Mago Migue: "Mientras que la gente siga respondiendo seguiremos con el Hocus Pocus"

En pocos días dará comienzo una nueva edición del Hocus Pocus, una de las citas mágicas más importantes a nivel nacional. Miguel Puga, más conocido como Mago Migue, cuenta los entresijos de un Festival que ya lleva trece años en la ciudad

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Con el Mago Migue, nunca se sabe dónde acaba el hombre y comienzan las cartas
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Nunca había estado en una oficina mágica… ¿Dónde guardan las guillotinas, los tanques de agua y las varitas?

¡Eso se guarda en los teatros, que es donde actuamos! (risas) Aquí hacemos la parte más ‘fea’ o también interesante, porque es imaginar en papel algo que luego se tiene que hacer real y cobrar vida.

Supongo que lo que pone en escena tiene detrás un trabajo importante…

En las artes escénicas cuando las vemos como consumidores no nos interesa el trabajo que ha habido detrás, vamos a entretenernos y a tratar de crecer abriéndonos ventanas en la mente con otras ideas. Pero todo tiene un trabajo, son muchas horas y en mi caso mi vida entera dedicado a esto.

 

¿Cómo es el día a día de un ilusionista?

¡Como el de una persona normal! Procuro tener una cierta disciplina y estudiar todos los días. Siempre estoy leyendo algún libro nuevo de magia y ahora que estamos con el Festival de Magia siempre hay trabajo que hacer todos los días.

Pero todo esto tiene un comienzo… ¿Cómo se inicia uno en esto de sacar conejos de la chistera?

Normalmente esto es por azar y por suerte. El azar que haga que un niño o un adulto tenga una experiencia artística tan potente que le cambia la vida. Mi caso, como otros de mi generación, fue que vimos un mago muy jovencito. Yo vi magos en el corpus aquí en Granada y aluciné. Un familiar mío sabía juegos de manos… él vivía en Barcelona y lo veía de verano en verano. Cuando venía a Granada me enseñaba algún juego y para mí eso era… ¡yo tenía seis años!

Hoy día es más fácil dentro de lo difícil que es hacer algo en la vida. Hay mucha información gracias a Internet. Es más fácil conectar, aunque creo que eso es una espada de doble filo. Aprender por  Internet es una de las peores cosas que se pueden hacer. Creo que el mejor aprendizaje es tener un maestro directo. Yo los tuve porque los busqué. Me fui a ver a Miguel Aparicio, a Juan Tamaríz… buscaba, deseaba, me decían que no… esa experiencia, ese viaje es humanamente más rico y se fija más en el cerebro.

Te refieres a ese romanticismo, a esa otra parte no tan mecánica y memorística, sino al encanto, al enamorarte de ese proceso.

Claro, hoy día hay tanta información que lo difícil es apartar lo que no vale. Eso es muy difícil hacerlo solo. Nosotros tenemos una escuela en Granada desde hace cinco años, la primera escuela andaluza de magia y tenemos un grupo de alumnos muy variopinto: desde chavales de 19 años hasta chavales de 70 años.

La magia puede ser considerada una afición o algo mucho más serio. ¿Cuáles son las dificultades de convertirse en un profesional de esto?

Las mismas que ser un médico o ser un buen periodista. Primero es tener conocimiento, luego tener buena suerte… pero yo creo que el que la sigue la consigue. Yo nunca animo a nadie a ser profesional de nada, lo que sí animo es a que encuentren qué es lo que te gusta. Lo mejor es trabajar en lo que te gusta y eso es un privilegio que por desgracia muy poca gente tiene.

Por otro lado, estamos en una sociedad en la que el arte se entiende sólo como ocio y eso es muy malo. Entender que el ocio no construye es un error y en esta sociedad, empezando por el Ministerio de Cultura, va en esa dirección: el ocio si no es rentable no sirve para nada. Es un error.

Esta crisis que nos ha afectado a los ‘muggles’, ¿ha llegado al mundo mágico?

A todo el mundo. La crisis no es económica, esto responde a una crisis de valores y a una crisis moral. La verdadera crisis es que pensamos que los humanos no nos necesitamos los unos a los otros. ¡Pero no me quiero poner filosófico aquí! Sinceramente, creo que la crisis es una oportunidad, significa cambio. Cambiemos, porque estamos haciendo cosas mal.

El arte... ¿Privilegio o derecho?

Es un privilegio que crea derechos. Me lo he planteado muchas veces. El artes es un privilegio de una sociedad sana. Si tu única misión en la vida es tener que buscar qué comer, es muy difícil que puedas imaginar una novela… esa es la desgracia. Una sociedad en la que la educación y la cultura está implementada es una sociedad mejor. Que sea un derecho gratuito es otra historia… Aquí se ha apoyado mucho lo gratuito. A mí me cuesta vivir. Yo cuando voy al carnicero no me pide un juego de magia… ¡aunque me ha pasado!

¡No lo creo!

