El caso de una médica venezolana a la que no homologan su título: "Voy a seguir insistiendo"

Carmen Camacaro y su marido llegaron a Granada hace más de dos años a cursar un máster en la UGR, y ella está teniendo problemas con el trámite

Familia venezolana
Carmen Camacaro con su título de medicina junto a su marido Carlos Araque
Alejandro Rodríguez
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La pandemia del coronavirus ha elevado la importancia de los sanitarios en la visión mundial y, sea el país que sea, se han convertido en los héroes de la sociedad actual. Sin embargo, y pese a la certeza de esta conclusión, hay lugares donde se habla de más y se actúa menos. Esta profesión en Venezuela no tiene la retribución correspondiente a su labor, pues un médico cobra una equivalencia en torno a tres euros mensuales, mientras que una enfermera baja esa cifra.

Con tal tesitura, muchos buscan oportunidades en otros puntos del globo. Es el caso de Carmen Camacaro y Carlos Araque, una pareja del país vinotinto que lleva viviendo en Granada desde hace más de dos años, cuando vinieron a cursar un máster en la UGR. Él es geofísico y cuenta con una beca de colaboración en la universidad. Ella, por otra parte, es médico y vino a realizar el posgrado de radiología. Hasta aquí todo parece un cuento con final feliz, pero nada más lejos de la realidad.

Ambos tienen su título universitario, pero él ya lo tiene homologado, mientras que ella sigue esperando. "Yo mandé los papeles través de la subdelegación del gobierno", dice Carmen, quien asegura que no recibió respuesta alguna tras dos años y tres meses, tan solo el registro de su solicitud, aunque nada más. Cuando por fin supo algo no eran buenas noticias. "Me llegó una actualización en la sede de un trámite de audiencia por una documentación que ellos dicen que yo no cumplo los requisitos en mi historia laboral, cosa que sí introduje", recalca la venezolana mientras afirma que "me pidieron introducir lo mismo de nuevo en febrero, y todavía no tengo respuesta".

"Lo que me sorprende es el tiempo que se toman para decirte que te falta algo"

"Es preocupante la situación". Así se siente Carmen con esta situación en la que tiene un máster en la UGR, pero, oficialmente, no es médico. Pese al enfado por las dudas sobre la homologación de su título, prefiere mantener la calma con las culpas. "Yo creo que depende del funcionario que te evalúe y analice los papeles. No sé si fue por error de ellos, que no leyeron bien el documento que refleja esa información y la tomaron con que me faltaba algo". Como desahogo, indica que "lo que me sorprende es el tiempo que se toman para decirte que te falta algo, tienen que mandar un correo electrónico o ponerlo en la sede para que uno vaya a solventarlo".

La falta de un título supone una pérdida de oportunidades laborales, ya que no puede ejercer la medicina sin él. Esto afecta directamente a Carmen, a quien le hubiese gustado trabajar en algo relacionado con el máster que estuvo cursando. Además, los profesionales sufren la inactividad, ya que esta profesión "te exige estar activo al 100%, estar ejerciendo para mantenerte actualizada".

Aun con la falta de sanitarios en Granada, son muchos los extranjeros que viven la misma situación que Carmen, en teoría "por la cantidad de registros que están en procesos de homologación". Preguntada por si cree que es una desconfianza hacia los foráneos, la mujer no lo sabe a ciencia cierta, pero sí que "hay muchas quejas por parte los sindicatos por el trato que reciben los médicos extracomunitarios".

"No me dejaron ayudar durante la pandemia"

Los meses de 2020 fueron los más duros para los sanitarios, en el pico de la pandemia. Debido a la necesidad de ayudas, muchos amigos de Carmen que vivían en otras partes del país vieron homologados sus títulos y fueron colaborados durante noventa días. Ella lo intentó, mandó correos, pero no obtuvo respuesta, así que "no me dejaron ayudar durante la pandemia".

Con todo, Carmen llegó a Granada para realizar el máster y, quien sabe, quedarse a ejercer su profesión en la ciudad. Pero lo más cerca que ha estado de atender a las personas fue cuando trabajó de cuidadora de una señora mayor, empleo que dejó al tener a su bebé. Ella tiene "la esperanza de que me respondan pronto, porque yo voy a seguir insistiendo". Pero, si no es posible, no descarta nada para el futuro. Con todo sobre la mesa, Carmen y su familia esperan una contestación, pero no puede demorarse. Ahora viven gracias a la beca de investigación de su marido Carlos mientras ella realiza un posgrado online de urgencias y emergencias en la Universidad Cardenal Herrera. Como el tiempo y la paciencia no son eternos, las instituciones públicas tienen que solucionar la homologación de un título que tiene, porque es médica.