María José Sánchez: “En Granada, uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres desarrollarán un cáncer antes de los 75 años”
La doctora granadina, una de las mayores eminencias en la investigación de esta enfermedad, habla sobre su carrera y de los importantes proyectos en los que trabaja
Son numerosos los reconocimientos que recibe por su labor investigadora y, sin duda, merecidos, dado su amplio currículo. La doctora María José Sánchez Pérez (Níjar, Almería, 1966) es, entre otros cargos, directora científica del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.GRANADA), investigadora principal de un grupo de excelencia del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), del Grupo de Investigación PAIDI (Investigación en Salud Pública y Servicios de salud) y profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP). Sin duda, es una de las mayores eminencias del país en la investigación sobre el cáncer. Su relevancia se puede resumir en un dato, de esos que nos gustan a los periodistas: ocupa el primer puesto en Andalucía y la decimotercera posición en España en el ranking de investigadoras por relevancia de su producción científica, los trabajos más citados y el número de citas de cada trabajo, en una tabla que publica el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Y no es una posición baladí, pues este baremo incluye datos de 11.394 investigadoras de España y extranjeras. En Granada, además, a María José Sánchez se le ha reconocido con la Medalla de Oro de la ciudad y de la provincia. Amante de la lectura, los viajes y la playa, habla en esta entrevista de una carrera dedicada a mejorar la vida de los demás.
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Pregunta: Son abrumadores los reconocimientos que has recibido. Te tienes que sentir muy orgullosa de tanto halago.
Respuesta: Todos los reconocimientos han ido viniendo de forma continuada y es verdad que al final de la trayectoria científica, pues ya que me quedan siete años, sí ponen en valor el trabajo que se ha hecho en el ámbito de la investigación con mucho esfuerzo no solo mío, sino también el de un equipo de investigación que hay detrás trabajando conmigo, y también de las instituciones en las que trabajo y con las que colaboro, que también han apostado por la investigación y por mí como investigadora.
P: ¿Por qué dices que te quedan siete años?
R: Me gusta mucho disfrutar de la vida y hay cosas muy importantes. Mi vida ha sido muy intensa y muy dura, trabajo 12 horas al día de lunes a viernes, y, en ese sentido, quiero hacer otras cosas. Estoy preparando mi relevo para que lo que mi antecesora y yo hemos puesto en marcha no se quede en vacío y puedan continuar con mi legado. A mí me gustaría que, cuando pasen los siete años y unos meses que me quedan, poder jubilarme tranquilamente porque las cosas se quedan bien ordenadas y alguien va a dar continuidad al trabajo. Hay que dar paso a las generaciones más jóvenes.
P: Te voy a poner en un pequeño compromiso. Sin falsa modestia, ¿todos estos reconocimientos que has recibido son merecidos?
R: Creo que sí. Es verdad que algunos me han venido un poco por sorpresa y también que unos hacen más ilusión que otros. Que tu ciudad reconozca la investigación que se hace en el ámbito del cáncer y a una mujer investigadora da muchísima satisfacción. Que otras entidades te reconozcan como mujer líder y que se acuerden de la investigación en salud o biomédica también es muy reconfortante. Sobre todo, no siento que los reconocimientos son míos personales, sino que representan a mi equipo y mi grupo de investigación y a las instituciones con las que trabajo y a las que represento.
P: ¿Cómo se llega a ser la investigadora científica más valorada de Andalucía y una de las más importantes de España?
R: Trabajando. Y al ser ya una persona más mayor, porque tengo 57 años, pues tener la posibilidad de trabajar en proyectos multicéntricos europeos ayuda. Nosotros trabajamos, en el marco del registro de cáncer de Granada que dirijo, en proyectos de investigación que llevan treinta años en marcha. Trabajamos con los mejores grupos de epidemiología del cáncer y de epidemiología nutricional del ámbito europeo. Tenemos una cohorte de 8.000 personas a las que recogimos un montón de información sobre variables de salud y de factores de riesgo en los años noventa y a las que seguimos para ver quién desarrolla enfermedad y quién no. El conjunto del estudio son más de 500.000 personas, con lo cual vamos a participar en muchos proyectos colaborativos. No tengo la autoría principal, porque sería imposible, pero sí estamos trabajando y colaborando con grupos europeos con trabajo en equipo de forma multidisciplinar. Eso es lo que te posiciona en ese ranking. Con un grupo de investigación pequeño sería imposible.