(Risas) Puntualmente, como anécdota. Vivía en Madrid, tenía 21 años y no tenía un duro. Había un supermercado y yo le caía bien al tipo de allí. Me decía: “venga, si me haces un truco te regalo algo”. Veía que estaba canino y tal… Eso lo hizo dos o tres veces y entiendo que ese hombre vio en mí algo… eso es una cosa, otra es decir que la cultura es un derecho gratuito.

Migue, a pesar de todo, llega la nueva edición del Hocus Pocus.

¡Trece años! Estamos de buena suerte porque vamos a celebrar otra edición más de un festival que da trabajo puntual a casi 100 personas. Los magos que vienen, los taxistas que los traen, los hoteles, los restaurantes, el vestuario, los técnicos del teatro, los regidores… es una cadena de gente en la que todo el mundo tiene algo que hacer y todos cobran de alguna manera. Eso es un valor. Estoy muy contento de que esto se siga apoyando.

El Ayuntamiento de Granada es vuestro principal valedor ¿no?

Básicamente es el único fiel de estos trece años. Discreto, es verdad, porque es un Festival con un presupuesto muy bajo, pero ahí está. Mientras que la gente siga respondiendo seguiremos con el Hocus Pocus, porque la taquilla es el 60 por ciento. O viene la gente o esto se cae y pienso que debe ser así. Creo en los proyectos mixtos, siempre he sido muy crítico con los subvencionados únicamente.

En esta edición viene uno de los magos vivos más importantes de la Historia, Paul Daniels. 

Tiene cerca de los 80 ya… Él fue una estrella televisiva en Gran Bretaña y puede ser como nuestro Juan Tamariz. Él está retirado y juega a hacer lo que le da la gana. Me dijo que iba a hacer un tour por Inglaterra de magia para mayores y tiene gracia que un tío con 80 años se planté seguir haciendo cosas…

¿Te ves con esa edad haciendo algo así?

Me encantaría. Yo recuerdo a Paul Daniels en una conferencia en Madrid en el año 1985. Me marcó un montón lo que dijo y cómo lo dijo. Hemos creado en el festival un premio llamado Granhada, que consiste en la entrega de una varita de plata preciosa hecha para la ocasión y el premio recae en Paul Daniels, que va a ser un buen embajador del proyecto. Se trata de dignificar esto y dar las gracias.

Por cierto, es el Festival más largo hasta la fecha.

Sí, del 20 al 30 de noviembre. En el Parque de las Ciencias hacemos un acto reivindicativo aprovechando que el 20 de noviembre es el Día Mundial del Derechos del Niños. El año pasado escribimos un manifiesto de los derechos mágicos del niño: el derecho a soñar, a jugar, a reír, a acariciar, a besar… Es una excusa para recordar los derechos oficiales.  Ahí arrancamos y me parece una manera magnífica: yo reivindico la infancia como Patrimonio Mundial.

El domingo siguiente arrancamos con una gala en el Palacio de Congresos. Se llama el ‘Mago con Botas’, a cargo de Miguelilló, un mago de León magnífico.

¿Ha llegado a peligrar el Hocus Pocus en estos trece años de vida?

Sí, sí… ¡Cada año! (risas) Hace tres años estábamos en crisis real porque antes teníamos algunos patrocinadores a aparte del Ayuntamiento y se han ido cayendo uno tras otro. En cuanto la crisis se pone como titular, empresas que creo que pueden seguir apoyando deciden no hacerlo porque es políticamente correcto: dicen, estamos despidiendo trabajadores, no vamos a apoyar a loa magos. Son cosas distintas pero es una opinión. Creo que hay un poco de miedo.

Tenemos mucha ilusión o muchas ganas pero si yo dejo de hacer esto, el Hocus Pocus desaparece. Mi objetivo es conseguir una estabilidad de modo que si yo me voy para el otro barrio, este festival se pueda seguir haciendo en Granada. Me encantaría pero de momento esto no pasa.

Pero yo estoy muy contento. Jamás imaginé, cuando yo era un niño que me paseaba por granada con mis cartitas, que lideraría un proyecto así en mi ciudad algún día. A mí me ha dado mucho beneficio emocional, mucho. Yo siempre digo que hago el festival pa’ mí! (risas)

Venimos de la Edad Dorada del deporte español ¿En qué Edad estamos dentro del mundo mágico?

Somos líderes mundiales en magia y especialmente en magia con carta. Yo he ganado dos veces el campeonato del mundo pero hay mucha gente que no se ha presentado y son mejores que yo. Hay mucho nivel y mucho capital humano en nuestro país. Eso es consecuencia de todos los que han estado detrás nuestra.

Tienes más proyectos a parte del Hocus Pocus. Por ejemplo…

Claro, yo de esto no vivo. El Festival de Magia no me deja a nivel económico, me deja mucho a nivel prestigio. Mi último trabajo se llama ‘M, el Maravillador’, una especie de super héroe que cree que puede leer el pensamiento, atravesar objetos… Estoy acompañado por un actor, que se llama Javi Parra y lo estrenamos el día 2 y 3 de enero en el Isabel la Católica.

Me comentabas que tenéis la Escuela Andaluza de Artes Mágicas.

La hemos creado tres profesores y yo y hacemos talleres y cursos regularmente. Hay cursos para niños desde 6 años hasta niños de 80…