nace de un grupo de duelo del Teléfono de la Esperanza de Granada

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Grupo de duelo del Teléfono de la Esperanza de Granada | Foto: Remitida
Beatriz Berlanga
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El ejercicio de la escritura podría asemejarse a un fármaco contra los efectos del duelo, una "especie de brebaje que calmara y confortara a quien lo práctica". O esto, al menos, es lo que asegura el escritor Juan Vellido, responsable, junto a otros seis autores, del volumen 'Luna de abril', que acaba de ser publicado por la granadina Editorial Tleo, al socaire del Teléfono de la Esperanza, sede del grupo de duelo impulsor de este libro.

Con diseño de Tadigra e impreso en La Madraza, esta edición no venal aspira, en palabras de Juan Vellido, “a servir de bálsamo y tal vez de guía a otros individuos, para los que el impulso de escribir sobre aquellas personas que ya han muerto pueda trascender el mero testimonio a la persona querida”. Y esto lo dice quien antes de 'Luna de abril' ha publicado este mismo año otro libro con carácter de homenaje: 'Nana. La flor del madroño', volumen de una delicadísima poética, una ofrenda lírica a su mujer, María Jesús, fallecida a finales de 2022, con lo que el escritor granadino atesora ya, a su pesar, una doble experiencia literaria sobre el mismo duelo.

Curtido en múltiples materias cinematográfica, periodística, de prosa o de poesía, Juan Vellido ha publicado, entre otros, los libros: 'Cuarto Creciente'. Editorial Comares, 2000; 'Cine español, situación actual y perspectivas'. Editorial Universitaria, 2001; 'Gente de cine'. Editorial Universidad de Granada, 2008; 'Tleo, Laura, en tu blog'. Editorial Tleo, 2009; 'Calle cortada'. Editorial Tleo, 2009; 'Elogio de la escena'. Editorial Universidad de Granada, 2017; 'Mieles de lino'. Editorial Entorno Gráfico Ediciones, 2019; o 'Nana. La flor del madroño'. Editorial Entorno Gráfico Ediciones, 2024; Y ahora, el escritor granadino recala en una borrascosa isla de aflicciones en la que comparte su padecimiento íntimo con otros seis autores: Bárbara Lázaro Esparcia, Esther Nievas, José María Medina, Lourdes Villegas, Paola Rueda Rodríguez, y Rosa Martínez Pintor, todos ellos copartícipes de un ideario a la vez emotivo y estético que inevitablemente confluye en un cuidadísimo libro "humilde y sencillo", dicen ellos, sobre el tributo que todos debemos a quienes hemos amado tanto y ya se han ido.

Un libro de duelo y respeto

'Luna de abril' es un libro de duelo y de respeto, de honra y de veneración, en el que el homenaje a sus familiares fallecidos es una premisa irrenunciable, un deber apremiante de los firmantes de este volumen. Nace, indican los autores, del dolor y del llanto, del nudo en la garganta, de la imposibilidad de articular palabra. Pero, ya convertido en luna, este precioso libro trasciende la metáfora de la noche y del tiempo, de los nuevos brotes, de las hojas nuevas, para regalarnos el misterio de la literatura. No hay un solo texto en este volumen que no haya sido escrito desde las vísceras, y no hay un solo texto que no sea distinguidamente literario, desde el virtuoso soneto, 'Siete lunas', que abre estas páginas haciendo referencia expresa a cada uno de los familiares objeto del homenaje: 'Carmen, luna de Nami, azules ojos. / María Jesús, sol que fue testigo. / Siete lunas de luz, mundos queridos.'; hasta el esmerado colofón que cierra el libro: 'Una lluvia de líridas cubría el cielo y se postraba ante la luna rosa de abril.'; pasando por una bellísima dedicatoria en prosa poética que se sirve del discurso rítmico y reiterativo para realzar la fuerza dramática que imprime a su ideario; o el prólogo debido a Cristina Morales del Castillo, responsable del grupo de duelo y psicóloga del Teléfono de la Esperanza, a la que ellos, los autores, llaman 'nuestra hada madrina', que se alinea en la elegante estética alegórica que impregna todo el libro: 'Será un paseo al interior, donde el corazón extraña, pero también conoce la dicha de todos los momentos compartidos'; o los textos desgarrados y a veces autoinfligidos de cada uno de los autores; o la constante alegoría de lo mágico: 'Hay un lecho de hojas de otoño que se ha postrado ante ti para tus pies descalzos. Hay una cálida brisa, quimera del viento, que como un delicado manto cae sobre tus hombros'. (Carmen, ofrenda de luz).

los hermosos párrafos que abren cada una de las siete historias de este libro y que, en términos periodísticos, se diría, cumplen a la vez la función de entradilla y pie de foto: 'David Medina, hermano de José María Medina, que murió en Granada el 14 de mayo de 2023, vuela libre sobre su adorada sierra helada y blanca, como la sangre que retrató en microscópicos surcos de nieve sobre las espinas de las acacias. Entretanto, su hermano clama su memoria al amparo de esta Luna de abril'.; o la luz, esa luz enigmática que recorre las páginas de este libro, como si hubieran sido tocadas de una varita mágica que las aúna a todas, aun siendo ellas tan distintas; o el hallazgo estético de las lunas, las múltiples lunas que campan libres, como tropos retóricos, por los blancos de las páginas, para que aún destaquen más las lunas verdes, las verdes lunas.

'Luna de abril' es un experimento literario y una indagación psicológica en la que el verso, la prosa desgarrada, la filosofía misma, confluyen en un ensayo existencial que a todos nos atañe. A ellos les une la luna, su luna de llanto y de dolor, pero también su luna de abril, que es tiempo de nuevos brotes y de esperanza. Les une el misterio del duelo y la verdad absoluta que todos comparten.