La mujer y la ciencia
P: La Universidad de Granada trata de incentivar a niñas y jóvenes para que estudien carreras en ciencia y tecnología. ¿Cuál sería la mejor fórmula para convencerlas?
R: A mí me gusta mucho la celebración del 11 de febrero, que es el ‘Día de la Mujer, la Niña y la Ciencia’, y participo desde hace muchos años haciendo divulgación en los centros educativos con el fin de convencer a las chicas, y también a los chicos, de que pueden llegar donde quieran. Con el ejemplo, lo que tenemos que hacer es intentar que esas personas, si quieren hacer carreras más vinculadas a la ingeniería o a las matemáticas, que puedan hacerlas porque es posible, no hay carreras de hombres ni carreras de mujeres. Para mí el talento no tiene género, es de todos, de hombres y de mujeres. Hay que animarlas y lo mejor es que conozcan otras experiencias. Mucho de eso se tiene que hacer en los centros educativos.
P: Tu niñez transcurrió en la provincia de Almería. Naciste en Níjar.
R: Sí, soy la pequeña de siete hermanos. Todos eran de letras, con familias numerosas también por parte de mi padre y de mi madre, pero no había nadie de la rama sanitaria en la familia. Mi padre era el director del único banco que había en Níjar. Fui la séptima y última, y nací en mi casa, que estaba encima del banco, porque mi madre decidió que, al ser la última, no iba a Almería al hospital. Estuvimos en Níjar poco tiempo, porque cuando yo tenía 2 o 3 años nos fuimos a Vera. Y ya cuando mis hermanos mayores tenían que empezar en la universidad, mi padre, por cuestión de intendencia, decidió que lo mejor era venir a Granada y pidió un traslado. Llegué aquí con seis años. O sea, que me siento granadina con mi corazón en Níjar, en el Cabo de Gata, en las playas de las Negras y en San José.
P: Que no es mal sitio para esa jubilación que atisbas.
R: Para nada. Mi madre siempre decía: "Es que te salieron los dientes en Las Negras y por eso te gusta tanto la playa". Desde muy pequeñita hemos estado en el entorno del Cabo de Gata. Los recuerdos son muy agradables.
P: Y me imagino que de joven eras buena estudiante.
R: Sí era buena estudiante y me gustaba mucho estudiar. Tenía mucha curiosidad y estaba siempre estudiando. Sacaba buenas notas. Mi hermana Charo, la mayor, que se lleva 10 años conmigo, siempre recuerda como anécdota que ella estudiaba en voz alta y yo, que era pequeñita, me sentaba en una sillita a su lado en la mesa y me pasaba horas oyéndola recitar lo que estudiaba. También me cuentan que en 2º de EGB me hice los deberes de todo el año en una tarde... He sido una persona a la que le ha gustado estudiar, muy responsable, muy cumplidora y con mucha curiosidad por aprender cosas.
P: ¿Y por qué elegiste Medicina? Porque primero hiciste Medicina y luego Microbiología y Parasitología Clínica, ¿no?
R: Estudié Medicina porque tenía nota para poder hacerlo y me gustaba. Soy una persona generosa que siempre piensa en los demás y pensaba que iba a poder hacer el bien. Hasta 3º de Medicina las asignaturas no correspondían con lo que me gustaba, pero a partir de 4º, 5º y 6º ya fue bien. No tenía ningún mentor médico que me entusiasmara ni nadie en la familia, sino que elegí Medicina más por una vocación de servicio, de querer ayudar a los demás y decidí que era una buena alternativa para mi formación.
P: Preferiste la investigación que ejercer Medicina.
