El médico granadino Francisco Hernández Oliveros interviene en el primer trasplante de intestino en asistolia

La paciente ha sido Emma, una niña de 13 meses, que ha sido intervenida en el Hospital Universitario La Paz

Doctor Francisco Hernández Olvieros - Foto TwinClick Comunicación
El doctor motrileño Francisco Hernández Oliveros, en el centro de la imagen, ha realizado en el Hospital La Paz el primer trasplante de intestino en asistolia | Foto: TwinClick Comunicación
María José Ramírez
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Emma, una niña de 13 meses, ha sido la primera persona que ha recibido un trasplante de intestino en asistolia en el mundo. El órgano ha procedido de un donante en parada cardiorrespiratoria por primera vez y el trasplante se ha llevado a cabo en el Hospital Universitario La Paz. En esta pionera intervención ha participado el médico motrileño Francisco Hernández Oliveros, para quien ha supuesto “una gran satisfacción” ya que han logrado “darle una oportunidad a Emma” y, además, se ha hecho “utilizando la herramienta que hoy día tienen que utilizar los médicos, que es la investigación”.

“Nunca sabes qué va a pasar, pero desde que se trasplantó a Emma no hemos tenido ninguna oferta de un donante que le habría podido valer a ella, con lo cual, presumiblemente la niña se encontraría mucho peor de lo que estaba hace cuatro meses. Es una gran satisfacción que Emma haya tenido esta oportunidad. A los que participamos en el trasplante lo que más nos duele es que hay niños que están incluidos en lista de espera y fallecen sin tener un órgano. Es lo más dramático para nosotros. Sentimos mucho agradecimiento para la familia del donante, por supuesto, y satisfacción porque la niña se haya trasplantado. Y desde el punto de vista profesional es muy gratificante la línea que hemos seguido para dar respuesta al problema. La herramienta que tenemos los médicos es la investigación y creo que la respuesta se ha enfocado bien desde el campo de la investigación, que es lo que proporciona la evidencia para dar solución a los problemas de la clínica”, comenta Francisco Hernández, que estudió Medicina en Granada del 91 al 98 y trabaja en el Hospital La Paz desde que terminó allí mismo el MIR. Hernández se incorporó al equipo de López Santamaría, también formado en la Universidad de Medina de Granada, y que por aquel entonces ya tenía en marcha el trasplante de hígado y comenzó también el programa de trasplante de intestino. “Ahora hace 23 años que se hizo el primer trasplante de intestino en España. A mí desde residente me interesó la investigación y la combinación de estos dos factores, la trayectoria clínica y la investigación, han hecho posible este primer trasplante de intestino en asistolia”, añade.

Para Hernández, es importante el detalle de que se trata del primer trasplante de intestino en asistolia, porque de intestino solo en el Hospital La Paz han hecho ya 120 en niños. “Llevamos bastante tiempo y tenemos bastante experiencia. La importancia de esto es la asistolia. El trasplante de intestino, a pesar de estar ya consolidado, sigue teniendo mucha mortalidad en lista de espera, hasta un 30%. No es una cosa que se dé solo en España. Aquí tenemos una tasa de donación que es la mayor del mundo, desde hace mucho tiempo, pero justamente de este tipo de donantes no hay, porque no hay fallecimientos neonatales ni de lactantes pequeños que, de hecho, es un indicador de la buena salud de este país. Pero, por eso, no hay donantes para estos niños, que llegan a fallecer en muchos casos en lista de espera y los que no fallecen tienen un tiempo en lista de espera que va haciendo que su condición y calidad de vida se deteriore mucho. Cuando ya entran en lista de espera es porque las indicaciones están claras, tienen al menos un fallo intestinal y, en la mayoría de los casos, fallo intestinal asociado a fallo hepático o de más órganos y se deteriora mucho el estado general", explica el doctor Hernández.

