María Guzmán hace brillar el Concierto Mudéjar de García Abril
La complejidad y la belleza de la obra capturó al público asistente desde los primeros compases
María Esther Guzmán está entre las más brillantes concertistas de guitarra de todos los tiempos. Su primera actuación en el Festival de la Guitarra de Granada ha avalado esta afirmación. Se había programado el Concierto Mudéjar de Antón García Abril como homenaje al compositor turolense tras su reciente fallecimiento. Se trata de una obra compleja, aunque muy bella y dado su carácter concertante, el éxito también radica en la disposición y el acierto de la orquesta y su director. Si Guzmán ya ha interpretado en otras ocasiones con éxito esta partitura, para la Orquesta Clásica dirigida por Miguel Sánchez Ruzafa, era asomarse a un estilo que se aleja de su repertorio habitual y saldaron el compromiso con una nota muy alta.
El público, contrariamente a lo que sucede con una parte importante de las creaciones contemporáneas, reaccionó con entusiasmo al término de la interpretación de esta obra. García Abril no renuncia a las técnicas compositivas de su época y con ellas crea reconocidas partituras. La interpretación que ejecutaron María Esther Guzmán, la Orquesta Clásica y Miguel Sánchez Ruzafa, contribuyó a que así fuera, acentuando la belleza cuando era preciso, como sucedía en la cadencia del segundo movimiento, o atendiendo al trepidante ritmo que por momentos impone la obra, especialmente en su tercera parte. Ya desde el principio, cuando comenzaba su intervención la guitarra y después le respondía la orquesta, se anunciaba una actuación memorable.
Barroco y compositores granadinos
Pero el concierto tuvo como antesala un ramillete de bellísimas composiciones, primero barrocas y luego de autores granadinos. La labor permanente labor de Ruzafa de recuperar el patrimonio musical granadino se puso de manifiesto al oír la Serenata Nocturna de José María Montero Gallegos o el número Jardines Imperiales de la zarzuela Joselito Polizón de Luis Megías, en el que intervino con su habitual acierto el Coro Clásico. También el apoyo a los jóvenes valores que desarrolla el compositor y director alicantino nombrado Hijo predilecto de Granada, se puso de manifiesto cuando invitó a una joven solista de guitarra, Alicia Modero, a interpretar junto a la orquesta Diferencias sobre Guárdame las vacas de Luis de Narváez, en un arreglo, que como gran parte de las obras que se escucharon antes del Concierto Mudéjar, habían sido tratadas por Ruzafa, cuya labor, a veces casi arqueológica para con nuestro patrimonio sonoro, debe ser reconocida.
En suma, una noche espectacular, donde además de rendir el tributo que merece la guitarra, el público pudo disfrutar de un concierto de un nivel extraordinario, donde se conjugaron diversos factores para lograr un espectáculo memorable.