Médicos de Atención Primaria plantean que algunas vacunas puedan ser obligatorias, para evitar bajas coberturas
Se estima que sólo el 2-3 por ciento de los padres no quiere vacunar a sus hijos, algo que puede revertirse con diálogo, convencimiento e información por parte del médico
La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) ha pedido abrir el debate en España sobre la posibilidad de que la administración de algunas vacunas sea obligatoria, y no algo voluntario como sucede ahora, para evitar bajas coberturas en determinadas enfermedades infecciosas.
Así lo ha destacado el coordinador del Grupo de Trabajo de Bioética y Humanidades de esta sociedad científica, José Francisco Díaz Ruiz, durante el congreso nacional que se celebra estos días en Granada.
"Es preferible siempre el convencimiento a la obligatoriedad", según este experto, que no obstante avisa de que habrá que ir pensando que "esto no siempre pueda ser así" si se tienen en cuenta los argumentos que se difunden en algunos ámbitos contrarios a la vacunación.
Porque si las coberturas vacunales bajan, ha añadido, aumenta el riesgo de aparición de enfermedades infecciosas que se creían casi erradicadas o al menos controladas.
"Hay que pensar en la posibilidad de exigir la obligatoriedad de determinadas vacunas y en casos concretos, por el bien de todos", ha insistido Díaz Ruiz, que ha recordado que algunos países ya lo han hecho en el caso de la vacunación infantil ante el progresivo incremento de algunas infecciones.
En España, no obstante, las coberturas vacunales de los niños son muy altas y este problema aún no se ha producido, pero "hay que evitar que se presente en un futuro, tal y como han hecho ya en algunos países europeos".
¿EN BUSCA DEL BENEFICIO DEL MENOR? NO SIEMPRE
En estos casos, además, este experto de SEMERGEN entiende que no hay ejercicio del derecho de autonomía del paciente, dado que "la decisión la toma un tercero que se supone debe procurar siempre el mayor beneficio del menor, y en muchas ocasiones esto no es así".
Actualmente se estima que sólo el 2-3 por ciento de los padres no quiere vacunar a sus hijos, algo que puede revertirse con diálogo, convencimiento e información por parte del médico.
"El problema es que estas negociaciones con los padres suponen un gran esfuerzo y precisan de mucho tiempo, un bien escaso en la gran mayoría de las consultas españolas", según Díaz Ruiz.
Asimismo, este experto también ha destacado la baja vacunación de los profesionales sanitarios, un grupo de riesgo al estar en contacto continuo con pacientes. "No se entiende desde fuera del sistema que profesionales que tratan a determinados pacientes de alto riesgo no se vacunen, por su propio beneficio (al protegerse de posibles enfermedades que puedan adquirir de sus pacientes) y por el beneficio de éstos, muy vulnerables y que pueden tener graves consecuencias por un contagio de uno de los sanitarios que los atienden", ha lamentado.