R: Aprobé el MIR en una época difícil porque falleció mi padre de un cáncer de estómago. Por las circunstancias personales que tenía decidí hacer algo bueno en el sitio en el sitio que vivía, que era Granada, y en el Hospital Virgen de las Nieves. El servicio de Microbiología era muy bueno y decidí hacer 'micro'. Durante los cuatro años del MIR, de la residencia, me fui dando cuenta de que me gustaba más el ámbito de las enfermedades infecciosas, que no hay especialidad como tal, pero yo era una microbióloga muy clínica. Estuve rotando en el Hospital Gregorio Marañón, en la Unidad de Enfermedad Infecciosa y VIH del Hospital Gregorio Marañón en Madrid. Fue una experiencia muy gratificante y satisfactoria porque se acercaba más a lo que a mí me gustaba. Durante la especialidad hice la tesis doctoral de un programa de prevención del estreptococo del grupo B, que es la principal causa de sepsis neonatal. Hacíamos un cribado en las madres que estaban embarazadas, justo antes de que dieran a luz, para que, si tenían el estreptococo del grupo B en el canal vaginal, pudiéramos darle una profilaxis antibiótica. Así evitábamos que el recién nacido pudiera fallecer por una sepsis neonatal o una meningitis. En esa línea, cuando acabé la especialidad, era médico, especialista y tenía la tesis doctoral hecha. Y fue cuando me di cuenta de que a mí lo que me gustaba era la investigación.
Investigación sobre el cáncer
P: ¿Influyó el cáncer que sufrió tu padre para que decidieras investigar sobre esta enfermedad?
R: Sí, seguro que influyó porque el cáncer te marca. Mi padre murió con 61 años cuando yo acababa de terminar mi carrera. Pero aquí pienso que fueron un poco las casualidades de la vida, porque fui a la Escuela Andaluza de Salud Pública a una jornada de VIH que estaba vinculada con lo que había hecho hasta entonces y vi que ofertaban dos becas. Una de ellas era de salud materno-infantil y la otra de virus del papiloma humano y cáncer de cavidad oral. Me presenté a las dos y tuve la suerte de que fui seleccionada en la primera que se resolvió, que fue la del virus del papiloma y cáncer de cavidad oral. Era un proyecto internacional importante, en el que participaban muchos países y lo lideraba la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer. Quería ver si existía relación entre tener el virus del papiloma humano y el cáncer de cavidad oral y orofaringe. Pude combinar mis conocimientos de la microbiología con la investigación en cáncer, porque tomábamos muestras a los pacientes, a los casos y a los controles. Me di cuenta de que de una parte de la investigación en cáncer no sabía nada y empecé a formarme en ese ámbito. Y una vez que empecé ya no podía parar. Esa era mi vocación, esa investigación. En la residencia lo había demostrado haciendo la tesis, pero que en tu familia haya personas que han desarrollado cáncer influye. Y, por supuesto, la importancia y el problema de salud pública del cáncer. Es un tema muy atractivo porque hay mucho por hacer todavía.
P: Hemos estado todos muy mentalizados por una epidemia como la del COVID y lo que ha supuesto y, sin embargo, llevamos conviviendo con el cáncer muchísimos años y la mayor reivindicación de los investigadores es que hace falta más dinero y una apuesta más seria para seguir investigando, porque los datos son demoledores.
R: Sin duda. El cáncer es un problema de salud pública. Lo que se espera ahora mismo es que sea la primera causa de muerte en los hombres y la segunda en las mujeres después de las cardiovasculares. Para las próximas décadas habrá más cáncer. Este aumento va vinculado a que la esperanza de vida en este país es cada vez más alta, es decir, vivimos más, y como el cáncer es una enfermedad que, a medida que aumenta la edad, aumenta la posibilidad de tenerlo, pues si tenemos más personas mayores, vamos a tener más cáncer. Pero, también, por cambios en los estilos de vida y otra serie de cuestiones. Que cada vez va a haber más cáncer está claro. ¿Qué pasa? Que vino el COVID y gran parte de los fondos de investigación se dedicaron a eso. Y es verdad que supuso un montón de fallecimientos, y muchas familias perdieron a sus seres queridos en esta pandemia. También supuso un antes y un después para que la gente aprendiera lo que era la epidemiología y lo que hacía la salud pública, pero el cáncer es la epidemia silente que tenemos ahí y a la que hay que dar respuesta. Claro que hace falta más dinero y más financiación, para la investigación en general, y para la investigación en cáncer en particular. Y dentro de la investigación en cáncer siempre reivindico que lo que necesitamos es más dinero para la prevención del cáncer.
