Masaje infantil: la piel, el primer lenguaje
Según señala la presidenta de AEMI, diferentes investigaciones confirman que el masaje tiene un efecto positivo
El masaje infantil en todos los ámbitos facilita la comunicación, el entendimiento mutuo, promueve el apego seguro y genera un momento único de respeto, relajación y complicidad entre padres e hijos.
Según explica a Infosalus Elsa Rodríguez, presidenta de la Asociación Española de Masaje Infantil (AEMI), el masaje infantil es uno de los métodos más entrañables de comunicación entre los padres y sus bebés, y se está instaurando en nuestra cultura cada vez con más fuerza.
El sentido del tacto se desarrolla entre las seis y las nueve semanas de gestación, lo que permite al feto recibir un constante masaje dentro del útero. La madre desarrolla de forma instintiva una relación con el bebé que le lleva a tocarlo, acariciarlo o mirarlo y este vínculo afectivo proporcionará al bebé la madurez y el equilibrio psíquico y emocional necesario para crecer y desarrollarse de forma saludable.
"Los bebés que no son tocados no podrán establecer ese vínculo primario que les da confianza y seguridad para relacionarse con el mundo exterior y gozar de una alta autoestima", señala Rodríguez.
Transmitidas de generación en generación en culturas indígenas y orientales, las técnicas de masaje infantil que proponen desde AEMI llegaron a Occidente en los años 70 a través de Vimala McClure, creadora del programa internacional y fundadora de la 'International Association of Infant Massage' (IAIM), después de su experiencia positiva en un orfanato de la India y de la observación del masaje que las madres hindúes ofrecían a sus bebés.
BENEFICIOS DEL MASAJE INFANTIL
Según señala la presidenta de AEMI, diferentes investigaciones confirman que el masaje tiene un efecto positivo en el desarrollo infantil y que genera un estado saludable. Entre estos beneficios se encuentran:
* Para los bebés: interacción (dar y recibir con generosidad y respeto), relajación (favorece el sueño), desarrollo del sistema nervioso, estimulación del sistema inmunológico, aparato digestivo, respiratorio; alivio de cólicos, estreñimiento y pequeñas incomodidades.
* Para los padres: mejora el entendimiento mutuo, implica tempranamente al padre, estimula la lactancia, promueve el apego seguro y es un momento único de comunicación y relajación.
* Para la familia: implica a los hermanos y a todos los miembros de la familia, favorece el respeto, proporciona un ambiente relajado y reduce los conflictos.
EN QUÉ CONSISTE, CÓMO Y CUÁNDO EMPEZAR
La rutina de masaje infantil que Vimala McClure integró en el Programa de la IAIM incluye diferentes técnicas:
* Técnica Hindú: movimientos de descarga y relajantes, realizados desde el centro del cuerpo hacia fuera.
* Técnica Sueca: movimientos estimulantes que activan la circulación y favorecen el retorno venoso.
* Reflexología podal: toca puntos en la planta del pie donde se reflejan los diferentes órganos.
* Estiramientos del Yoga: estiramientos suaves de las extremidades y posturas de loto en posición supina.
Según Rodríguez, instructora de estas técnicas, muchos libros, vídeos y artículos aportan información sobre estas técnicas de masaje infantil, pero para hacerlo bien y disfrutar de la experiencia, es básico contar con la ayuda de un experto certificado y aprender las técnicas.
Los movimientos se han de introducir suave y lentamente para asegurar al bebé una adaptación placentera. "El bebé nos hará saber cuál es el mejor momento para recibirlo: por la mañana, después de una siesta, antes o después del baño. Solamente es necesario prestar atención a sus reacciones", aclara.
Antes de empezar con el masaje es recomendable:
1. Estar tranquilos, en actitud relajada.
2. Crear un ambiente agradable, cálido, tranquilo, sin estímulos luminosos fuertes o directos.
3. Realizar el masaje en el suelo sobre una manta, toalla o cambiador.
4. Comunicar al bebé lo que va a suceder con palabras sencillas y concretas.
5. Escoger un aceite/loción de buena calidad y preferiblemente sin aromas ni esencias.
6. Pedirle permiso y esperar su reacción.
7. Olvidarse de las prisas, disfrutar del momento.
"La edad recomendable para empezar a aplicar la secuencia de masaje es a partir del mes y medio, dos meses, pero lo que llamamos 'Toques de Relajación', la 'Contención' y 'Contacto quieto', se puede comenzar desde el momento del nacimiento", señala la instructora. En cualquier caso, el comienzo depende del criterio y deseo de la madre o el padre y del estado del bebé, afirma.
Casos especiales y contraindicaciones, ¿solo para bebés?
Según señala Rodríguez, este tipo de masaje infantil no sólo está indicado para el bebe a término y sano, sino también en el caso de bebés con necesidades especiales. "El bebe prematuro que recibe el contacto, el tacto nutritivo de manos de sus padres, gana peso y regula su función respiratoria puede permanecer mucho menos tiempo hospitalizado".
En muy pocos casos están contraindicadas estas técnicas de masaje infantil. Algunos ejemplos que generalmente requieren la opinión del pediatra o el especialista serían la luxación de cadera (el masaje no es aconsejable en las piernas), fiebre alta u oclusión intestinal.
A partir del año, cuando el bebé ya está mucho más activo, se han de incorporar al masaje actividades lúdicas que favorecen la relación y el contacto entre padres e hijos.
Según añade Rodríguez, cuando el masaje se instaura en casa, es para toda la vida y se convierte en una herramienta de comunicación en las diferentes etapas de desarrollo evolutivo de niños y adolescentes, a los que el masaje ayuda a liberar tensiones y a comunicar miedos, experiencias y vivencias con naturalidad.
La Asociación Española de Masaje Infantil (AEMI) forma parte de la 'International Association of Infant Massage' y es una entidad nacional sin ánimo de lucro (ONL) que inició su actividad en 1994.