Mamá Europa

Hasta ahora, las ayudas han sido insuficientes y lentas, aunque afortunadamente parece que en unos meses tendremos en España los 140.000 millones de euros de los fondos 'Next Generation EU'

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El Plan Europeo de Recuperación supone, seguramente, la mayor oportunidad con la que cuenta España para salir de la crisis | Foto: GD
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Si en alguna cosa podemos estar de acuerdo es que 2020 ha sido un año pésimo. Todos los países han disminuido su PIB en mayor o menor medida. Todos, salvo China, que curiosamente ha crecido un 2%. Entre los que más han perdido se encuentra España cuya contracción se sitúa en el 11,6%, seguida de cerca por Reino Unido con un 11,2% al que el Brexit parece que ya ha empezado a pasarle factura. Triste récord el nuestro. Pero, ¿por qué nosotros?, ¿por qué otros países de nuestro entorno, de la zona euro, no han sufrido la misma debacle?

España es, hoy por hoy, un país absolutamente politizado y, cuando el manto de la política lo cubre absolutamente todo y, el único objetivo de los que gobiernan es ganar elecciones, queda muy poco margen para la economía. Mientras tanto, España se desangra por sus cuatro costados. Los recientes datos de la EPA (encuesta de población activa) así lo atestiguan, situando la cifra de parados en 3.700.000, eso sin contar las otras 750.000 personas que se encuentran actualmente en ERTE. Aun así, nuestra ministra de economía, una vez conocida la noticia, ha manifestado sin ningún pudor que son unos buenos datos y que, en el segundo trimestre del año, España volverá a ser ese maná que tanto deseamos y necesitamos.

Sin embargo, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) se muestra algo más pesimista que el Gobierno y El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea dibujan un panorama aún más negro, concluyendo que tardaremos dos años en recuperar lo perdido en 2020.

Sectores fundamentales para nuestra economía se encuentran bajo mínimos, el consumo ha caído y también las inversiones y las exportaciones. Lo único que ha crecido es el gasto y lo seguirá haciendo por imperativo legal. El problema es que, si no se recauda más, se genera más déficit, aunque eso signifique hipotecar el futuro de nuestros hijos.

Además, no podemos olvidar que somos un país, no de pymes, sino de micropymes, cuya problemática y necesidades no son las mismas que las de sus hermanas mayores. Hasta ahora, las ayudas han sido insuficientes y lentas, aunque afortunadamente, parece que en unos meses tendremos en casa los 140.000 millones de euros que le corresponden a España de los fondos 'Next Generation EU'. El Plan Europeo de Recuperación supone, seguramente, la mayor oportunidad con la que cuenta España para salir de la crisis y una ocasión sin precedentes para impulsar definitivamente la transformación de nuestra economía y la modernización de nuestro entramado empresarial y sectores estratégicos.

Establecer una relación eficaz entre los sectores privado y público será esencial para que este plan alcance sus objetivos. Si se ponen en marcha los mecanismos adecuados, la economía española podrá aprovechar esta gran oportunidad para ser más fuerte, más moderna, más tecnológica y más sostenible.

En gran medida, las compañías van a asumir la ejecución de la mayor parte de los fondos que recibiremos. La aprobación del Real Decreto-Ley para la ejecución del plan de recuperación, transformación y resiliencia el pasado 22 de diciembre es un paso definitivo en este sentido. Ahora las empresas podrán y deberán aprovechar esta oportunidad de la mano de la Administración.

Sólo me cabe desear que hayamos aprendido de los errores del pasado y que a los que reparten los cuartos no les dé por hacer más rotondas ni planes “E” en los que dilapidar estos fondos. Priorizar y sentido común, ese es el camino, aunque me temo que es un camino repleto de caros peajes que pagar y que pudiera ser, que a la postre, mucho de ese dinero no llegue donde más falta hace, sino a otros menesteres más políticos que económicos.