P: Hay muchísimos hábitos que hemos adquirido y ahí es donde hay que trabajar y, sobre todo, desde la base porque la prevención es una cuestión de educar.
R: Eso es así. Hay que trabajar en prevención porque el cáncer se puede prevenir. Según las últimas estimaciones que hace la Organización Mundial de la Salud, el 40% de los cánceres se podrían prevenir si la población mantuviera cinco estilos de vida saludables: no fumar, disminuir mucho el consumo de alcohol, tener una dieta saludable, un peso saludable y hacer ejercicio físico. Cambiar el estilo de vida es difícil, pero si fuéramos capaces de que la población estuviera bien informada de cuáles son las recomendaciones para la prevención del cáncer, se podrían prevenir el 40%.
Tabaco, alcohol y nutrición
P: De lo que has comentado, tengo la sensación personal de que hay una disminución en el consumo del tabaco, pero la sociedad no se ha tomado en serio el perjuicio del consumo del alcohol y que los jóvenes hacen menos deporte y consumen más comida basura, o sea, que hemos perdido nuestra dieta mediterránea y hay más obesidad. Hay que mentalizar más sobre esas cinco medidas.
R: Si hacemos un recorrido por esos factores, efectivamente, la población está más concienciada del efecto negativo y perjudicial del tabaco, no solo para el cáncer, sino también para otras enfermedades. ¿Qué estamos viendo? Pues que la prevalencia del consumo de tabaco disminuye en los hombres, que fuman menos, pero las mujeres fuman más. Eso se traslada a que en diez años hay un descenso del riesgo que tienen los hombres de padecer cáncer de pulmón o de cavidad oral y orofaringe, es decir, esos cánceres que están relacionados con el consumo de tabaco, pero, por el contrario, en las mujeres están aumentando. Sobre el alcohol, en la cuarta edición del Código Europeo contra el cáncer lo que dice es que para la prevención del cáncer, cero alcohol. Hay otras creencias de que un vaso de vino es saludable, pero la recomendación es muy clara: cero alcohol.
P: ¿Y sobre la dieta saludable?
R: La dieta mediterránea la han tomado toda la vida nuestros padres y madres. Y, dentro de eso, intentar consumir más frutas, verduras, legumbres, pescado, menos carnes rojas y menos carnes procesadas. Además, hay que hacer ejercicio físico, cada uno el que pueda, e intentar mantener un peso saludable que, al final, es el equilibrio de la dieta y de lo que te mueves. Luego hay otros factores como puede ser la exposición solar u otros factores de riesgo como el medio ambiente, etcétera. Con esa prevención podríamos reducir un número importante de casos, sobre todo, porque el sistema sanitario no va a ser sostenible si sigue aparece el número de casos de cáncer que está previsto para las próximas décadas.
Cáncer en Granada
P: Las previsiones de la Asociación Española contra el Cáncer para 2030 eran muy pesimistas.
R: En Granada tenemos una particularidad y es que en el Registro de Cáncer recogemos información del cáncer de piel no melanoma, es decir, del cáncer epidermoide y basocelular, que es difícil morirse por esos cánceres, pero recogemos información. Si contamos ese cáncer de piel no melanoma, uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres residentes en la provincia de Granada desarrollarán un cáncer antes de los 75 años de edad.
P: Pues ya hemos comprado papeletas.
R: Cuando hablas con la gente y te dice que "cada vez conozco a más gente que tiene un cáncer" es que, realmente, es así. Por eso hay que trabajar mucho en la prevención y en la concienciación.
P: ¿Es el cáncer el principal problema de salud pública que hay ahora mismo en España?
R: Sí, el principal problema de salud pública es el cáncer.
P: Es incomprensible que desde las instituciones no haya muchos más fondos para la investigación y la prevención del cáncer. Hay presupuesto para otras áreas en las que estamos muy concienciados y hay pocos recursos en un problema tan grave como este.
