Manolo Lama: "Me emocionó más la celebración del equipo con Manu que su gol"
El periodista deportivo, padre del central del Granada, le define como "un luchador nato" y apunta que "nunca empezó como titular y siempre terminó siéndolo"
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Las manecillas del reloj marcaban las cuatro menos diez de una tarde de domingo y los segundos rebasaban el minuto 90 en el cronómetro del árbitro. Sergio Ruiz puso a volar el balón desde la esquina, con una rosca endiablada que amenazaba con volver a salir por la línea de fondo. Junto al poste, el joven Manu Lama se despegaba del marcaje de Juan Otero. Se elevó más que nadie y giró con sutileza para, con un frentazo, llevar la pelota más allá de la cal. Él lo vio claro, por más que Dubasin exigiera a su musculatura para evitar el tanto. El esférico había cruzado la raya. En la grada de Los Cármenes, un padre aplaudía "con mucha ilusión". "Cuando marcó el gol, me dio alegría por él, evidentemente, pero también porque era un momento complicado", apunta Manolo, quien le dio el apellido al hoy central del Granada, periodista deportivo de la Cadena COPE. No puede evitar hablar ya como un aficionado más del conjunto rojiblanco. Aunque con el orgullo de quien contempla la irrupción de un hijo en Segunda División.
"A mí me da vergüenza ser entrevistado, lo que me gusta es entrevistar", advierte Manolo Lama con una timidez insospechada, aun sin desdibujar la sonrisa amable con la que atiende a GranadaDigital. Comedido, no deja que le embargue la euforia, ni se deshace en halagos hacia su hijo pese a que el zaguero está aprovechando la oportunidad que ha pasado meses esperando. "Lo vivo como cualquier padre. Sé el esfuerzo que ha tenido que hacer, el trabajo que ha desarrollado, el sufrimiento que ha tenido, las lesiones que ha superado y los malos momentos que ha tenido él, como todos los futbolistas, porque no es diferente a los demás", incide con sosiego.
-Dígame la verdad, ¿cuántas veces ha visto repetido el gol de Manu en su debut frente al Sporting?
-Te va a sorprender, pero no te creas que tantas. Lo vi mucho en 'Tiempo de Juego', cuando Paco (González), Petón y todos mis compañeros lo celebraron, porque yo estaba en Los Cármenes. Lo he visto una o dos veces más. No creas que han sido muchas. Sí que he visto un montaje de un compañero mío que trabajaba en Gol, que se llama Sergi, con una narración mía mezclada con el tanto de Manu, pero no pienses que estoy todo el día viéndolo. Es una alegría muy fuerte para él, para su familia y sus compañeros, pero tampoco hemos descubierto América. Ha metido un gol y nada más.
❤️ MG si tú también celebraste el gol de @Manuulama como lo hicieron en @tjcope. #LALIGAHighlights pic.twitter.com/n1VQKkAHvz
— Granada CF ❤️⚪️ (@GranadaCF) January 30, 2025
Sí remarca con la pasión con la que lo haría cualquier granadinista la relevancia de aquella diana. "Ganábamos 2-1 y acababa de marcar el Sporting de penalti. Se dio cuenta de que nos podía hincar el diente. Se fue arriba y hubo un par de jugadas que nos había complicado. El gol de mi hijo lo que supuso en ese momento era la tranquilidad, la alegría de saber que va a sumar tres puntos el Granada, que es realmente por lo que se juega en este deporte", precisa. No obstante, admite que los sentimientos afloraron justo después de que Manu Lama cabeceara ese balón, cuando se fundió en un abrazo con sus compañeros, que saltaron del banquillo eufóricos. "Posiblemente, eso me emocionó más que el gol en sí, porque me demuestra que hay un gran vestuario, que hay mucha humanidad en él y que están todos a una", exterioriza el periodista.
"Ellos en ese gol vieron reflejado el trabajo de un chaval, pero que pudo ser mi hijo como puede ser Rodelas, Gael, Fran Árbol, Óscar, Diao… Cualquiera. Son chavales que quieren abrirse paso en este mundo del fútbol. Reflejaron un poco en el tanto que marcó Manu el esfuerzo de todos los que, sin dar un solo problema, pelean, luchan, ayudan, suman y en ningún momento ponen una mala cara y restan", ahonda Lama sénior, en un momento en el que su hijo enlaza titularidades. Pero hasta que le ha llegado, ha pasado muchos meses en el ostracismo, aferrado a la Copa del Rey para poder disfrutar sobre el verde. "Es un tío muy reservado, no pienses que me expresa a mí mucho sus sentimientos, pero imagino que lo viviría como cualquier futbolista que llega a un grande como es el Granada, que quiere competir y que no le llega la oportunidad. Supongo que entra, no en la frustración, pero sí en la pena", se encoge.