"En paralelo a esta situación tan dramática en la lista de espera, emerge la asistolia, que es un tipo de donación que, en contraposición a la muerte cefálica, que es ya dominante, consiste en que el donante llega a la situación de haber fallecido por una parada cardiaca. Normalmente, una vez que se ha accedido a la donación, se organiza para que ocurra en quirófano. Esta parada cardiaca, inevitablemente, se acompaña de un tiempo en el que los órganos no reciben oxígeno. Están en isquemia, y esto daña particularmente el intestino. Eso ha hecho que, durante muchos años, se acepte el paradigma de que los intestinos procedentes de asistolia no valían. Mientras que otros órganos se han trasplantado con éxito, sobre todo en adultos, en niños la experiencia aún es limitada, incluso para estos órganos. De ahí surgió la pregunta, siendo un grupo de investigación: ¿hay de verdad una evidencia de que esto no se puede hacer o simplemente es un paradigma que todos hemos aceptado? Y, curiosamente, en ciencia es mucho más difícil desenmascarar un falso paradigma que demostrar una hipótesis, que es lo que realmente se persigue con la investigación normalmente”, comenta.

El doctor Francisco Hernández Oliveros | Foto: GD

Por eso, realizaron un proyecto de investigación de cuatro años, que financió la Fundación Mutua Madrileña, para demostrar en modelos experimentales y también en algunas muestras que han tomado de donantes humanos, que el intestino, aunque sufría ese periodo de isquemia, después se podía recuperar. “Cuando reunimos todo esa evidencia, hablamos con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que nos dio el visto bueno aún con la incertidumbre de que nunca se había hecho en el mundo. Pero con la evidencia que presentamos, nos animó a hacerla y el hospital, igual. Teníamos detrás también a la asociación NUPA de pacientes de fallo intestinal y de pacientes trasplantados de intestino, que nos empujaba en este sentido. Es una demanda de los pacientes tener una alternativa que no sea fallecer en lista de espera”, agrega.

En ese contexto surgió la llamada a los familiares de Emma para informarles que había surgido un órgano. “Sabían que no había experiencia clínica, con lo cual, no le podíamos garantizar resultados, pero Emma se encontraba ya muy deteriorada, al límite de tener que contraindicar el trasplante. En una situación en la que estaba más cerca de no soportar el procedimiento que de conseguir un órgano, la familia dio un paso adelante, fue muy valiente, lo aceptó y el resultado es que la niña ya hace más de tres meses que recibió el trasplante y está de alta, en casa. Todavía no come por boca todo lo que necesita, pero porque partía de una situación de desnutrición muy grave”, detalla el doctor Hernández. “El trasplante multivisceral consiste en trasplantar todos los órganos abdominales, desde el estómago hasta el intestino grueso, y el injerto que se coloca en bloque incluye todo: el intestino, el páncreas y el hígado. El único órgano que se preserva en el receptor, en este caso en Emma, es el bazo, que lo preservamos por motivos inmunológicos, para que tenga menos complicaciones en el futuro”, añade.

Este primer trasplante de intestino en asistolia o con parada cardiorrespiratoria abre la puerta para muchas personas que están a la espera de un órgano. “Ha demostrado que es válido. Es una demostración irrefutable. Los artículos que cuentan todo ese proceso y esa evidencia experimental ya los hemos enviado a la prensa científica y verán la luz próximamente. Ya tenemos a una niña trasplantada y esto abre la puerta para que nosotros, inicialmente, pero también otros grupos puedan reproducir la técnica. No es una técnica que solo con un caso podamos decir que se puede emplear ni en todos los donantes ni para todos los receptores, pero sí que abre una nueva puerta o esperanza a un uso de unos órganos a los que, hasta ahora, no tenían acceso los pacientes. Para mí, más que el hito de haber conseguido el primer trasplante del mundo, posiciona al equipo que lo ha hecho y nos obliga a seguir en esta línea y no solo hacer el primero, si no hacer el siguiente, hacer 10 y 20 en los próximos años. Y establecer unos criterios, bien delimitados, que a otros grupos les permitan reproducir la técnica y ver en qué casos se puede utilizar”, asegura.

El doctor Hernández añade que, a pesar de que han pasado 23 años desde el doctor López Santamaría realizara el primer trasplante de intestino, “todavía hay gente, incluso del mundo médico, que no sabe que el intestino se puede trasplantar”. “Este trasplante da visibilidad a la asistolia, al problema del trasplante de intestino y a la falta de donantes. Creo que va a ser muy positivo y seguro que se ve a medio plazo un aumento del número de donantes”, finaliza.