R: Hay financiación para la investigación sobre el cáncer, lo que pasa es que hace falta más porque el cáncer es una enfermedad compleja. Son más de doscientos tipos de cáncer, es una enfermedad multifactorial, se puede trabajar en prevención, en diagnóstico y en tratamiento. Y también ahora, la gente que tiene cáncer vive más. La supervivencia ha ido mejorando a lo largo del tiempo, personas que viven más habiendo tenido un cáncer, que llamamos supervivientes de cáncer. Y también tenemos que ser capaces de investigar en los largos supervivientes para ver cómo nos adaptamos a ellos porque muchos quedan con secuelas, con algún problema o para evitar que tengan segundos cánceres primarios.
Escuela Andaluza de Salud Pública
P: Vamos a cambiar de tema, porque hay otro que me interesa comentar contigo por su experiencia. La Escuela Andaluza de Salud Pública se integra en el Instituto Andaluz de la Salud. ¿Qué te ha parecido esta decisión?
R: Soy bastante positiva con esta situación. Lo que se pretende es que este Instituto Andaluz de la Salud aglutine toda la investigación y la formación y, también, la consultoría que se hace en el ámbito de la salud pública y la gestión sanitaria en Andalucía. Los pasos iniciales ya se han dado y el año que viene, si todo va bien, estaremos integrados. Quiero ser positiva y verlo como una potenciación y una integración. Vamos a ser como un Instituto de Salud Carlos III en pequeñito, en Andalucía, y se va a aglutinar la Escuela Andaluza de Salud Pública, la Fundación Progreso y Salud y la propia secretaría general de I+D+i de Andalucía. Al ser un organismo público de investigación y una agencia administrativa, vamos a tener más dificultades que ahora mismo que somos una sociedad anónima. En ese sentido, va a ser más difícil hacer la gestión. Pero, como gestión de la investigación y como liderazgo de proyectos estratégicos para Andalucía en el ámbito de la investigación, de la formación y de la consultoría, va a ser bueno. La Escuela se queda en Granada y vamos a tener el centro de formación de toda Andalucía, vamos a seguir formando a los profesionales del sistema sanitario público de Andalucía. Lo que más vamos a notar es la forma en la que se hace la gestión pura y dura.
P: ¿Menos autonomía en la gestión?
R: Menos autonomía porque nosotros hasta ahora hemos sido muy ágiles en hacer las cuestiones, pero, por lo demás, se va a potenciar la investigación biomédica y en ciencias de la salud en Andalucía.
P: Granada tiene mucho protagonismo en el marco de las investigaciones científicas gracias al crecimiento de la Universidad de Granada y al Parque Tecnológico de la Salud. ¿Estamos en el buen camino?
R: Creo que sí. La marca 'Granada Salud' se está revalorizando y se está poniendo en valor. Estamos trabajando de forma colaborativa entre el Instituto de Investigación Biosanitaria que dirijo, el Parque Tecnológico de la Salud, los propios hospitales que están integrados ahí, el Centro Genyo y la Universidad de Granada. De hecho, el año que viene ya vamos a organizar el tercer congreso de investigación del Parque Tecnológico de la Salud y juntos somos muchos, pero muy buenos. La excelencia de la investigación en el ámbito biomédico de Granada se está notando.
Talento en la UGR
P: Ahí hay mucho talento que sale de la UGR y quizás el reto sea retenerlo y que se quede en Granada.
R: Hay mucho talento que sale de la Universidad y mucho talento que luego vuelve y también vuelve a la Universidad. Uno de los problemas que tenemos, no solo en Granada, sino en otras provincias, es ser capaces de retener el talento. La investigación está mal pagada. Si los trabajos son precarios, la gente se va a otros sitios en donde paguen mejor, que puede ser en el ámbito público o en el ámbito privado. En ese sentido, tenemos que ser capaces de ser competitivos y de poder trabajar y ofertar buenos salarios a la gente que merece un salario bueno por el talento que tiene y por lo que aporta a la investigación y a la sociedad en general.
P: Esa es una de las contradicciones de esta sociedad, a veces, tan absurda. Has comentado que el investigador está muy mal pagado y, sin ánimo de jugar con esto a hacer demagogia, por ejemplo, se paga mucho dinero a personas por marcar goles y muy poco al que investiga para salvar vidas. ¿No se equivoca la sociedad en este planteamiento fundamental? Los investigadores merecéis mucho más.
