El mayor éxito de John Jiang al frente del Granada CF
El ascenso del conjunto rojiblanco arroja luz a una etapa marcada por la inestabilidad y el descenso a Segunda
John Jiang por fin puede celebrar algo con el Granada CF. El primer equipo rojiblanco ha certificado su retorno a Primera División dos años más tarde de su descenso, un logro que supone el mayor éxito del presidente chino al frente de la entidad nazarí. Tres proyectos, una profunda reestructuración interna y, sobre todo, la concatenación de decepciones habían caracterizado hasta ahora la primera etapa posterior al binomio Pina-Pozzo, que con este ascenso comienza a ver la luz al final del túnel.
El máximo mandatario chino se incorporó al club granadino en junio de 2016, después de comprar el paquete de acciones de la familia italiana, cuyo ciclo en la entidad supuso ascender de Segunda División B a Primera. Aquí permaneció el equipo durante seis temporadas, gracias a las cinco permanencias obtenidas bajo el mandato de Quique Pina, que no estuvo exento de polémica.
Jiang tomó el relevo en la dirección nazarí precisamente antes de comenzar aquella sexta y última temporada en la élite, la 2016/2017, y lo hizo con una promesa: “Construir un proyecto deportivo sólido”, “impulsar la imagen y la marca del club en España, en China y, sobre todo, en Granada y en Andalucía” y que el club se sintiera “más de Granada que nunca”. En el marco de los sueños, mencionó que “algún día nuestro Granada pudiera jugar en Europa”, unas declaraciones que constituyeron una auténtica losa, pese a que él mismo destacó la dificultad.
Arrancó el curso con una plantilla totalmente renovada, plagada de jugadores cedidos -mediante esta fórmula, Media Base Sports trató de limpiar cualquier resto de la anterior etapa en el club- que no ofrecieron el resultado esperado. Bajo la tutela de Paco Jémez, al conjunto rojiblanco se le empezaron a ver las costuras, remendadas con el esfuerzo de un granadinista: Lucas Alcaraz. Su cargo, sin embargo, recayó en las manos del extravagante Tony Adams, que dejó un reguero de derrotas y vivió la materialización del descenso, en Anoeta.
Con el equipo en Segunda División, y ya sin Media Base Sports en la entidad, Jiang emprendió un segundo proyecto, caracterizado principalmente por la regeneración de la plantilla y la implantación de un nuevo modelo de fichajes, mucho más sólido. Llegaron nombres imponentes que, bajo la dirección deportiva de Manuel Salvador y la batuta de José Luis Oltra, conformaron una plantilla que solo se planteaba el ascenso directo.
Acabó pesando la presión del objetivo y, pese a que peleó por él durante gran parte del curso, un nefasto tramo final del campeonato, así como la sucesión de permutas en el banquillo, frustró la campaña. El equipo quedó décimo, con 61 puntos y sin opciones de jugar playoff desde la jornada 41.
Antonio Fernández Monterrubio y Fran Sánchez tomaron las riendas, con el respaldo del grupo Hope, del tercer proyecto. Este se comenzó a construir desde abajo, sobre unos pilares de marcado carácter continuista. Nueve jugadores de la primera plantilla rojiblanca ya estaban el curso pasado, diez si se tiene en cuenta a Fran Rico, y otros tres futbolistas subieron del filial. El resto, incorporados bajo el mismo criterio que la temporada anterior, completaron una plantilla corta y humilde que, mermada además por el límite salarial impuesto por la Liga, no parecía optar al ascenso.
No obstante, la mano de Diego Martínez, el técnico elegido para trabajar este grupo, acabó obrando el milagro. El entrenador rojiblanco ha inculcado a sus jugadores una mentalidad luchadora que, partido a partido, ha reconciliado al equipo con su maltratada afición y ha permitido a John Jiang celebrar su primer éxito como presidente nazarí.