Mas alerta de que las independencias son un desastre "si no te reconoce nadie"

E.P
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El presidente de la Generalitat, Artur Mas, alerta en un nuevo libro sobre él que "si no te reconoce nadie, las independencias son un desastre monumental", de manera que una declaración unilateral sin reconocimiento de los demás países haría casi inútil todo el esfuerzo, las esperanzas e ilusiones puestas en este objetivo.

"Para que un país realmente cuente en la escena internacional y para que se pueda espabilar necesita que se le reconozca", defiende, y también sostiene que el mundo espera que Cataluña se cargue de razones por la consulta pero no que haga una declaración unilateral, porque se entiende como una imposición.

Apuesta por agotar la vía del diálogo y la negociación con el Estado, para que pueda llegar el reconocimiento internacional, porque todo el trabajo no serviría "prácticamente de nada" sin ese aval del extranjero.

En consecuencia, admite que una declaración unilateral no se aceptaría "fácilmente", que el camino a seguir sería largo y difícil, y que ignora cuál sería la reacción del Estado y a nivel europeo e internacional.

2016, PLAZO MÁXIMO

A los que apuestan por una declaración unilateral inmediata, replica que al día siguiente debería llamar al presidente del Gobierno central para pedirle que le cobrara los impuestos, lo que sería "un gran ridículo".

Por eso, aboga por ir despacio, construir estructuras de Estado para poder funcionar, y ver cuál es el mejor momento para "jugársela", con 2016 como plazo máximo, y teniendo en cuenta el pacto con ERC para celebrar la consulta en 2014, salvo algunos condicionantes.

Según él, el proceso soberanista exige ser estratega y buscar el equilibrio entre el 'seny' y el arrebato, y defiende combinar la mentalidad de "constructor" del primer presidente de la Mancomunitat de Catalunya, Enric Prat de la Riba, con los ideales del presidente de la Generalitat republicana Francesc Macià.

LA TENTACIÓN DE DEJARLO

Aunque no lo descarta, se muestra escéptico con que el Estado plantee una alternativa atractiva a Cataluña que pueda valorar, lo cual también debería votarse, y, pese a reconocer que por segundos ha tenido la tentación de dejarlo todo, precisa que solo abandonaría si tuviera un grave problema familiar o si acaba considerándose "un problema más que una solución" para Cataluña.

Sin embargo, añade que no puede garantizar estar siempre, porque tiene sus limitaciones, como todo el mundo, pero cree que ahora es el momento de los sacrificios personales en favor de proyectos colectivos, y que puede que sea de los primeros que deba dar ejemplo.

"Si Cataluña vota libertad, Cataluña será libre", sentencia el también líder de CDC y de CiU, y lamenta las repercusiones personales sufridas con el proceso soberanista.

"Van descaradamente a por mí. Me he convertido en el objeto de deseo más perverso para algunos. Soy un personaje odiado en algunas partes de España y, concretamente, en Madrid", asegura.

LAS "PUTADAS" FORTALECEN

En este delicado momento es cuando ha visto claramente demasiadas veces la miseria de los partidos, y remarca que lo que está pasando no lo aguantaría si le hubiera ocurrido diez años atrás, ya que las "putadas" que ha sufrido le han hecho más fuerte.

Considera que quien ocupa un cargo político debe saber que el fin es más importante que sus deseos, aunque admite que la política puede llevar en ocasiones a actuar de una manera que no es la más noble.

Admite que se arrepiente de haber sido demasiado confiado porque eso es letal en política; que siempre ha asumido riesgos y responsabilidades, y que vivir dificultades es un destino que le ha perseguido siempre: "En todas partes me he complicado la vida o se me ha complicado".