R: Estoy totalmente de acuerdo. Haciendo investigación nadie se va a hacer rico, pero hay mejorar los salarios, dar más oportunidades a la gente joven para que se pueda iniciar en el ámbito de la investigación, pero luego que puedan seguir trabajando, no que cuando formas a las personas y más pueden apoyarte, se van a otros sitios. Hay que apoyarlos también a que se vayan, porque la situación económica es muy precaria en muchas ocasiones. Lamentablemente las cosas son así. Ojalá el valor para la sociedad de la investigación en biomedicina y en ciencias de la salud fuera el mismo que el de los futbolistas.
P: He puesto el ejemplo de los futbolistas, pero puede ser para otros deportistas o artistas. Y muy merecido lo que ganen, pero que quien investiga para salvar vidas esté mal pagado no tiene sentido.
R: No entro en lo que ellos ganan, pero sí en la mejora que nosotros necesitamos.
P: ¿En qué se puede mejorar la marca 'Granada Salud'? Porque es una industria que puede generar empleo, riqueza y que puede servir para que crezca ciudad y provincia.
R: Tenemos que seguir potenciando la colaboración, dejar la competitividad entre nosotros, que siempre está, aunque en eso hemos mejorado en los últimos tiempos, pero deberíamos aunar esfuerzos en todos los centros de investigación que hay en el entorno del Parque Tecnológico de la Salud, del Instituto de Investigación Sanitaria, de otros centros, de la UGR, etcétera. Hay que sumar más esfuerzos y, desde luego, que nos apoyen. Eso es fundamental. Siempre se lo digo a mi equipo: hacemos mucho más de lo que podemos con el dinero que tenemos. Eso es una característica de la investigación en este país y de la investigación en salud. Si comparo el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada con otros institutos como este, acreditados por el Instituto de Salud Carlos III, que a lo mejor el nuestro tiene mejores resultados en excelencia científica, la financiación que reciben por parte de las instituciones es muy superior a la que recibimos nosotros. Pero muy, muy superior. En Andalucía estamos acostumbrados a hacer mucho con poco. Y eso es un mérito también nuestro.
P: Es un mérito, pero quizás también los de arriba se acomodan. Como lo estáis haciendo bien…
R: Cada vez que podemos lo decimos. Soy una persona muy reivindicativa. En cualquiera de las charlas que hago aprovecho y siempre termino con una reivindicación y con una diapositiva en donde se ven las distintas fases del cáncer, la prevención, el diagnóstico, el tratamiento, la biología molecular... Y digo que, según los últimos datos, la Unión Europea ha invertido en recursos en todos esto. Y fijaros lo que ha invertido en prevención, que está tres veces por debajo de lo que ha invertido en el resto. Soy reivindicativa y en los foros exijo o pido más financiación para la investigación en cáncer y más financiación para la investigación en la prevención del cáncer.
Déficit en comunicaciones
P: Por tu experiencia acumulada a lo largo de estos años y tus viajes por todo el mundo, ¿qué crees que le falta a Granada para seguir creciendo?
R: Nos faltan mejores comunicaciones, sin duda. Tuve la oportunidad el año pasado de organizar un congreso mundial al que vinieron 400 personas de 60 países del mundo y llegar a Granada no es fácil. En el sistema sanitario tenemos dos buenos hospitales, tenemos hospitales públicos y privados, también tenemos en el ámbito de la cultura muchas actividades, aunque siempre se puede mejorar. Pero lo que falta a Granada es una mejora clara en las comunicaciones y también que seamos capaces de vendernos mejor. Málaga, que es la ciudad con la que nos podemos comparar, lleva un ritmo que ha sido capaz de enseñar lo que tiene y de mejorar las infraestructuras. Y nosotros tenemos que ser capaces también de lucir más a Granada y de saber vender a Granada.
P: Aparte de estas investigaciones, que no das tregua al ritmo que vas, ¿en qué te gusta disfrutar de tu tiempo libre? ¿Qué sueles hacer? ¿Cuáles son las aficiones que más te llenan?