Aunque, sostiene, se mantuvo estoico. "Él siempre me ha dicho que cuanto más difícil lo tiene, más curra, más cierra el puño y más lucha. No le quiero echar piropos porque es mi hijo, pero él es un luchador nato", le define, antes de recordar que "ha tenido dos lesiones muy importantes y de las dos se recuperó -toca madera para estirar los dos años que lleva sin problemas graves-". Ni siquiera la apertura del mercado invernal le hizo variar su pensamiento. "Hasta donde yo sé, él nunca ha querido salir del Granada. Imagino que todos los futbolistas, pero él siempre ha confiado en sus posibilidades. Ha confiado en su fútbol y comentaba que se veía para estar en el equipo", desvela, aun consciente de que "las alegrías en el fútbol duran lo mismo que un gol, 30 segundos, y los sufrimientos se alargan muchos días, semanas, meses y, a veces, muchos años". Pero avisa: "Él nunca empezó como titular en ningún equipo, y siempre terminó siéndolo".
"Llevar mi apellido muchas veces no le ayuda"
Ha sucedido así durante toda la trayectoria del futbolista, que cumplió 24 años el pasado miércoles. "Manu jugaba en un colegio aquí, en Madrid, y, de repente, llegaron a la final de un torneo que se disputaba en la zona este de Madrid. Los grandes siempre suelen tener ojeadores y un hombre le vio. Le dijo que si quería hacer las pruebas en el Atlético de Madrid. Él hizo las pruebas y le cogieron", relata sobre los inicios de su hijo en el fútbol. En el club colchonero, las categorías inferiores se dividen entre cantera y academia, en varios equipos que se denominan con letras del abecedario. "Creo recordar que le metieron en una letra baja, la hache o cosa así… Pero él trabajó y luchó", apunta. Fue en su segundo año de juvenil cuando dio el salto, jugó la Youth League y, posteriormente, empezó a enlazar cesiones, a La Nucía y el Fuenlabrada, donde sufre sendas lesiones de gravedad, ya olvidadas.
"El hecho de ser mi hijo, llevar mi apellido, muchas veces no le ayuda, pero dice Simeone una frase, que el fútbol paga, y creo que es así. Hay muy buenos centrales en el Granada, muy buenos jugadores. Él es uno más. Lucha y pelea", afirma, ahora que trata de hacerse un hueco en el conjunto rojiblanco, no sin recordar lo que respondía a quienes afirmaban que en el filial del Atleti jugaba por el nombre. "Les decía que sí, que ya ven que los hijos de Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín juegan en el primer equipo de extremo derecho y delantero centro. En esto del fútbol no hay recomendaciones", apostilla.
En un momento, se cuelga la acreditación de periodista y disecciona el momento de su hijo. "Está intentando ganarse el puesto y para hacerlo en un equipo serio como el Granada, tienes que ser serio en tu fútbol. Ahora intenta minimizar al máximo errores, ayudar al equipo al defensivamente y, sobre todo, con mucha concentración en las coberturas, en las ayudas a lateral y central. Trata de tener permanentemente fijados a los hombres a los que tiene que marcar. Creo que tiene todavía muchos más registros que no hemos visto, pero también pienso que irán apareciendo según le va llegando esa confianza futbolística dentro del campo", desgrana. Como padre, en cambio, Manolo le deja a su rollo. "No le meto mucha caña porque no me hace ni puto caso y porque posiblemente a cada cosa que le diga me va a decir que sí, pero luego va a hacer lo que él crea", resuelve.
-Le puso a Cristiano Ronaldo el apodo de ‘El Bicho’. Le doy la oportunidad de ponerle ahora uno a su hijo.
-No, mi hijo es Manu y punto. No es nada más. Además, todavía no se ha ganado tener un apodo. Los apodos se los ganan los grandes. Messi, Cristiano, Raúl, Casillas, Iniesta, Xavi… Los grandes son los que se ganan los apodos. Mi hijo es Manu. Que siga luchando y peleando. No ha hecho todavía nada en el fútbol para ganarse un apodo.
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