R: Me gusta mucho la playa. Necesito ver el mar cada 15 días como muy tarde. Lo necesito. El mar y la luna más que el sol. Necesito ese contacto con la naturaleza. Me gusta más el mar que la montaña y cada vez que puedo me escapo a la playa. Esa es mi primera tentación. Me gusta mucho leer y me paso la vida leyendo, pero cada vez leo más textos científicos y por la noche, que es cuando tengo tiempo, pues me leo algún artículo que tengo interés en conocer. Solo puedo leer literatura en verano. Y me da pena porque en verano devoro libros en el mes de vacaciones y me gustaría más. También me encanta viajar. El trabajo me ha permitido viajar por muchos lugares del mundo, a veces con reuniones en aeropuertos en los que no he podido ni visitar la ciudad, también hay que decirlo, pero viajar me encanta. Mis tres preferencias son viajar, leer y el mar.
P: Decías lo de leer artículos científicos porque me imagino que la investigación evoluciona constantemente y tenéis que estudiar a diario, ¿no?
R: Primero, para estar al día. Segundo, para ver lo que han hecho otras personas. Y luego, porque para poder generar conocimiento tenemos que conocer cuál es la evidencia que ya hay, para saber por dónde encarrilar nuestras investigaciones. Tenemos que estar actualizados y la generación de conocimiento que hay en las distintas materias en las que trabajamos es muy grande. Hay artículos que uno se tiene que leer a conciencia.
Influencia del estrés
P: ¿En qué proyecto estáis metidos ahora y cuál es el de más interés para el futuro?
R: Ahora mismo estamos trabajando en dos temas importantes. Uno tiene que ver con las desigualdades sociales y el cáncer. Es decir, el código postal importa más para el desarrollo de cáncer que otras cuestiones y, por eso, estamos trabajando en cómo afectan las desigualdades sociales y en reducirlas para que la población pueda acceder a la prevención, al diagnóstico y al tratamiento del cáncer en las mismas condiciones. Por otro lado, hay algo que nos había llamado la atención, porque hay muchos mitos en relación con el cáncer, y es si el estrés está relacionado o no con el cáncer. Estamos trabajando en una medida que es la carga alostática, que está compuesta de una serie de indicadores que se miden en sangre y que nos permitir saber si una persona está más o menos expuesta al estrés y cuál ha sido su desarrollo de cáncer. Va a ser un avance importante si conseguimos poner de manifiesto que el estrés, con evidencia científica, está relacionado con el cáncer.
P: ¿Y lo está?
R: Todavía no tenemos los resultados, pero apuntan a que pueda estar relacionado.
P: ¿En qué consiste el proyecto IMPaCT?
R: Es el proyecto más importante en el que estamos involucrados ahora. El proyecto IMPaCT, Infraestructura de Medicina Personalizada asociada a la ciencia y la tecnología, se puso en marcha en 2020 por el Instituto de Salud Carlos III con tres pilares: medicina predictiva, medicina genómica y ciencia de datos. En el que estoy trabajando es en el de medicina predictiva. En este trabajo se pretende crear estudio de cohortes multipropósito, con 200.000 personas de toda España, participando todos los sistemas de salud de todas las comunidades autónomas, Ceuta y Melilla. Se hace en Atención Primaria y pretende ser una infraestructura para hacer investigación en muchas disciplinas en los próximos veinte, treinta, cuarenta años. O sea, que será la infraestructura en la que podremos hacer modelos predictivos para ver el riesgo de desarrollar enfermedades, en donde se pueda avanzar en muchos aspectos relacionados con la salud pública de precisión y con la medicina personalizada. Estamos haciendo el esfuerzo de reclutar las 200.000 personas, que luego estarán a disposición de todos los investigadores del Sistema Nacional de Salud y también de otros países, como ha hecho Reino Unido, que nosotros ahora trabajamos con bases de datos de Reino Unido.
P: ¿Es un proyecto liderado desde Granada?
R: Eso es un proyecto liderado desde el CIBER de Epidemiología y Salud Pública, del que formo parte del comité de dirección, y lo lidero en Andalucía, que es la comunidad autónoma que va a reclutar más participantes por ser la comunidad autónoma más grande.